Pl¨¢cido Domingo asegura que su reto es "poder cantar cada d¨ªa"
El tenor, reci¨¦n recuperado de una bronquitis, presenta un nuevo disco
Dice que admira a los deportistas como si fuera un ni?o. Pero Pl¨¢cido Domingo ya ha dejado de batir marcas y se conforma con poder cantar d¨ªa a d¨ªa. "Cada minuto que pasa se nota y por eso, mi reto m¨¢s importante en estos momentos es salir a cantar", afirma el tenor madrile?o, que ayer se acerc¨® por su ciudad natal para presentar un nuevo disco, Bravo, Domingo, otra recopilaci¨®n prenavide?a m¨¢s en su carrera, con arias de ¨®pera y m¨²sica latina.
Cuando sube hoy, con 62 a?os, a un escenario piensa lo mismo: Otro d¨ªa de regalo. Por eso se cuida, se mantiene en forma, con su gimnasia diaria y su dieta mediterr¨¢nea a escala global, para durar lo m¨¢s posible haciendo, no lo que le gusta, lo que le apasiona de verdad: cantar. Lo mismo ¨®peras de Verdi, Wagner o Chaikovski que canciones latinas o el himno del Real Madrid: "No he escuchado el que ha hecho Sabina del Atleti, pero me gustar¨ªa", dijo ayer. Y, mira, por si colaba, alguien le propuso que entre los dos le pod¨ªan cantar uno al Rayo Vallecano.
Ha estado reposando tras una bronquitis que le atac¨® en la ?pera de Viena. Este a?o ya van dos. A principio de temporada estuvo tres meses sin cantar y empez¨® el a?o en marzo, lo que no le hab¨ªa pasado nunca. Pero de retirarse, nada. "Lo dejar¨¦ cuando vea que alguien piensa: ?Por qu¨¦ canta?". Mientras, sigue jug¨¢ndosela. Reaparece el d¨ªa 24 en el Metropolitan de Nueva York y este a?o interpreta en el Teatro Real La dama de picas, de Chaikovski, uno de los t¨ªtulos que mejor ha abordado en la recta final de su carrera.
Lo malo son las energ¨ªas que quema rodando. Ayer, en Madrid; hoy vuela hacia Nueva York. Y por pura y dura promoci¨®n. Su d¨ªa en la capital fue rel¨¢mpago: dio una rueda de prensa y luego se prest¨® a un ba?o de masas y firmas en unos grandes almacenes. Pon¨ªa sello a su ?nuevo? disco: Bravo, Domingo, otra recopilaci¨®n m¨¢s para darles trabajo a los Reyes Magos. Tiene dos compactos, uno con ¨®pera y otro con canciones latinas, rancheras, boleros, tangos y lo que le echen. "Es una selecci¨®n de aquellas cosas que m¨¢s me gusta cantar", dice. Aunque la mezcla en s¨ª la haya hecho la discogr¨¢fica.
Ayer, Domingo lo defendi¨®, mostr¨® dos v¨ªdeos de amor y lujo, uno en el que ¨¦l aparece muy playero haci¨¦ndole la corte a una rubia en Acapulco y otro en el que sale vestido de mariachi, llorando la pena de un desamor. Tambi¨¦n recibi¨® el premio de la discogr¨¢fica Emi por 30 a?os de relaci¨®n. "Aunque no grabo s¨®lo con ellos, he colaborado m¨¢s que muchos artistas exclusivos suyos", fardaba ayer.
Sonre¨ªa, contestaba, dedicaba saludos... Ya lo dice ¨¦l mismo: "Lo que m¨¢s me gusta en la vida, hacer amigos". Es otra de sus facetas, la de mago de las relaciones p¨²blicas, junto a la de tenor, director de orquesta, descubre talentos con su concurso Operalia, director art¨ªstico de dos teatros, Washington y Los ?ngeles, y ser el de la derecha entre los tres tenores: "Vamos a seguir, son ya 13 a?os juntos y entre nosotros el ¨²nico pique que hay es ver qui¨¦n es capaz de hacer una frase mejor cantando", dice.
Otra de las cosas que le ha gustado hacer en sus 40 a?os de carrera, sin descanso: "Descubrir nuevos t¨ªtulos o recuperar ¨®peras olvidadas. Me gusta abarcar muchos estilos, ir de uno a otro, intentar lo imposible", dice.
Eso no lo ha dejado de lado. Para este a?o espera que salgan al mercado dos discos m¨¢s: Edgar, de Puccini, y Cristo en el Monte de los Olivos, una obra poco conocida de Beethoven; y prepara una grabaci¨®n de Trist¨¢n e Isolda, de Wagner: "No he podido hacerlo sobre el escenario, pero quiero dejar un documento sonoro para que la gente sepa lo que yo siento por esta ¨®pera". Tambi¨¦n una novedad: "Voy a hacer El primer emperador, una ¨®pera nueva en el Metropolitan de Nueva York". Una obra compuesta por Tan Dun, que montar¨¢ el cineasta Zhang Yimou.
M¨¢s papeles para quien ha afrontado ya 120 y sobrepasado de largo las 3.000 representaciones. En su interior se mueve siempre el mismo impulso, el mismo incentivo: "Los a?os pasan y tengo siempre la sensaci¨®n de haber hecho cosas positivas y haber dado momentos de placer y disfrute al p¨²blico". Por eso seguir¨¢ intent¨¢ndolo, "hasta que el cuerpo aguante, no s¨¦ cu¨¢ndo, si dentro de uno, dos o diez a?os". Lo repite ya como una letan¨ªa cuando desde hace a?os muchos le preguntan por lo mismo, por el final. Ser¨¢ el final encima de los escenarios, pero no en la m¨²sica: "Siempre estar¨¦ vinculado a este mundo de una formo u otra", avisa.
El permiso de Gheorghiu
Pl¨¢cido Domingo intercedi¨®, pero no logr¨® permiso. Cuando Angela Gheorghiu, que iba a cantar La traviata en el Teatro Real, lleg¨® con 15 d¨ªas de retraso a los ensayos y pidi¨® permiso para irse cinco o seis m¨¢s a Washington a cantar en una gala, Domingo -aclar¨® ayer- personalmente pidi¨® permiso al director art¨ªstico del teatro, Emilio Sagi, para que la dejara ir. Sagi le dijo que era imposible y ella se fue de todas formas, aunque tambi¨¦n cancel¨® esa gala. "Hice esa gesti¨®n, pero luego ella tampoco fue a cantar, yo no s¨¦...", dec¨ªa ayer.
La soprano dijo que se retiraba porque la versi¨®n de Sagi le parec¨ªa obscena y en contra del esp¨ªritu de Verdi. Domingo explic¨® su punto de vista. "Yo nunca he tenido que verme obligado a retirarme de una producci¨®n, pero he visto cosas en las que no hubiera participado. De todas formas, se ha visto que esta Traviata que ha hecho Pizzi no ten¨ªa nada especialmente ofensivo".
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