L¨¦on Schwartzenberg, cancer¨®logo y ex ministro franc¨¦s de Sanidad
Era un aut¨¦ntico personaje. L¨¦on Schwartzenberg falleci¨® en Par¨ªs, a los 79 a?os, despu¨¦s de vivir experiencias que hubieran bastado para ocupar varias vidas. Hijo de padres jud¨ªos, cuando apenas ten¨ªa 18 a?os se sum¨® a las fuerzas clandestinas de la Resistencia contra la ocupaci¨®n nazi. A diferencia de sus dos hermanos, que murieron en Matthausen, logr¨® escapar a la persecuci¨®n de las tropas alemanas y, a pesar de haber sido herido en dos oportunidades, particip¨® en los combates de la Liberaci¨®n. En 1958 integra el equipo del hospital Saint-Louis como especialista en hemobiolog¨ªa, y desde 1963 se ocupa del servicio de hematolog¨ªa del Institut Gustave Roussy. En 1971 entra como profesor agregado en cancerolog¨ªa en el Institut de Canc¨¦rologie et d'immunog¨¦tique de Villejuif.
Durante a?os, Schwartzenberg, ya casado con la actriz Marina Vlady, pasa por ser uno de los mejores especialistas en c¨¢ncer del mundo y su voz es muy escuchada. De ah¨ª el esc¨¢ndalo que se desata cuando, en 1987, admite haber aportado una "ayuda activa" a enfermos incurables y que sufr¨ªan graves dolores. Esta toma de posici¨®n a favor de la eutanasia en el caso de enfermos terminales y que solicitan que se les ayude a morir le vale ser apartado de la profesi¨®n por la Orden de los M¨¦dicos entre 1991 y 1993, momento en el que el Consejo de Estado anula la sanci¨®n.
Interesado por la pol¨ªtica, fue diputado europeo entre 1989 y 1994 elegido dentro de una lista socialista. En 1994 encabez¨® una lista europe¨ªsta llamada "Europa comienza en Sarajevo" que denunciaba la inoperancia de la Uni¨®n Europea ante el drama que se desarrollaba en los Balcanes. En 1988 fue ministro de Sanidad del Gobierno de Michel Rocard durante poco m¨¢s de una semana. Sus declaraciones a favor de una cierta liberalizaci¨®n en el consumo de drogas "blandas" y de la sistematizaci¨®n del test del sida para todas las mujeres embarazadas provocaron un debate que le forz¨® a dimitir y a probar, una vez m¨¢s, que la alta pol¨ªtica est¨¢ re?ida con convicciones expuestas de manera tajante.
Desde hac¨ªa m¨¢s de diez a?os hab¨ªa asumido la responsabilidad de actuar como portavoz de ciudadanos marginados, es decir, de quienes no tienen domicilio fijo o de los inmigrantes sin papeles. Esta actitud de reivindicaci¨®n ciudadana le llev¨® a enfrentarse en varias oportunidades con sus amigos socialistas.
Autor de varios libros, defensor ac¨¦rrimo de la necesidad de decir siempre la verdad a los enfermos, en el momento de su muerte su desaparici¨®n es lamentada por distintos grupos de extrema izquierda, pero tambi¨¦n por socialistas y liberales que le rinden homenaje como "infatigable compa?ero de viaje y de combate, insobornable defensor del derecho y la justicia, de la dignidad de los m¨¢s humillados".-
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