Agenda

La agenda pol¨ªtica prevista para despu¨¦s de las elecciones del 25-M pasado (sucesi¨®n de Aznar, elecciones auton¨®micas catalanas, elecciones generales y elecciones europeas) se vio incrementada con la repetici¨®n de las auton¨®micas de Madrid (que el pasado domingo confirmaron las previsiones de las encuestas) y la irrupci¨®n de la propuesta de Ibarretxe en un plan con iter parlamentario y pol¨ªtico definidos.

Los resultados locales y auton¨®micos de mayo no dieron para sobresaltos, excepto que quienes apostaron por desgastar al gobierno excitando la indignaci¨®n de las mayor¨ªas con el No a la guerra y la cr¨ªtica feroz por la gesti¨®n de la cat¨¢strofe del Prestige comprobaron que las arenas municipal y auton¨®mica no eran el lugar adecuado donde cobrarse el coste electoral; para sorpresa de muchos, la mayor movilizaci¨®n del electorado de izquierda arrastr¨® al de derecha y, por los resultados, puede afirmarse que donde hab¨ªa mayor¨ªas de uno u otro signo las sigui¨® habiendo, y donde hab¨ªa mucho pluralismo apenas si se dieron leves retoques (siempre m¨¢s en clave local o auton¨®mica, que en clave estatal).

La propia sucesi¨®n de Aznar hubo de adelantarse en previsi¨®n de que no coincidiese con la excitaci¨®n dial¨¦ctica de la pre-campa?a madrile?a, mientras que los anuncios de julio del lehendakari se precipitaron a finales de setiembre abriendo un calendario que iba a solaparse con la celebraci¨®n del XXV Aniversario de la Constituci¨®n y dirigido a intervenir en ella intentando retrotraer el debate al momento constituyente, al esgrimir el (al parecer y hasta hoy) programa m¨¢ximo del PNV en materia de soberan¨ªa. A lo que en principio parec¨ªa s¨®lo una compleja secuencia de elecciones le sobrevienen, pues, detalles y nuevos retos que van a dar mucho de s¨ª en los pr¨®ximos meses.

Una victoria de la izquierda en Madrid hubiera supuesto un aliciente a?adido a las expectativas de las izquierdas catalanas y dado lugar, quiz¨¢s, a un clima propicio para la formaci¨®n de un gobierno de coalici¨®n entre PSC, ERC e IC; y, de ser as¨ª, un duro test para el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno. Pero cay¨® Madrid.

Sin esperar a los resultados catalanes, el PNV acaba de dar a entender que de seguir el clamor (espa?ol) contra la propuesta Ibarretxe, podr¨ªan adelantar las elecciones auton¨®micas en Euskadi y convertirlas en un plebiscito sobre el plan de los nacionalistas, algo que algunos analistas pensamos que har¨ªa en las elecciones municipales, y que quiz¨¢ no hizo porque no ten¨ªa un dise?o especificado del iter del mismo.

La complicaci¨®n de la agenda pol¨ªtica obligar¨¢ a cada actor a insistir en las ideas fuerza de mayor entidad para la maximizaci¨®n de su cosecha electoral de marzo, (y, para la previa de noviembre en Catalunya, aunque con m¨¢s matices): ?se reiterar¨¢ la izquierda en sus argumentos contra la posici¨®n del Gobierno en la guerra de Irak convencidos de que ser¨¢ en la arena de las legislativas donde el electorado descontento castigar¨¢ al PP?; ¨¦ste, por su parte, ?acentuar¨¢ su apuesta constitucional para amalgamar a los indecisos de centro y derecha en torno a su concepto de la unidad de la Espa?a constitucional y explotar¨¢ convenientemente su coherencia frente a la divisi¨®n (territorial, org¨¢nica y program¨¢tica) del PSOE?; el ¨®rdago del PNV ?acerca al PSOE y al PP alej¨¢ndoles de los nacionalistas (CiU, ERC, BNG, etc...)?; ?deben descartarse hipot¨¦ticos gobiernos de PSC-CiU o de CiU-PP que complicar¨ªan todav¨ªa m¨¢s la agenda?