Tormenta contra el l¨ªder 'tory'

El l¨ªder del Partido Conservador brit¨¢nico, Iain Duncan Smith, atraviesa una nueva crisis de credibilidad tras desvelarse que durante 15 meses ha estado pagando a su mujer un sueldo con dinero p¨²blico por un trabajo de secretaria que, seg¨²n las acusaciones, ella no desempe?¨®. Duncan Smith ha negado las acusaciones con vehemencia, pero no ha tenido m¨¢s remedio que enviar un informe de 40 p¨¢ginas al Parlamento para aclarar las cosas. El esc¨¢ndalo refuerza a los partidarios de acabar con su liderazgo.

Las acusaciones han sido lanzadas por Michael Crick, un periodista que lleva cinco meses investigando el caso para Newsnight, informativo estrella de la BBC. Duncan Smith amenaz¨® a la corporaci¨®n con los tribunales si difund¨ªa el reportaje. Consecuencia probablemente del caso Kelly, la BBC renunci¨® a emitirlo porque, aunque las acusaciones de Crick se basan en documentos y testimonios procedentes del Partido Conservador, no est¨¢ claro que el periodista pueda probar el principal punto en cuesti¨®n: que Betsy Duncan Smith no ejerc¨ªa realmente el trabajo de secretaria de su marido.

La denuncia fue publicada al final por el diario The Telegraph, el rotativo londinense m¨¢s identificado con el Partido Conservador y el que ha publicado las cr¨ªticas m¨¢s encendidas contra Duncan Smith en las ¨²ltimas semanas.

En los Comunes es una pr¨¢ctica bastante extendida que los parlamentarios contraten a familiares con el dinero p¨²blico que reciben para cubrir sus gastos, una costumbre muy criticada en el Reino Unido cuando son los diputados del Parlamento Europeo los que la ejercitan. Betsy llevaba 10 a?os haciendo de secretaria de Duncan Smith sin problemas. El problema lleg¨® cuando su marido fue elegido l¨ªder tory y ella sigui¨® cobrando, aunque ahora del cap¨ªtulo de gastos parlamentarios del l¨ªder conservador.

Seg¨²n Crick, Betsy Duncan Smith ya no llevaba los asuntos de su marido y no ten¨ªa derecho a cobrar el m¨¢ximo de 18.000 libras anuales (unos 25.000 euros) por un empleo de 25 horas de trabajo a la semana. Ante las dudas suscitadas en el propio partido, Betsy dej¨® de cobrar ese dinero p¨²blico al acabar el a?o 2002.

El asunto ha llegado a manos de sir Philip Mawer, el comisario de Reglamentos Parlamentarios encargado de velar por el comportamiento ¨¦tico de sus se?or¨ªas. Mawer anunci¨® ayer tarde que estudiar¨¢ el caso en profundidad.

La pol¨¦mica ha avivado las encendidas cr¨ªticas que sigue suscitando en el seno del partido el liderazgo de Duncan Smith. El fr¨¢gil l¨ªder tory no s¨®lo ha de aclarar la legalidad del dinero p¨²blico que hizo llegar a su esposa, rica de nacimiento y entroncada de manera lejana con la desaparecida Lady Diana. Tambi¨¦n deber¨¢ afrontar las acusaciones lanzadas contra ¨¦l por una alta funcionaria del partido, Vanessa Gearson, que denuncia que fue presionada para que firmara una declaraci¨®n exonerando al matrimonio Duncan Smith de mal uso de dinero p¨²blico. Gearson, designada ya candidata del partido a los Comunes en las pr¨®ximas elecciones, trabajaba en la oficina de Duncan Smith cuando expuso sus dudas sobre la legitimidad del trabajo de la mujer del l¨ªder, que, a su juicio, podr¨ªa acarrear problemas al partido.

La crisis, probablemente desatada a partir de documentos filtrados por elementos del Partido Conservador que quieren forzar la renuncia de Duncan Smith como l¨ªder tory, llega en un p¨¦simo momento para ¨¦l. La prensa inform¨® de los supuestos compl¨®s contra ¨¦l que se urd¨ªan en los pasillos del congreso tory en Blackpool. E incluso su discurso, ensayado de manera meticulosa por Duncan Smith para proyectar una imagen de firmeza, fue muy mal recibido por sus cr¨ªticos.

?stos no han dejado de subrayar que la intervenci¨®n de Duncan Smith, muy agresiva contra el Gobierno y con ataques personales sin precedentes al primer ministro, Tony Blair, y al l¨ªder liberal, Charles Kennedy, fue aclamado por las bases tories en Blackpool, pero dif¨ªcilmente robar¨¢ votos al laborismo entre los millones de ciudadanos centristas y moderados que estar¨ªan dispuestos a abandonar a Blair si tuvieran una opci¨®n mejor.