Cosas de Espa?a
"Antes una Espa?a roja que una Espa?a rota", dijo el prefascista, llamado "protom¨¢rtir" en el lenguaje del largo fascismo, Calvo Sotelo: quiz¨¢ sea lo ¨²nico en que yo est¨¦ de acuerdo con ellos. Incluso rota la querr¨ªa: si sus fragmentos fueran rojos. No tengo identidad con la Espa?a de ellos, del Cid a Rajoy; nunca he querido sentirme espa?ol, y comprendo que nadie quiera serlo. Es un mal pa¨ªs, mal hecho: es producto de una rapi?a que no cesa. No soy espa?ol de esta bandera cantada a gritos por Aznar; no soy de ning¨²n otro pa¨ªs en los que he vivido largamente, y s¨ª soy ciudadano con aquellos que empezaron a llamarse ciudadanos a s¨ª mismos en vez de s¨²bditos. Soy dem¨®crata de la democracia universal de los primeros grandes te¨®ricos; y de la que intentaron aquellos ciudadanos con tal ¨ªmpetu que se guillotinaron unos a otros. No veo en el papel de Ibarretxe nada que me garantice un Pa¨ªs Vasco rojo; m¨¢s bien me lo niega. Tengo personas nacionalistas muy, muy queridas. Les digo, y no atienden, que el nacionalismo no vale sin funci¨®n de izquierdas; que nada es nada si no libera. Estoy con la frase de Lula en Oviedo: "La miseria y el hambre no son un fallo t¨¦cnico y no pueden esperar. Es necesario que la comunidad internacional emprenda la ¨²nica guerra de la que saldremos vencedores: el combate contra la pobreza y la exclusi¨®n social. La vida. La vida y nada m¨¢s". La comunidad internacional tendr¨ªa que ser la de los ciudadanos. No estoy con Lula porque desconf¨ªo: es demasiado elogiado para ser real. No estoy con una persona tan digna, si no fuera quien es, como Felipe de Borb¨®n: "Donde habita el amor por la cultura est¨¢n rotas para siempre las cadenas de la ignorancia, de la oscuridad y del miedo": no es verdad: y aqu¨ª habit¨® la cultura que iba en expansi¨®n y los de la Espa?a Una la violaron, la asesinaron y hoy ha terminado en un ministerio y una secretar¨ªa de Estado dentro de una monarqu¨ªa hereditaria, que es lo m¨¢s adverso a la noci¨®n de saber y cultura que pueda darse, por aceptables que sean las personas que la contin¨²en (tengo estima personal por ese pr¨ªncipe: me gustar¨ªa que fuera el ciudadano Borb¨®n).
Tengo animadversi¨®n por el fascismo subterr¨¢neo; prefiero la dinast¨ªa de los Borbones a la de los Franco representada por los aznares. Es muy sencillo: quiero que no nos fragmenten, que no nos rompan: quiero que desaparezcan palabras como inmigrantes, charnegos, maketos. No lo veo en el plan de Ibarretxe.
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