Artur Mas acusa a Esquerra de "traicionar a Catalu?a para llenarse el zurr¨®n de votos"

La ecuaci¨®n electoral de los convergentes se repite insistentemente: el PP es igual al PSOE. Esquerra Republicana es igual a Maragall. El Partido Popular e Iniciativa per Catalunya, a estas alturas de la campa?a, no suponen ninguna amenaza seg¨²n las encuestas. ?stas indican que a CiU se le escapan los votos que m¨¢s le duelen: los nacionalistas. Y lo que es peor: CiU y ERC no suman mayor¨ªa absoluta. Los convergentes podr¨ªan pasar a la oposici¨®n, por primera vez en 23 a?os, pese a ganar el 16-N.

Ante este desolador panorama, los mensajes de ayer tuvieron un denominador com¨²n. Los mismos fantasmas (la izquierda). Los mismos miedos (Madrid). Y un ¨²nico, aunque imponente, enemigo que batir: el desencanto traducido en abstenci¨®n, en palabras de Jordi Pujol. Los nacionalistas aspiran a recuperar aquellos 200.000 electores tradicionalmente convergentes que en 1999 optaron por quedarse en casa y que ahora aparecen como la gran esperanza de CiU, siempre y cuando no se decanten hacia Esquerra Republicana. "Hay que pasar el rastrillo", emplaz¨® Jordi Pujol.

Hay que taponar, por tanto, la sangr¨ªa de votos hacia Esquerra, cuyos dirigentes se convirtieron ayer en el blanco preferido. El candidato Artur Mas acus¨® a los republicanos de haber "traicionado" a Catalu?a por "est¨¦tica, por quedar bien, para llenarse el zurr¨®n de votos [nacionalistas], los m¨¢s f¨¢ciles de conseguir".

El presidente Jordi Pujol alert¨® al electorado de que, tal como est¨¢n las cosas, no haga "experimentos", porque podr¨ªa dejar a Catalu?a "hu¨¦rfana" de un presidente nacionalista. Y el dirigente democristiano, Josep Antoni Duran Lleida, exhort¨® a los dirigentes de ERC a quitarse "la venda de los ojos" y contemplar c¨®mo "el PSC ha muerto, porque se lo ha comido el PSOE".

Hora y media de discursos y ni una sola propuesta program¨¢tica.Los llamamientos a votar y, sobre todo, al voto ¨²til, fueron una constante. "Cualquier voto que no vaya a CiU es un voto para Pasqual Maragall y el PSOE" fue la frase m¨¢s pronunciada. Ante tal disyuntiva, no faltaron las advertencias a la p¨¦rdida de la "catalanidad" de Catalu?a; a una Catalu?a "debilitada" sin "defensores" ante una Espa?a gobernada por la "mayor¨ªa absoluta del Partido Popular", y s¨²plicas a defender la "autonom¨ªa real, que es el derecho a ser diferentes". "Que lo sepan", proclam¨® el candidato nacionalista, "¨¦stas no son unas elecciones primarias a La Moncloa. Est¨¢ en juego Catalu?a". Y Pujol dijo que, ahora m¨¢s que nunca, est¨¢ vigente el lema de las elecciones de 1980: "No seremos una sucursal".

Ante tales riesgos, Mas pidi¨® una "victoria clara y rotunda" para poder continuar y ser "fieles" al proyecto que inici¨® Jordi Pujol. "La Catalu?a actual no es el punto de llegada, sino el de salida", subray¨®, ante constantes interrupciones del auditorio: 3.000 personas que coreaban, a ritmo de bombo, "Mas, presidente". A Pujol, en cambio, s¨®lo le gritaron "Jordi".

"Necesitamos una victoria clara para poder tratar de t¨² a t¨² al Gobierno de Madrid y para tener un Gobierno al 100% naciolista", sentenci¨® Artur Mas.

Duran Lleida, con un discurso claramente victimista, se?al¨® que si fuera por los socialistas "Catalu?a todav¨ªa tendr¨ªa la Guardia Civil"; "y no tendr¨ªamos TV-3", a?adi¨®.

En el mitin, celebrado ante el pabell¨®n ol¨ªmpico del Vall d'Hebron, se concentraron una veintena de trabajadores laborales del Instituto Catal¨¢n de la Salud.