Ir por lana...
Julio Medem se queja del da?o que le est¨¢n haciendo las autoridades espa?olas distorsionando su documental sobre el Pa¨ªs Vasco con esas acusaciones ciegas con que le fustigan incluso sin haber visto la pel¨ªcula. De rebote, Medem podr¨ªa tener motivos para regocijarse por la magn¨ªfica campa?a publicitaria que involuntariamente le est¨¢n regalando. Quer¨ªan prohibirla, censurarla, y han acabado promocion¨¢ndola mejor que una buena agencia de publicidad.
A¨²n colea el tema: la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, con t¨ªpica ambig¨¹edad de gobernante, acaba de justificar que su embajada en Londres tratara de prohibir la exhibici¨®n de la ya famosa pel¨ªcula en el festival de esa ciudad, retirando la m¨ªnima aportaci¨®n con que hasta ahora ayudaba a la promoci¨®n del cine espa?ol. Se subvencionan, dice la ministra, "muestras art¨ªsticas de autores vascos en el extranjero siempre que se trate de proyectos que respeten el Estado de Derecho". Por otra parte, un peri¨®dico catal¨¢n ha hecho una peculiar encuesta que preguntaba a sus lectores si prohibir¨ªan o no La pelota vasca, la piel contra la piedra. Un 12% ha dicho que s¨ª. El productor, pues, deber¨ªa repartir beneficios con ciertas altas instancias de varios ministerios, con alg¨²n que otro embajador y hasta con los lectores de peri¨®dicos que quieren resucitar el hacha de la censura.
Los adolescentes han comenzado una sana guerra contra el cine tonto
Si fuera cierta la opini¨®n expresada esta semana por Vicente Aranda de que "el cine espa?ol est¨¢ sufriendo la venganza de la Administraci¨®n por el 'No a la guerra", coincidiendo en ello con Tim Robbins, que, promocionando Mystic River (la ¨²ltima pel¨ªcula dirigida por Clint Eastwood), ha asegurado que el mensaje de la Administraci¨®n de su pa¨ªs a los cineastas es el de que, "si abres la boca, vendr¨¢n a castigarte por ello", estar¨ªamos ante una de las m¨¢s positivas campa?as a favor del cine. Que cunda el ejemplo y que sigan intentando prohibir, aun con todos sus riesgos. Robbins lo tiene claro: "Prefiero quedarme sin trabajo que cerrar la boca". El tiempo, es de esperar, dar¨¢ la raz¨®n a Tim Robbins. Las pel¨ªculas duran m¨¢s que sus censores... o casi.
No todos los cineastas tienen id¨¦nticos problemas. David Lynch, el reputado recreador "del lado oscuro del ser humano", ha decidido mejorar el mundo convirti¨¦ndose en impulsor "de la paz y de la armon¨ªa", encabezando para ello una campa?a para construir 3.000 "palacios de la paz" por los cinco continentes. Los devotos de la Meditaci¨®n Trascendental, como ¨¦l mismo, tendr¨¢n en esos recintos un lugar donde concentrar su poder mental con el fin de acabar con la guerra y cualquier otra violencia: "De construirse ahora esos palacios, el mundo podr¨ªa estar en paz este mismo a?o", ha declarado con m¨ªstica convicci¨®n en rueda de prensa. Ser¨ªa bueno que estos alucinados cineastas capitaneados por Lynch (?qu¨¦ misteriosas son algunas de sus pel¨ªculas!) comenzaran por intentar cambiar su propio mundo de Hollywood, donde los gerifaltes no se andan con chiquitas.
Un ejemplo, estos mismos d¨ªas, es el de la moralista firma Walt Disney, que ha roto su contrato con Ben Affleck por haberse cancelado su boda con Jennifer L¨®pez debido a recientes infidelidades prematrimoniales del actor. Si Affleck ha resultado ser un casquivano, no puede ser ejemplo de jovencitos y jovencitas. ?C¨®mo si a ¨¦stos les importara! Seg¨²n han calculado responsables de otras grandes compa?¨ªas norteamericanas, el 20% de la audiencia juvenil ha decidido olvidarse de la tele y de buena parte del cine, hartos, al parecer, de que les consideren cortos mentales. Los adolescentes han comenzado una sana guerra contra el cine tonto. La mejor posible: dejar de ver chorradas con grandes presupuestos publicitarios y correr a ver las pel¨ªculas que nos quieren prohibir. Tanto los magnates de las finanzas de Hollywood como los nuevos censores de aquestos pagos est¨¢n saliendo trasquilados. Ojal¨¢ dure.
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