El salto al instituto

Patricia Arrieta tiene 13 a?os y el curso pasado comenz¨® 1? de ESO en el instituto de secundaria Pe?aflorida de San Sebasti¨¢n. Acababa de dejar el colegio Amara Berri y afrontaba el cambio "con ganas de conocer a gente nueva". Afirma que no fue traum¨¢tico, aunque s¨ª hubo de adaptarse a un sistema basado en los ex¨¢menes y en los deberes, algo a lo que pr¨¢cticamente no hab¨ªa tenido que enfrentarse en sus a?os de escuela.

"En el colegio pod¨ªas moverte m¨¢s por el aula. En el instituto se hace duro tener que estar sentada siete horas. Has de aprender a estudiar aunque no haya ex¨¢menes, porque te pueden poner un control por sorpresa o preguntarte en clase", explica. Pero se ha adaptado bien. De hecho, sald¨® su primer a?o en el instituto con cinco sobresalientes y notables en el resto de asignaturas. Quiere ir a la Universidad, a estudiar Derecho, aunque tambi¨¦n le atrae la carrera de Arquitectura.

"En 5? y 6? de Primaria ya ves cambios, pero hasta entonces notas que aprendes jugando", rememora Patricia de su antiguo colegio. "Recuerdas esa etapa como muy divertida, pero luego llegas al instituto y te das cuenta de que tienes el mismo nivel de conocimiento que tus compa?eros. Incluso nos han dicho que en ingl¨¦s los que venimos del Amara Berri tenemos un nivel m¨¢s alto".

Patricia resume el bagaje acumulado en sus a?os de Primaria: "Aprendes a trabajar en grupo, te hacen leer mucho, as¨ª que te acostumbras a la lectura". El ¨²nico defecto que le ve es que las cosas no contin¨²en siendo igual a la llegada al IES.

A sus 14 a?os, Laura Ram¨¦ comienza 3? de ESO en un instituto madrile?o. A¨²n recuerda, y echa de menos, el trato con sus antiguos maestros del colegio Trabenco, y sigue sin encontrarle el gusto a los ex¨¢menes, aunque asegura que se ha adaptado bien: "Al principio iba con miedo, no sab¨ªa si me iba a resultar muy dif¨ªcil y no iba a alcanzar el nivel que me exigieran". Laura quiere estudiar Filosof¨ªa y es una lectora empedernida.

El hermano de Laura, Jes¨²s, trabaja como editor de v¨ªdeo y cine, tiene 30 a?os y entr¨® con seis en el colegio de Legan¨¦s, cuando a¨²n se ubicaba en el bajo de un edificio de viviendas. Le queda de aquella ¨¦poca una amalgama de sensaciones, desde las excursiones que vivi¨® al sentimiento de grupo, las actividades extraescolares o los talleres.

Luego lleg¨® el instituto: "Me sorprendi¨® tener material propio en lugar de compartir el comunitario, como hab¨ªa hecho hasta la fecha. Pero acad¨¦micamente, ni mis compa?eros ni yo tuvimos especiales problemas. Los que iban mal en el colegio siguieron yendo mal en el instituto, y los que iban bien, pues siguieron yendo bien. Muchos de ellos fueron a la Universidad".