De armas tomar

Uno, la capacidad del director Harald Zwart (o de su productor; pero eso es lo de menos) para cargar tanto las tintas sobre la ingenua malignidad de su protagonista como para hacerla virtualmente inocua: peor parados que la muchacha, que al fin y al cabo tiene un proyecto en la vida (absurdo, pero proyecto al fin: vivir en una casa "como la de las revistas", es decir, de un hortera vomitivo) salen todos los machos con los que se cruza, que ante su portentoso f¨ªsico trocan cerebro por entrepierna, y as¨ª les va. Y el segundo elemento positivo de la pel¨ªcula es un gui¨®n lleno de situaciones desopilantes: un polic¨ªa gordo, cat¨®lico y sentimental, un abogado masoquista, un muerto de hambre que se merece casi todo lo que le pasa, un ir¨®nico asesino a sueldo con un tup¨¦ que para s¨ª querr¨ªa el mism¨ªsimo Elvis...

Divina pero peligrosa es directa, abusa de la casualidad, pero se ve de un tir¨®n; y no es Mrs. Tyler el menor de sus atractivos, con perd¨®n.