?D¨®nde est¨¢ la deuda?
La Generalitat reduce el gasto financiero a costa de aplazar numerosas obligaciones de pago
"La Generalitat ha seguido reduciendo, como viene haciendo desde hace seis a?os, el porcentaje de endeudamiento sobre el PIB catal¨¢n". As¨ª se manifiesta el consejero de Econom¨ªa y Finanzas, Francesc Homs, cuando se le pregunta por la deuda del Gobierno catal¨¢n. Su afirmaci¨®n no es compartida por otros analistas. Pablo Alcaide, economista de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros Confederadas (Funcas) y uno de los m¨¢s destacados expertos en econom¨ªa regional, recuerda que gran parte de las deudas de las comunidades aut¨®nomas est¨¢ en empresas p¨²blicas, "ajena al presupuesto, y por tanto no aparece en las cuentas". Durante los ¨²ltimos a?os, como fruto de los ajustes presupuestarios surgidos de la Europa del euro, los gobiernos han desarrollado para la medici¨®n de sus pasivos m¨¦todos que han encubierto formas de deuda, y la Generalitat no ha sido una excepci¨®n.
El PSC calcula que las inversiones encargadas por la Generalitat sin dotaci¨®n presupuestaria sobrepasan los 5.200 millones de euros
El pago aplazado, el abuso de la entidad de cr¨¦dito p¨²blico y la 'centrifugaci¨®n' son las principales formas de encubrir deudas
La rotundidad de las declaraciones del consejero Homs tiene su fundamento en la normativa del Sistema Europeo de Cuentas de 1995 (SEC-95), que excluye a las entidades que obtengan la mitad de sus ingresos del mercado, como la Corporaci¨®n Catalana de Radio y Televisi¨®n (CCRTV), entre otras. Seg¨²n este m¨¦todo, durante el periodo 1997-2002 el volumen de deuda, aunque ha crecido tanto en t¨¦rminos constantes como corrientes (teniendo en cuenta la inflaci¨®n), ha disminuido del 9,3% al 7,5%, seg¨²n datos del Banco de Espa?a.
Pero no es oro todo lo que reluce. Guillem L¨®pez Casasnovas, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona e investigador de la eficiencia del sector p¨²blico, reconoce que empresas p¨²blicas como Gesti¨® d'Infrastructures, SA (GISA), "han sido particularmente exitosas en un momento de asfixia financiera, aunque complica el an¨¢lisis de la deuda real y no supone una soluci¨®n definitiva a los problemas de financiaci¨®n y de gesti¨®n del capital p¨²blico".
La catedr¨¢tica de Hacienda P¨²blica de la Universidad de Barcelona, N¨²ria Bosch, es m¨¢s expl¨ªcita: "Las otras formas de endeudamiento encubierto han pasado de representar el 1,27% del PIB en 1997 al 1,78% en 2000. Teniendo en cuenta, pues, esta otra deuda, el endeudamiento total de la Generalitat en 2000 supon¨ªa el 11,18% del PIB", frente al 8,3% oficial.
?De qu¨¦ f¨®rmulas de endeudamiento encubierto estamos hablando? Hay varias. Una de las principales es la centrifugaci¨®n.Consiste en sustituir las subvenciones a las empresas p¨²blicas con activos financieros que se traducen en ampliaciones de capital. Los activos financieros no se contabilizan como d¨¦ficit, seg¨²n la norma SEC-95; las subvenciones, en cambio, s¨ª. Aunque, seg¨²n este m¨¦todo, entre 1997 y 2001 las cuentas de la Generalitat pasaron de una situaci¨®n de d¨¦ficit a un ligero super¨¢vit, Bosch calcula que, incluyendo los activos financieros, el presupuesto hubiera arrojado unos n¨²meros rojos de 138 millones de euros.
Otra forma de endeudamiento encubierto son los censos enfit¨¦uticos, que son la cesi¨®n de la propiedad de un inmueble a cambio de una cantidad y la redenci¨®n de la misma mediante el pago de una renta durante un periodo de tiempo determinado, pr¨¢ctica que se ha utilizado en los ¨²ltimos a?os. As¨ª, mientras que en 1997 la cifra de censos enfit¨¦uticos pendientes de liberar alcanzaba los 392,26 millones de euros, en 2000 sobrepas¨® ya los 500 millones.
Bosch tambi¨¦n tiene en cuenta en sus c¨¢lculos el confirming (descuento de facturas), uso que supon¨ªa 210,4 millones de euros en 2000, y la pr¨¢ctica utilizada por el Servicio Catal¨¢n de la Salud de guardar facturas en el caj¨®n hasta el ejercicio siguiente, con un volumen de 988,24 millones de euros ese mismo a?o.
Dos recetas m¨¢s que est¨¢n permitiendo al Gobierno catal¨¢n maquillar -de forma legal- sus cuentas en los ¨²ltimos ejercicios son, por un lado, el pago aplazado de las grandes infraestructuras y, en segundo lugar, la utilizaci¨®n del Instituto Catal¨¢n de Finanzas (ICF). La entidad de cr¨¦dito p¨²blico se est¨¢ convirtiendo en una m¨¢quina de subvenciones p¨²blicas, con la particularidad de que el que se endeuda es el ayuntamiento de turno que decide rehabilitar la escuela o construir un polideportivo, no la Generalitat. S¨®lo el a?o pasado, el Ejecutivo catal¨¢n ech¨® mano del ICF para dar subvenciones por valor de 83,9 millones de euros, un 63,2% m¨¢s que el a?o anterior, seg¨²n la memoria de la entidad, algo que es visto por algunos partidos de la oposici¨®n como un s¨ªntoma de "fin de r¨¦gimen".
El sistema de pago aplazado es lo que popularmente se conoce como m¨¦todo alem¨¢n; adopt¨¢ndolo, la Generalitat no abona las obras -no aparecen, por tanto, en el presupuesto como pago- hasta que ¨¦stas finalizan y son entregadas llaves en mano, con lo que las empresas constructoras y el resto de las subcontratistas se ven obligadas a endeudarse para poderlas llevar a cabo. Empez¨® a usarse en Catalu?a de forma excepcional para la construcci¨®n de la l¨ªnea 9 del metro. El entonces consejero de Econom¨ªa, Artur Mas, argument¨® que el elevado coste de las obras, unos 2.000 millones de euros, y su complejidad hac¨ªan aconsejable diferir pagos a ejercicio futuros.
Un t¨¦cnico del Departamento de Econom¨ªa y Finanzas argumenta, en defensa del modelo alem¨¢n, que desde un punto de vista econ¨®mico "tiene toda la l¨®gica del mundo" porque "no tiene sentido pagar en dos o tres a?os una infraestructura cuya vida ¨²til es de 50". Pero advierte de que "no hay que abusar de ello".
El pasado verano el Departamento de Pol¨ªtica Territorial desvel¨® que la Generalitat ha empezado a utilizar la financiaci¨®n diferida para obras menores, como la construcci¨®n de carreteras.
Este recurso ha sido especialmente criticado por el PSC, no porque no comparta su l¨®gica econ¨®mica, sino porque "las obligaciones futuras no aparecen en las cuentas", seg¨²n el secretario de econom¨ªa de los socialistas catalanes, el catedr¨¢tico Antoni Castells.
Este partido considera -el Departamento de Econom¨ªa de la Generalitat no ha atendido las reiteradas solicitudes de informaci¨®n de este diario- que las inversiones que ha encargado el Gobierno catal¨¢n sin dotaci¨®n presupuestaria (la mayor¨ªa de ellas bajo el paraguas del pago diferido) alcanzan la cifra de 5.200 millones de euros en 2003, que b¨¢sicamente se agrupan en el plan adicional de infraestructuras, que el Ejecutivo introdujo por primera vez en los presupuestos de 2001. Las m¨¢s cuantiosas son la l¨ªnea 9 del metro y el canal Segarra-Garrigues. En opini¨®n del diputado socialista Mart¨ª Carnicer, la cifra anterior supone una "hipoteca sobre la gesti¨®n de los futuros gobiernos sin ning¨²n control presupuestario".
El gasto corriente se come la inversi¨®n
El nivel de endeudamiento, que oscila entre el 7,5% y el 11%, seg¨²n se mida el oficial (normativa SEC-95) o se tengan en cuenta todas
las formas de deuda, ?significa que la Generalitat est¨¢ muy endeudada? ?C¨®mo y en qu¨¦ gasta el Gobierno catal¨¢n los recursos que los contribuyentes ponen a su disposici¨®n?
El consejero de Econom¨ªa, Francesc Homs, considera que el volumen de endeudamiento es "perfectamente sostenible" y en t¨¦rminos similares se expresa el socialista Antoni Castells, que lo considera "tolerable", dados los l¨ªmites establecidos seg¨²n los criterios de Maastricht.
Las cuentas de la Generalitat no ayudan, sin embargo, a arrojar luz sobre la segunda cuesti¨®n, puesto que la Administraci¨®n catalana presenta sus gastos con carencias de informaci¨®n; por ejemplo, se echan en falta una clasificaci¨®n funcional y de indicadores en el presupuesto por programas y una mejor definici¨®n de los objetivos de todos y cada uno de ellos. La catedr¨¢tica N¨²ria Bosch ver¨ªa justificado el actual nivel de endeudamiento si ¨¦ste fuese fruto de una adecuada actividad inversora por parte del sector p¨²blico. Parece que no ha sido el caso, puesto que la Generalitat "no ha sido capaz de contener el gasto corriente", seg¨²n Castells.
Cualquier administraci¨®n tiene que satisfacer unas necesidades de gasto, que se concretan en gastos corrientes (de funcionamiento) y de capital (inversi¨®n y subvenciones). Cuanto m¨¢s elevada sea la cobertura de los ingresos corrientes (impuestos, tasas y otros) sobre los gastos corrientes, m¨¢s elevado ser¨¢ el ahorro y habr¨¢, por tanto, m¨¢s margen para financiar los gastos de capital sin tener que recurrir al endeudamiento.
De las cinco comunidades que tienen las mismas competencias, Andaluc¨ªa, Canarias, Galicia, Valencia y Catalu?a, esta ¨²ltima es la que invierte menos: 245 euros por habitante , mientras que es, tras Andaluc¨ªa, la que tiene m¨¢s gastos corrientes, con 2.091 euros por habitante.
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