Koizumi pierde votos, pero volver¨¢ a gobernar Jap¨®n en coalici¨®n
El primer ministro no logra la mayor¨ªa absoluta aunque llevar¨¢ adelante sus reformas
Los japoneses dieron ayer un voto de confianza a Junichiro Koizumi para que lleve adelante las reformas estructurales que necesita la segunda potencia econ¨®mica del mundo para salir de la crisis econ¨®mica que la azota desde hace 13 a?os. Sin embargo, Koizumi, que adelant¨® los comicios convencido de que su popularidad permitir¨ªa al Partido Liberal Democr¨¢tico (PLD) ganar la mayor¨ªa absoluta perdida en 1993, se qued¨® a cuatro esca?os de su meta.
Obtuvo 237 diputados, lo que le obligar¨¢ a gobernar en coalici¨®n como hasta ahora. "He recibido el apoyo del pueblo", declar¨® el primer ministro, de 61 a?os.
Fue un d¨ªa lluvioso y gris que dejaba traslucir el desencanto con que los japoneses se acercaban a las urnas. Votar a Koizumi significa tragar la amarga medicina de la reconversi¨®n, pero este pol¨ªtico amante del rock, que habla con un lenguaje directo y claro y que sabe manejar mejor que un actor los medios de comunicaci¨®n, logr¨® convencerles de que es el ¨²nico m¨¦dico capaz de sacarles de la agon¨ªa en que se debaten desde que estall¨® la burbuja burs¨¢til e inmobiliaria a principios de los noventa.
El gran vencedor de las elecciones generales fue Naoto Kan, de 59 a?os y l¨ªder del Partido Democr¨¢tico de Jap¨®n (PDJ), que obtuvo 177 diputados, 40 m¨¢s de los que ten¨ªa esta formaci¨®n tras absorber el mes pasado los 22 esca?os del Partido Liberal. Kan, que con tanto mitin anoche hab¨ªa perdido casi la voz, reconoci¨® la victoria de Koizumi e indic¨® que estaba preparado para tratar de formar una coalici¨®n gubernamental si el primer ministro no hubiese alcanzado los 233 esca?os que logr¨® su predecesor. Koizumi lleg¨® al Gobierno hace dos a?os y medio, despu¨¦s de que Yoshiro Mori se viera obligado a ceder el cargo en apenas un a?o tras una serie de torpezas para poner en marcha unas medidas de saneamiento financiero que le granjearon la antipat¨ªa de toda la poblaci¨®n.
La decisi¨®n del Gobierno de doblegarse a las presiones de Washington y enviar soldados a Irak fue explotada hasta la saciedad por Kan, que obtuvo numerosas papeletas de los millones de japoneses que se oponen a abandonar el pacifismo que les impone la Constituci¨®n y al que se adhirieron gustosos tras el trauma de las explosiones at¨®micas de 1945. "Pienso que es necesario [enviar tropas a Irak], aunque tendremos en cuenta su seguridad", dijo un cauto Koizumi mientras se proced¨ªa al recuento de votos.
El primer ministro reformador tendr¨¢ tambi¨¦n que hacer ciertas concesiones en su pretendida reconversi¨®n de la econom¨ªa japonesa. Al no haber logrado la mayor¨ªa absoluta para el PLD, Koizumi tendr¨¢ que enfrentarse con los caudillos de su partido que se oponen a las privatizaciones de las autopistas y del servicio de correos, dos pozos negros de corrupci¨®n y fondos con los que el PLD ha financiado sus actuaciones. Los caudillos, que en septiembre estuvieron a punto de asestar a Koizumi un golpe definitivo y que se refrenaron porque les convenci¨® de que llevar¨ªa al partido a una victoria hist¨®rica, se oponen tambi¨¦n a que se gaste dinero en bajar el yen como quiere EE UU y exigen que dedique ese dinero a la recuperaci¨®n de la econom¨ªa japonesa, aquejada de deflaci¨®n (descenso de precios).
"He votado a los comunistas, porque creo que hay que enviarle un mensaje claro al Gobierno", afirm¨® Satoko Kinoshita, de 39 a?os. Sin embargo, tanto comunistas como socialistas son los grandes perdedores de estos comicios. Los japoneses dieron esquinazo a la izquierda para optar por el centro que representa el PDJ, cuyo l¨ªder se impuso el reto, y lo logr¨®, de convertir a su formaci¨®n en una aut¨¦ntica alternativa al poder casi absoluto ejercido por el PLD desde su aparici¨®n en 1955. S¨®lo nueve meses de 1993 el PLD se sent¨® en los bancos de la oposici¨®n.
Ayer estaban citados a las urnas 103 millones de japoneses mayores de 20 a?os, pero s¨®lo acudi¨® el 59,53%, la segunda participaci¨®n m¨¢s baja de la historia. La alta abstenci¨®n jug¨® a favor de la oposici¨®n.
Cuando Koizumi se convirti¨® en primer ministro desat¨® en el pa¨ªs una aut¨¦ntica fiebre. Se le atribuy¨® una popularidad del 90%, pero su debilidad al ceder a presiones del partido y destituir a la ministra de Exteriores, Makiko Tanaka, en enero de 2002 y suspenderla en su militancia del PLD, inici¨® el declive de este hombre de pelo entrecano y corte occidental. Tanaka, de 59 a?os, una de las mujeres m¨¢s populares de Jap¨®n, fue elegida ayer como independiente, ya que pudo presentarse al ser exculpada de las acusaciones de utilizaci¨®n de bienes p¨²blicos para pagar a una ayudante. La ex ministra puede ser un incansable l¨¢tigo para su antiguo aliado Koizumi.
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