Secretos y misterios

Aqu¨ª pasa algo. O por lo menos algo m¨¢s de lo que nos dicen. Los encuentros indeseados y los desencuentros buscados entre el actual presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, y su predecesor, el ministro Eduardo Zaplana, han alcanzado un nivel de notoriedad sorprendente en un partido jerarquizado y con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina. El ataque frontal y sistem¨¢tico a Camps, por parte de algunos medios pr¨®ximos a Zaplana, no hace sino confirmar el calado de la brecha. Resulta inveros¨ªmil la idea de que el pulso responda a una simple lucha por el poder interno entre diferentes familias pol¨ªticas. El hecho de que apenas hayan pasado cien d¨ªas desde que Camps iniciara su gesti¨®n, a¨²n hace m¨¢s misterioso el enfrentamiento.

Da la impresi¨®n de que algo muy concreto ha sucedido y que, adem¨¢s, el problema es de gran magnitud. La ¨²nica pista real sobre el trasfondo de la crisis es el hecho concreto que la desencaden¨® y que fue la decisi¨®n de suspender la construcci¨®n de la coraza con la que se pretend¨ªa cubrir el IVAM. El frenazo a la reforma del museo desat¨® las iras zaplanistas, y no precisamente por cuestiones art¨ªsticas, sino presupuestarias.

Lo cierto es que desde entonces todos los d¨ªas aparecen noticias de problemas financieros en la administraci¨®n que gestiona. La acumulaci¨®n es ciertamente inquietante: Crecen las p¨¦rdidas en Terra M¨ªtica. Vuelve a retrasarse el Palau de les Arts. La administraci¨®n auton¨®mica tiene pendientes de cobro 782 millones de euros de fondos europeos. El Ayuntamiento de Valencia s¨®lo ha cobrado del Consell el 16% del dinero previsto para este a?o y arrastra deudas de los seis a?os anteriores. No hay ayudas para reestructurar la industria en comarcas sacudidas por la crisis como L'Alcoi¨¤ y La Vall d'Albaida. Una auditor¨ªa revela que la Generalitat Valenciana tendr¨¢ que volver a sufragar la deuda de Radiotelevisi¨®n Valenciana, que alcanza ya los seiscientos millones de euros. El Ayuntamiento de Valencia liquida la Universidad Popular y suprime las becas de comedor para la educaci¨®n infantil. El arquitecto de la Ciudad de la Justicia revela que no aval¨® unos sobrecostes que alcanzaron el 34%. El consejero de Sanidad apuesta por el modelo de gesti¨®n privada para los nuevos hospitales de titularidad p¨²blica, mientras se cierran plantas en los envejecidos hospitales p¨²blicos, vuelven las camas a los pasillos y crece la angustia entre sus profesionales por la falta de recursos. La Consejer¨ªa de Bienestar Social suspende por falta de fondos la ayuda destinada a las personas con riesgo de exclusi¨®n social, mientras C¨¢ritas habla de desfachatez pol¨ªtica. Tambi¨¦n se han dado recortes en partidas para alojar a inmigrantes temporeros o erradicar la vivienda en precario. Proyectos anunciados a bombo y platillo como el fondo de garant¨ªa de pensiones alimenticias para mujeres separadas o las ayudas para alquiler de pisos para personas sin recursos, no se han puesto en marcha.

El asunto es misterioso, porque ?c¨®mo pueden existir semejantes problemas de liquidez, cuando el endeudamiento de la Generalitat Valenciana por habitante es el m¨¢s alto de Espa?a y el m¨¢s alto con relaci¨®n al Producto Interior Bruto? Un misterioso secreto, s¨ª. Pero parece que algo no acaba de cuadrar.