Nuestra responsabilidad con Irak
La Conferencia de Donantes que se celebra en Madrid durante estos d¨ªas servir¨¢ para mostrar a la opini¨®n p¨²blica, una vez m¨¢s, los graves problemas a los que se enfrenta la poblaci¨®n civil iraqu¨ª en tan delicados momentos de su historia. Tras dos sangrientas guerras del Golfo y 12 a?os de embargo comercial, los datos hablan por s¨ª solos. La mitad de sus 24 millones de habitantes est¨¢ en el paro y m¨¢s de 10 millones de ellos subsiste ¨²nicamente gracias a la ayuda humanitaria internacional. Los servicios p¨²blicos funcionan bajo m¨ªnimos y acceder a los productos de primera necesidad, incluso al agua potable, se convierte en una aut¨¦ntica odisea para todos. El atentado contra la sede de la ONU en Bagdad, el asesinato del l¨ªder chi¨ª Moha-med Baquer al Hakim o las advertencias recibidas por las ONG, que en el caso del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja se materializaron con la muerte de dos de sus miembros, completan la radiograf¨ªa de un estado ca¨®tico que, desde el punto de vista humanitario, sume a la poblaci¨®n de Irak en una situaci¨®n de extrema vulnerabilidad. Llevar a cabo una reflexi¨®n responsable, adoptando para ello un enfoque integral que, en un mismo movimiento, privilegie tanto la ayuda humanitaria m¨¢s urgente como el desarrollo real de estrategias a medio y largo plazo de reconstrucci¨®n de la sociedad civil, se revela entonces como una tarea indispensable a la hora de alcanzar una paz posible, para Irak y para todos.
- Aunar esfuerzos y delimitar funciones. Uno de los requisitos fundamentales para poder pensar la paz y actuar en consecuencia es que el orden y la estabilidad se conviertan en una realidad tangible en todo el territorio iraqu¨ª. Abandonado como se encuentra actualmente a la inseguridad ciudadana, a los saqueos o a los ataques terroristas de distinto calibre e intensidad, Irak se sumerge en un caos cotidiano en el que resulta pr¨¢cticamente imposible realizar trabajo alguno tendente a recuperar el normal funcionamiento de la vida en el pa¨ªs.
M¨¢s all¨¢ del tira y afloja que sostienen las grandes potencias mundiales en cuestiones econ¨®micas o pol¨ªticas relacionadas con la reconstrucci¨®n de Irak, lo que por encima de todo preocupa al Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja es la situaci¨®n de las v¨ªctimas de la guerra y las medidas necesarias para su protecci¨®n. El Derecho Internacional Humanitario es claro al respecto, y en particular el IV Convenio de Ginebra, que subraya la responsabilidad de las autoridades de ocupaci¨®n de velar por la seguridad de la poblaci¨®n civil en sus vidas y actividades habituales, una responsabilidad que deber¨ªa verse estimulada gracias a la reciente resoluci¨®n de Naciones Unidas, que ha supuesto un clima nuevo de entendimiento y consenso internacional.
Tambi¨¦n forman parte de las preocupaciones del Movimiento que sea respetado en Irak -y en cualquier lugar del mundo- el derecho de toda persona privada de libertad, sea cual fuere la causa, a ser tratada con humanidad y dignidad. Por ¨²ltimo, resulta preciso tambi¨¦n reivindicar que las tareas de asistencia humanitaria sean realizadas por las ONG de manera independiente, porque es a ellas a quienes ata?e responder a las necesidades b¨¢sicas de la poblaci¨®n iraqu¨ª.
Establecer coordenadas de cooperaci¨®n y solidaridad entre los diferentes actores, trabajar todos codo con codo, pero cada uno desarrollando sus tareas espec¨ªficas de manera independiente, o potenciar el papel de las organizaciones humanitarias como efectivas representantes y mediadoras ante la sociedad civil iraqu¨ª, son algunas de las prerrogativas ineludibles si lo que se pretende es lograr una paz definitiva, en Irak y en el mundo.
- La reconstrucci¨®n de la sociedad civil. Formando parte de la sociedad civil de la comunidad a la que presta su ayuda, a la vez que ofreci¨¦ndole su poderosa voz para defender su dignidad ante la comunidad internacional, cada una de las 180 sociedades nacionales que componen la Federaci¨®n Internacional son entendidas conocedoras del terreno que pisan, y se han ganado a pulso la credibilidad de la que gozan entre los miembros de la sociedad civil con la que trabajan. Las personas all¨ª presentes saben siempre, y de primera mano, que la Cruz Roja ha estado antes, estar¨¢ durante y se quedar¨¢ mucho tiempo despu¨¦s de finalizado el conflicto o la cat¨¢strofe sufrida para ayudar en las tareas de recuperaci¨®n humanitaria. La Media Luna Roja Iraqu¨ª est¨¢ desde 1934 en el pa¨ªs y, si en la actualidad centra su atenci¨®n en la rehabilitaci¨®n de centros m¨¦dicos de atenci¨®n primaria y plantas de tratamiento de agua, antes de la guerra ya hab¨ªa puesto en marcha un ambicioso plan de contingencia dirigido a atender las necesidades de las personas m¨¢s vulnerables.
El proceso de reconstrucci¨®n de la sociedad iraqu¨ª debe ser un proceso de base end¨®gena, dirigido cuanto antes por la sociedad civil iraqu¨ª. Potenciar la participaci¨®n activa de la sociedad civil y fortalecer el tejido social, as¨ª como cooperar en la reconciliaci¨®n social de diferentes grupos pol¨ªticos, religiosos o ¨¦tnicos enfrentados o asistir a las comunidades en el aprendizaje del uso de las tecnolog¨ªas m¨¢s id¨®neas que les permitan autoabastecerse, constituyen indudablemente algunas de las herramientas m¨¢s importantes a tener en cuenta a lo largo de tan dif¨ªcil proceso de rehabilitaci¨®n. Porque colaborar en las tareas de reconstrucci¨®n de la sociedad civil iraqu¨ª es colaborar en la reconstrucci¨®n de Irak.
Asumir nuestra responsabilidad con Irak significa ofrecer respuestas efectivas de desarrollo sostenible a corto, medio y largo plazo a una poblaci¨®n afectada dram¨¢ticamente por las consecuencias de una guerra a¨²n sin acabar. Delimitar las funciones y responsabilidad de cada actor implicado en el conflicto, con el objetivo de potenciar la ¨®ptima utilizaci¨®n de los recursos disponibles, al tiempo que fomentar el fortalecimiento de la sociedad civil iraqu¨ª, para que sea capaz de guiar con manos propias su historia y su destino, se convierte en el mejor camino posible para construir, entre todos, una paz que pueda sostenerse a s¨ª misma.
Jos¨¦ Manuel Su¨¢rez del Toro Rivero es presidente de la Federaci¨®n de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
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