Ocasi¨®n perdida

Acababa de realizar una larga faena preciosista, pulcra y elegant¨ªsima. Una faena artista, aunque no apote¨®sica, por la santa nobleza del toro que impidi¨® la emoci¨®n necesaria. Ten¨ªa ganada las dos orejas. Se perfila para matar y cobra una estocada hasta la empu?adura, pero en el cuello del animal. El torero trata de rectificar, pero el animal se derrumba sin puntilla en el albero.El torero era El Cid y acababa de echar por tierra la ocasi¨®n m¨¢s propicia para entreabrir la Puerta del Pr¨ªncipe. El novil¨ªsimo toro le permiti¨® un bello toreo de sal¨®n. Pero El Cid no mata a los toros, los deg¨¹ella o los aburre a pinchazos, como ocurri¨® en el cuarto, al que volvi¨® a torear con temple, aunque su arte se olvid¨® con prontitud.

Tambi¨¦n la espada impidi¨® a Vilches cortar una oreja en su primero. No le falt¨® decisi¨®n, valor y buenas maneras en sus dos toros, aunque no remat¨® ninguna faena. Aguilar es un valiente que se dej¨® llegar muy cerca los pitones y le concedieron una oreja por levantar una tarde que se vino abajo tras el triunfo fallido de El Cid.