"Hay que introducir la ciencia en la sociedad"
El f¨ªsico e historiador de la ciencia Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Ron (Madrid, 1949) leer¨¢ esta tarde el discurso de ingreso en la Real Academia Espa?ola. Le dar¨¢ la bienvenida Juan Luis Cebri¨¢n, uno de los acad¨¦micos que, junto a Emilio Lled¨® y Antonio Colino, le propuso. Ocupar¨¢ el sill¨®n G, en el que suceder¨¢ a Jos¨¦ Mar¨ªa de Areilza y que hubiera sido tambi¨¦n el de Jos¨¦ Hierro de no haber muerto antes de su ingreso. Eso le emociona, como el que uno de los fundadores de la RAE, Jos¨¦ Cassani, matem¨¢tico y autor de un Tratado de los cometas, publicado en 1737, tambi¨¦n ocupase el sill¨®n G.
Catedr¨¢tico de Historia de la Ciencia en la Universidad Aut¨®noma de Madrid, es autor de una veintena de libros, entre ellos Los mundos de la ciencia, El futuro es un pa¨ªs tranquilo, El jard¨ªn de Newton: la ciencia a trav¨¦s de su historia, El poder de la ciencia, Historia de la f¨ªsica cu¨¢ntica o el Diccionario de la ciencia.
"El conocimiento de la ciencia es imprescindible para conseguir un mundo mejor"
"Para m¨ª es m¨¢s importante la libertad que la instrucci¨®n de la ciencia"
De S¨¢nchez Ron ha escrito Jorge Wagensberg, en este diario, que "es un buen f¨ªsico, un buen pensador y un buen escritor". Es, adem¨¢s, un buen comunicador. Tiene un entra?able aire de sabio despistado, a veces ni siquiera recuerda el tel¨¦fono de su casa, y es comprensivo con la ignorancia de los dem¨¢s".
Elogio del mestizaje: historia, lenguaje y cultura, t¨ªtulo del discurso que pronunciar¨¢ esta tarde, es un resumen de sus ideas. El mestizaje de la ciencia, primero, y, luego y muy importante, el de la cultura cient¨ªfica y la human¨ªstica. Su batalla es "introducir la ciencia en la sociedad", no de una manera fr¨ªa y did¨¢ctica, sino a trav¨¦s de la emoci¨®n. Es importante, asegura, porque la ciencia ayuda a razonar y la raz¨®n contribuye a la libertad.
Pregunta. ?Contento o emocionado por entrar en la Academia?
Respuesta. Hasta ahora estoy contento. Supongo que el domingo [por hoy] estar¨¦ emocionado y m¨¢s que emocionado, conmovido porque los acad¨¦micos hayan pensado en m¨ª. Si alguna vez alguien me hubiera preguntado qu¨¦ honor de los que se conceden en Espa?a preferir¨ªa, hubiera dicho sin vacilar que estar en la Academia.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque no hay honor mejor que poder trabajar en algo que sirve de denominador com¨²n: la palabra. Soy reacio a dar mi tiempo a los dem¨¢s y para hacerlo la mejor oportunidad es la Academia.
P. Hablar¨¢ del mestizaje cient¨ªfico. ?A qu¨¦ se refiere?
R. La interrelaci¨®n entre las disciplinas cient¨ªficas es el estadio previo para los grandes avances cient¨ªficos. La cada vez m¨¢s progresiva reuni¨®n de disciplinas ser¨¢ una de las caracter¨ªsticas del siglo XXI. Existe una tendencia a reconstruir el pasado a partir de disciplinas cient¨ªficas separadas, la f¨ªsica, la qu¨ªmica, la biolog¨ªa..., pero seg¨²n avanzo en mi formaci¨®n como historiador de la ciencia m¨¢s encuentro una cultura cient¨ªfica mestiza. Ning¨²n gran paso adelante de cualquiera de las disciplinas cient¨ªficas se hubiera producido sin un profundo conocimiento de las dem¨¢s. El mayor reto cient¨ªfico es conocer el funcionamiento del cerebro humano y s¨®lo podr¨¢ lograrse estudi¨¢ndolo de una manera integrada.
P. M¨¢s dif¨ªcil parece el mestizaje entre la cultura cient¨ªfica y la human¨ªstica.
R. Es mucho m¨¢s f¨¢cil encontrar a un humanista completamente ignorante y desinteresado de las materias cient¨ªficas que a un cient¨ªfico ignorante de las human¨ªsticas. La diferencia entre un cient¨ªfico y un fil¨®sofo, suele decirse, es que el primero sabe todo de nada y el segundo sabe nada de todo.
P. O sea, que est¨¢n en polos opuestos. La brecha es enorme, ?c¨®mo superarla?
R. Durante mucho tiempo cre¨ª, iluso de m¨ª, que podr¨ªa hacerse a trav¨¦s de la educaci¨®n. Ahora s¨¦ que no es suficiente. No podremos superar el abominable abismo que separa ambas culturas si nos limitamos a explicar a los legos qu¨¦ es la ciencia y cu¨¢les son sus contenidos. Hay que conseguir que les llegue al esp¨ªritu, al coraz¨®n, conmoverles. Hay que introducir la ciencia en la sociedad.
P. ?Quiere usted popularizarla?
R. Creo que su conocimiento es imprescindible para conseguir un mundo mejor. La ciencia es el mejor instrumento inventado para librarnos de los mitos, para facilitar el intercambio racional entre las personas. La ciencia es tambi¨¦n un instrumento de poder econ¨®mico, por eso hay que conocerla. Para hablar del futuro de la biogen¨¦tica, por ejemplo, para tomar decisiones, no se puede partir de prejuicios sino que es imprescindible tener conocimiento cient¨ªfico.
P. Habla usted como si la ciencia estuviera marginada y, en cambio, son muchos los que piensan que son las humanidades las que no tienen futuro.
R. Los que dicen eso no est¨¢n pensando en una contraposici¨®n entre cultura cient¨ªfica y cultura human¨ªstica, sino que realmente hablan de dominar instrumentos tecnol¨®gicos, quiz¨¢ con la idea de obtener mejores trabajos. Con frecuencia, los partidarios de las nuevas tecnolog¨ªas son unos profundos ignorantes del conocimiento cient¨ªfico y, por supuesto, no poseen una visi¨®n cient¨ªfica del mundo. Si la educaci¨®n avanza por ah¨ª ser¨¢ dram¨¢tico.
P. Usted estudi¨® F¨ªsica y trabaj¨® como investigador de esa disciplina, ?por qu¨¦ lo abandon¨®?
R. Me resulta dif¨ªcil reconstruir el pasado. No logro recordar por qu¨¦ estudi¨¦ F¨ªsica, pero s¨ª que pronto me interes¨® la historia y, en la medida de mi formaci¨®n cient¨ªfica, fue l¨®gico que me inclinase por la historia de la ciencia. Soy mejor historiador que cient¨ªfico.
P. Da clases y escribe, ?qu¨¦ le gusta m¨¢s?
R. Investigar para escribir. Para m¨ª el placer de la investigaci¨®n est¨¢ ¨ªntimamente unido a la escritura. Saber por saber es importante, pero no lo m¨¢s importante. A m¨ª lo que me gusta es recoger conocimiento para encajonarlo en un libro. ?Las clases? S¨®lo siento el placer del momento de impartir las clases, en las que intento dar lo mejor de m¨ª mismo, pero no me sentir¨ªa frustrado si no tuviera que volver a la Universidad.
P. Ha escrito usted una veintena de libros, ?cu¨¢les son sus preferidos?
R. Cuatro: El poder de la ciencia, El futuro es un pa¨ªs tranquilo, Historia de la f¨ªsica cu¨¢ntica: I. El periodo fundacional (1860-1926), precisamente, ahora estoy preparando el segundo volumen, y Diccionario de la ciencia.
P. Por cierto, hablando del diccionario, ?no fue una frivolidad por su parte incluir la f¨®rmula qu¨ªmica del Chanel n? 5?
R. No, muy al contrario. Es una manera m¨¢s de demostrar que la ciencia est¨¢ en todas partes y que influye en nuestras vidas.
P. C¨®mo cient¨ªfico, va a tener usted mucho trabajo en la Academia. El ingl¨¦s contamina cada d¨ªa m¨¢s la terminolog¨ªa cient¨ªfica y tecnol¨®gica.
R. No podemos olvidar en qu¨¦ idioma se hace y se escribe la ciencia. Los mejores cient¨ªficos de cada pa¨ªs escriben y se comunican en ingl¨¦s. Parece que los anglicismos son inevitables, pero, por ejemplo, ?no podr¨ªamos decir Gran Estallido en lugar de Big Bang? La Academia, en mi opini¨®n, trata de orientar, tambi¨¦n de controlar pero, en definitiva, quien construye el lenguaje es la gente, la sociedad.
P. Dice usted que el mejor servicio que puede dar una lengua es el poder utilizarla en defensa de la libertad.
R. Mi discurso no es nada pol¨ªtico, porque entro en la Academia por mi relaci¨®n con la ciencia, pero tengo que decir que para m¨ª es m¨¢s importante la libertad que la instrucci¨®n de la ciencia.
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