Del Pacto Cultural, la gran ocasi¨®n perdida, al remanso del 'oasis'
La gran ocasi¨®n para que la cultura catalana quedara fuera de la liza pol¨ªtica y se moviera por amplios consensos se perdi¨® en 1985. Nombrado consejero de Cultura en mayo de 1984, Joan Rigol, de Uni¨® Democr¨¤tica, dedic¨® los meses siguientes a alcanzar un gran acuerdo, conocido como el Pacto Cultural, con la idea de formar un consejo asesor, al estilo del British Council, que asegurara tres objetivos principales: la participaci¨®n de todas las fuerzas pol¨ªticas en la distribuci¨®n de subvenciones; el establecimiento de una pol¨ªtica cultural transversal dirigida por los propios agentes culturales, y la consideraci¨®n de la cultura como un gran valor de referencia republicana en el doble sentido de cosa p¨²blica y de cultura democr¨¢tica contra la dictadura.
El pacto se firm¨® el 14 de octubre de 1985, aunque sin el concurso de la Diputaci¨®n de Tarragona, a la saz¨®n presidida por Josep Gomis. Pero a su impulsor le cost¨® el cargo dos meses m¨¢s tarde. Fue sustituido por Joaquim Ferrer (1985-1988). Xavier Bru de Sala ha escrito que la iniciativa cont¨® en un primer momento con el entusiasmo de Pujol, luego convertido en abierta oposici¨®n. ?Por qu¨¦? La querella de la fiscal¨ªa por el caso Banca Catalana fue el detonante, aseguran fuentes conocedoras de la gestaci¨®n del acuerdo.
En general, hay que decir que a partir de Guitart (a quien suceder¨ªan Joan Maria Pujals -1996- 1999- y Jordi Vilajoana -desde 1999 hasta ahora) se abre un periodo regido por el pragmatismo, en el que se evitan los conflictos -el caso Flotats configura la excepci¨®n- y se pactan t¨¢citamente las parcelas del poder cultural, en una fiel reproducci¨®n del oasis catal¨¢n. As¨ª, aunque el Ayuntamiento y la Generalitat est¨¦n representados en las grandes instituciones, se establecen unas influencias cruzadas nunca escritas: el Macba, municipal; el MNAC y Santa M¨°nica, del Consell Executiu. La Ciutat del Teatre y el Auditori, municipales; el TNC y el Liceo, del Consell Executiu. En la actualidad, en los asuntos b¨¢sicos barceloneses, el responsable municipal de la cultura, Ferran Mascarell, y el de la Generalitat, Jordi Vilajoana, ponen el com¨²n acento en el fomento de las industrias culturales, y el departamento ha creado un instituto espec¨ªfico para este menester, consciente de que la producci¨®n de cultura ha encontrado mayores posibilidades en Madrid que en Catalu?a, especialmente en el sector audiovisual. Seguramente es ¨¦sta una manera pragm¨¢tica de paliar el fracaso en su d¨ªa del Pacto Cultural. "Se perdi¨® la ¨²nica ocasi¨®n que ha habido de plantear una pol¨ªtica cultural seria", razona el escritor y editor Josep Maria Castellet. "Despu¨¦s de eso se abri¨® camino la pr¨¢ctica de la peque?a subvenci¨®n, con la dispersi¨®n de recursos y el clientelismo que ello ha comportado".
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