El Gobierno italiano acepta negociar la reforma de las pensiones
El Ejecutivo dialogar¨¢ con los sindicatos, pero no paralizar¨¢ el proyecto en el Senado
La reforma de las pensiones en Italia entra hoy en una fase cr¨ªtica. El ministro del Bienestar Social, Roberto Maroni, anunci¨® ayer su disposici¨®n a negociar con los sindicatos tras la huelga general de cuatro horas del viernes, pero afirm¨® que el proyecto de reforma ser¨ªa enviado hoy mismo al Senado, al margen de cualquier posible di¨¢logo. Los dirigentes sindicales insistieron en que la tramitaci¨®n parlamentaria impedir¨ªa los contactos y provocar¨ªa una ruptura total.
Pese a la disposici¨®n al di¨¢logo, el tono del Gobierno no es precisamente de mano tendida. Roberto Maroni desafi¨® ayer a los sindicatos y proclam¨® que la reforma deb¨ªa seguir adelante, aunque se dijera dispuesto a hablar mientras tanto de los aspectos secundarios de la ley. En un acto p¨²blico en Varese, Maroni declar¨®: "Estamos preparados para reabrir la negociaci¨®n con los agentes sociales si existe una propuesta alternativa".
La batalla de las pensiones se ha trasladado, despu¨¦s de la huelga, al seno del propio gobierno. El partido central de la coalici¨®n conservadora, la Forza Italia de Silvio Berlusconi, estaba decidido a seguir adelante con el plan de retrasar la edad de jubilaci¨®n sin atender a la presi¨®n de los sindicatos. La Liga Norte, como de costumbre, se alineaba con Forza Italia. Alianza Nacional, la formaci¨®n neofascista de rasgos dialogantes, ped¨ªa en cambio que se suspendiera el env¨ªo del texto al Senado y se abriera una negociaci¨®n para buscar f¨®rmulas de consenso.
Las diferencias entre el bloque de los sindicatos y los partidos de izquierda, por un lado, y la coalici¨®n derechista en el gobierno, por otro, no parec¨ªan insalvables. El secretario general de la CISL, Savino Pezzotta, declar¨® en una entrevista a Il Corriere della Sera que estaba dispuesto a dialogar y sugiri¨® que no se opon¨ªa frontalmente a una prolongaci¨®n de la vida laboral (de los 60 a los 65 a?os para los hombres a partir de 2008), pero s¨ª a que ¨¦sta se efectuara de forma brusca, lo que hac¨ªa que, para un trabajador cercano al retiro, haber nacido una semana antes o despu¨¦s supusiera una enorme diferencia.
Pezzotta se?al¨® que un sistema de incentivos podr¨ªa conducir a un acuerdo. Agreg¨®, sin embargo, que el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, deb¨ªa realizar un gesto de buena voluntad y hablar con los interlocutores sociales antes de iniciar la tramitaci¨®n parlamentaria del proyecto de ley.
Paolo Nerozzi, secretario general del sindicato CGIL, fue m¨¢s tajante y declar¨® que no ser¨ªa posible ninguna negociaci¨®n si el Gobierno no daba por suprimido su proyecto e iniciaba una negociaci¨®n "a partir de cero". Nerozzi hizo notar que esta semana se reunir¨ªa de nuevo la coordinadora de los tres grandes sindicatos nacionales para estudiar nuevas medidas de protesta, entre ellas una posible huelga general de jornada completa a celebrar en diciembre.
La huelga parcial del viernes pasado hizo que ambas partes se sintieran relativamente fuertes. Los sindicatos sacaron a la calle casi 1,5 millones de personas y consiguieron paralizar la mayor parte del sector p¨²blico; el gobierno comprob¨® que en la empresa privada y el comercio la convocatoria de huelga fue acogida con tibieza.
Negociar el desempate
El resultado del viernes fue tan incierto que Gobierno y centrales sindicales empezaron a pensar inmediatamente en un desempate. Los sindicatos, conscientes de que la popularidad de Silvio Berlusconi iba a la baja, sopesaron la opci¨®n de una nueva huelga, m¨¢s rotunda, que tratara de abarcar a todos los descontentos con el gobierno de la derecha.
El partido de Berlusconi, Forza Italia, presinti¨® en cambio que la reforma de las pensiones (a la que se opone, seg¨²n los sondeos, un 58% de los italianos) pod¨ªa ser la v¨ªa para desgajar definitivamente a los sindicatos de la empresa privada y sofocar el instrumento m¨¢s vivo de la izquierda pol¨ªtica. Y ayer, terci¨® el ministro de Bienestar con una t¨ªbia oferta de di¨¢logo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.