Aimar y Jesuli desengrasan un partido tenso

Otra vez extenuante result¨® un Valencia-Celta, dos rivales feroces en los ¨²ltimos a?os. Otra vez un partido hosco y disputad¨ªsimo, si bien con la novedad en esta ocasi¨®n de algunos detalles extraordinarios. Los que pusieron los due?os del talento en cada equipo. Es decir, Aimar en los de casa y Jesuli en los forasteros. Cada cual rompi¨® a golpe de genialidad la rigidez del encuentro, que tuvo momentos muy locos.

Existe un t¨®pico en el f¨²tbol seg¨²n el cual los jugadores altos son buenos cabeceadores y los bajitos no. Falso. La altura ayuda, pero no es determinante. Ejemplos hay muchos. Carew, cedido por el Valencia al Roma, pasa del 1,93 metros y es un cabeceador mediocre. Aimar, en cambio, no llega al 1,70 y es un notable cabecador. Salta mucho y, sobre todo, sabe sostenerse en el aire, lo que es fundamental. Fue lo que consigui¨® anoche en Mestalla. Le vino un buen centro desde la izquierda de Carboni, pero el bal¨®n se le quedaba ligeramente a un lado. As¨ª que, hubo de sostenerse arriba, dibujar un escorzo y golpear con el lateral de la cabeza. El bal¨®n sali¨® cruzado y al meta Cavallero le rompi¨® la cintura. Lleg¨® tarde en la estirada. Abri¨® un partido Aimar que hasta ese momento, el filo del descanso, hab¨ªa resultado una obscenidad: feo, brusco y constantemente interrumpido. El antif¨²tbol.

Pese a no llegar al 1,70 de altura, Aimar es un notable cabeceador, como demostr¨® anoche

Pero, de pronto, se lesion¨® Vicente tras lanzar un pelotazo a las nubes, entr¨® por ¨¦l Canobbio, y, entretanto, se atrevi¨® Carboni. Es decir, se lanz¨® al ataque con una gran decisi¨®n. Super¨® a Velasco, que se venci¨® muy r¨¢pido, y centr¨® con la zurda muy suave para que Aimar mostrara sus dotes a¨¦reas. A continuaci¨®n, con la lata abierta, el reci¨¦n ingresado Canobbio aprovech¨® una falta a casi 30 metros de Cavallero para demostrar que dispone de un disparo dur¨ªsimo a bal¨®n parado. La entrada de Canobbio result¨® refrescante para su equipo. Al menos durante los pocos minutos que estuvo en plenas condiciones, pues el tobillo le qued¨® maltrecho tras una entrada de Jesuli.

El ¨¢rbitro, Pino Zamorano, alarg¨® el retraso con el que ya ven¨ªa el partido con su obsesi¨®n por los adornos de los jugadores. Primero oblig¨® a Jesuli a quitarse un pendiente, y despu¨¦s a Aimar a retirarse una pulsera.

La t¨¢ctica defensiva del Celta, que r¨¦dito le dio los dos ¨²ltimos a?os en Mestalla, qued¨® entonces a la intemperie. Deb¨ªa salir de la madriguera y el choque sali¨® muy beneficiado. Y especialmente Aimar, que pinch¨® un bal¨®n que cay¨® del cielo ante los suspiros de admiraci¨®n de la grada. Fant¨¢stico. Sin embargo, cuando m¨¢s c¨®modo estaba el cuadro de Ben¨ªtez, el Celta dispar¨® por primera vez entre los tres palos. Y marc¨®. Jesuli hab¨ªa desequilibrado por la izquierda y, tras unos rechaces, Berizzo empal¨® a gol con un zurdazo. Ca?izares ni se movi¨®.

El partido volvi¨® as¨ª al principio: o sea, el Celta otra vez armado defensivamente hasta los dientes y Jos¨¦ Ignacio parando a Aimar en una secuencia interminable de faltas. De pronto, sin embargo, todo cambi¨®. Toda la rigidez de la primera parte se diluy¨® de un plumazo. El partido se desat¨®. Surgi¨® Jesuli y ense?¨® un sutil control con el exterior del pie que le permiti¨® quedarse solo ante Ca?izares. Lo bati¨® de un tiro con la izquierda. M¨¢s bien tirito, pero fue gol porque a Ca?izares le fallaron los reflejos. La efectividad gallega era total: segundo disparo entre los tres palos, segundo gol.

El Valencia ten¨ªa para desesperarse, pero sigui¨® empe?ado en atacar. Y en ¨¦sas, por fin, se le ali¨® la surte: Canobbio pifi¨® el disparo pero le sirvi¨® para enga?ar a Cavallero, que se espera el tiro hacia el otro lado.

Tras este segundo empate, las fuerzas se igualaron. El Valencia pag¨® el esfuerzo de su dominio. Ben¨ªtez prob¨® con la velocidad de Oliveira en sustituci¨®n de un apagado Mista. Pero el brasile?o estuvo muy ofuscado. Quien apareci¨® una vez m¨¢s fue Jesuli, que regate¨® hasta a cuatro defensas rivales, por el centro de la zaga, pero err¨® en el lanzamiento.