La vida-bolero de Agust¨ªn Lara
Pilar Tafur y Daniel Samper novelan los mitos y verdades del legendario compositor mexicano
Era tan feo que, cuando naci¨®, el m¨¦dico le dijo a su madre: "Esperemos 15 minutos. Si no respira es que es el ap¨¦ndice". Este chiste, cuya paternidad muchos atribuyen a ¨¦l mismo, describe bien la inveros¨ªmil mezcla de leyendas y realidades que fue la vida del c¨¦lebre compositor mexicano Agust¨ªn Lara, pianista de burdel a los 13 a?os, bolerista insigne despu¨¦s, cursi redomado, pionero del ¨¦xito radiado, feo con ganas, dandi y mujeriego impenitente, casado ocho veces, tres de ellas por la Iglesia y una con La Do?a, Mar¨ªa F¨¦lix, quiz¨¢ la mujer m¨¢s deseada de su tiempo.
Ahora, el "melodrama novelado" Mar¨ªa del alma (Plaza y Jan¨¦s), que firman a medias el matrimonio colombiano formado por Pilar Tafur y Daniel Samper, recupera la (a medias) canalla y glamourosa existencia del m¨ªtico autor de canciones como Noche de ronda, Solamente una vez, Piensa en m¨ª, Granada o Madrid.
El libro, que adem¨¢s incluye un CD con 16 temas del maestro, se present¨® ayer en una cantina mexicana del foro, con mariachi en directo "para la hora de las copas vac¨ªas". Eso dijo Martirio, que ley¨® un texto tan sentimental como lleno de sentido y cont¨® que Lara vivi¨® "el tiempo del jazz, el feeling, la ranchera y el bolero"; que fue el rey de la "armon¨ªa exquisita"; que hizo una "poes¨ªa autodidacta, surgida de su enorme sensibilidad para la l¨ªrica canalla del lupanar", y que fue amigo de ministros, de toreros y de artistas como Le¨®n Felipe, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Amado Nervo, Frida Kahlo, Diego Rivera, Pedro Vargas
, ?lvaro Mutis, Chavela Vargas o Pedro Infante.
La bolerista andaluza no olvid¨® recordar el punto castigador de Lara ("el feo era un pedazo de reo y donde pon¨ªa el ojo pon¨ªa la bala") y el romantic¨®n abandonado, que tambi¨¦n encarn¨® como nadie: "Vivi¨® una ¨¦poca muy cursi, pero su cursiler¨ªa es a veces tan bonita que hoy la echamos de menos". Martirio acab¨® su recital diciendo que Lara fue "un pianista excepcional y un cantante bajito" y que escribi¨® "a las ciudades como si fueran mujeres", y luego cant¨® "un cachito" de Concha n¨¢car.
El t¨ªtulo dio pie a Daniel Samper para afirmar que Lara fue "el ¨²ltimo poeta modernista".
Pilar Tafur a?adi¨® que "elev¨® lo cursi a categor¨ªa est¨¦tica". El escritor confes¨® que su ¨²nica aportaci¨®n al libro ha sido "retocar los gerundios, como buen bogotano", y se remiti¨® a la cita de Pedro Vargas que abre el libro para definir la vida del protagonista: "Cada vez que recuerdo a Agust¨ªn Lara me pregunto si de verdad existi¨® o si fue un maravilloso cuento inventado por todos los que tuvimos el privilegio de ser sus amigos".
Escrita con un humor que convierte en iron¨ªas las frecuentes ca¨ªdas en el m¨¢s refitolero bolerazo, la novela evoca, uno a uno, los mitos y verdades de Agust¨ªn Mar¨ªa Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Coraz¨®n Lara y Aguirre del Pino.
As¨ª, conocemos su nacimiento en 1900 en Tlacotalpan, pero tambi¨¦n su otro nacimiento: 1897 en Ciudad de M¨¦xico; a su padre m¨¦dico y a su madre maestra, pero tambi¨¦n un orfanato; su infancia en Veracruz y su adolescencia precoz en el cabar¨¦ Santa Mar¨ªa la Redonda de Ciudad de M¨¦xico, donde tocaba el piano y lo dem¨¢s ("Cada noche un amor. / Distinto amanecer. / Diferente visi¨®n"); sus faenas en la guerrilla revolucionaria de Villa (recibi¨® dos tiros en las piernas: no le quedaron cicatrices), sus lecturas de poes¨ªa y sus primeros pasos en la radio, sus triunfos en los grandes teatros; sus viajes y su amor ind¨®mito a la zarzuela y a Espa?a, y, sobre todo, sus incontables infidelidades y romances, que ya entonces le hicieron presa favorita de la prensa rosa. Como ejemplo vale su triple muerte: una, en 1928, de pulmon¨ªa milagrosamente superada tras una boda in articulo mortis; dos, en 1932, cuando lo mat¨® un diario de La Habana, y tres, la real, en 1970, a los 70 o 73 a?os, seg¨²n la leyenda natal que se prefiera.
Un melodrama, en fin, falsario y excesivo, al que Tafur y Samper, por si faltaba algo, incorporan personajes falsos: un secretario madrile?o, Mariano Sullivan Soler, que adem¨¢s es narrador, y un presunto amor loco y secreto, la granadina Mar¨ªa Rosa Callejas, La Gachupina. Se trataba, dijeron, de acercar a Lara a¨²n m¨¢s a Espa?a, porque "m¨¢s all¨¢ de la mezquindad de las leyes y los vaivenes pol¨ªticos y las peque?as miserias que impiden ver a los de all¨¢ como hermanos, hay lenguajes comunes, como el bolero, que lo aplastan todo. Y Agust¨ªn es el que m¨¢s ayud¨® a crear ese lenguaje que nos acerca tanto".
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