"Mire usted, yo soy un poeta..."
Manolo V¨¢zquez Montalb¨¢n naci¨® a la literatura con la poes¨ªa. Una educaci¨®n sentimental, su libro inici¨¢tico -que escribi¨® en la c¨¢rcel-, apareci¨® en El Bardo en 1967. Con ¨¦l puso de relieve que era posible investigar en el lenguaje, buscar nuevas formas de expresi¨®n, renovar y, a la vez, hablar de las emociones colectivas, ara?ar en la piel de la memoria, aunar, en el espacio del poema, la cultura popular y la cultura m¨¢s elaborada. Concha Piquer pod¨ªa convivir con T. S. Eliot; los rostros vencidos en la sala de espera de un consultorio del "seguro obligatorio de enfermedad", con Fran?oise Hardy, y el preso pol¨ªtico, con Ella Fitzgerald.
Quien pocos a?os despu¨¦s se convirti¨® en el nov¨ªsimo senior por excelencia de la antolog¨ªa de Castellet, ofrec¨ªa la cara cr¨ªtica, hecha con la fibra de la conciencia m¨¢s l¨²cida de su generaci¨®n, de una renovaci¨®n po¨¦tica que pretend¨ªa la prevalencia, en el poema, de la cultura sobre la vida. Manolo nunca, ni siquiera en los a?os setenta, tiempo de esplendor del culturalismo, lo vio as¨ª. Desde sus primeros versos, vida y lenguaje convivieron en su poes¨ªa, mantuvieron -mantienen- una relaci¨®n dial¨¦ctica. Tras aquel memorable primer libro, Manolo public¨® Movimientos sin ¨¦xito (1969) -tambi¨¦n escrito, en su mayor parte, en la c¨¢rcel-, una reflexi¨®n acerada sobre la realidad fragmentaria del mundo contempor¨¢neo.
Desde sus primeros versos, vida y lenguaje convivieron en su poes¨ªa
No puedo separar el mundo po¨¦tico que cre¨®, hecho de im¨¢genes rotas (siempre la sombra de Eliot), de seres humildes, de apelaciones a la cultura, de cr¨ªtica hist¨®rica, de compasi¨®n, de memoria, de deseo, de la imagen del propio Manolo leyendo poemas in¨¦ditos, versos que hablaban de la madre amada y muerta, un d¨ªa de julio de 2002. Fue en Priego, con motivo de un curso de verano. Durante la comida confes¨® que hac¨ªa mucho tiempo que no acud¨ªa a hablar de poes¨ªa, a leer su poes¨ªa, simplemente porque no se le llamaba para ello. En el fondo estaba aludiendo a la ra¨ªz de su vocaci¨®n literaria: ¨¦l se consideraba, por encima de todo, poeta. As¨ª lo afirm¨® en no pocas ocasiones y as¨ª lo expres¨®, seg¨²n cuenta en el pr¨®logo a su poes¨ªa completa Josep Mar¨ªa Castellet, en septiembre de 1985, durante un seminario en Sitges cuando, ante la alocuci¨®n interminable y metaf¨ªsica de un fil¨®sofo italiano sobre la posmodernidad, Manolo dijo en voz baja, casi inaudible: "Mire usted, yo soy un poeta...".
Manuel Rico es autor de Memoria, deseo y compasi¨®n. Una aproximaci¨®n a la poes¨ªa de Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n (Mondadori, 2001).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.