?Qu¨¦ es el 'pujolismo'?
El pujolismo es el proyecto pol¨ªtico de sectores de la burgues¨ªa, peque?a burgues¨ªa y clase media de renta alta, as¨ª como de componentes importantes de la Iglesia en Catalu?a, que intenta movilizar a amplios sectores de la sociedad catalana, incluyendo sus clases populares, con el objetivo de alcanzar una cohesi¨®n multiclasista alrededor del concepto de naci¨®n catalana, que definen como incluyente. Ni que decir tiene que el pujolismo, como proyecto pol¨ªtico, tiene muchos otros componentes que han sido ampliamente debatidos en los medios de informaci¨®n. Pero poco se ha escrito sobre las bases sociales m¨¢s importantes e influyentes que definen sus pol¨ªticas bajo el manto nacionalista. Este tipo de nacionalismo, por cierto, es distinto, incluso antag¨®nico, al nacionalismo espa?ol de las clases dirigentes en Espa?a (cuya expresi¨®n m¨¢s acentuada est¨¢ reflejada en el proyecto pol¨ªtico que podr¨ªamos definir como aznarismo).
La diferencia entre estos dos nacionalismos aparece simb¨®licamente en la fecha y forma de celebraci¨®n de las fiestas nacionales de Espa?a y Catalu?a. El nacionalismo espa?ol celebra el 12 de octubre (denominado por la dictadura franquista el D¨ªa de la Raza) como la fiesta nacional, d¨ªa de inicio en 1492 de su Imperio Latinoamericano, con un desfile militar. El nacionalismo catal¨¢n, por el contrario, celebra (junto con otras fuerzas pol¨ªticas catalanas) la fiesta nacional de Catalu?a el 11 de septiembre, conmemorando el d¨ªa que Catalu?a fue derrotada en 1714 por las tropas borb¨®nicas espa?olas, que ahogaron su identidad. Una es la celebraci¨®n de la victoria de un imperio en expansi¨®n y la otra es la conmemoraci¨®n de una derrota. Las fechas y la manera de celebrarlo es muy representativo de la naturaleza tan distinta de estos dos nacionalismos. Uno es un nacionalismo hist¨®ricamente expansionista y el otro es defensivo, de car¨¢cter fundamentalmente identitario, que da pie, en su versi¨®n pujolista, al victimismo, el cual responde a una discriminaci¨®n hist¨®rica que es real y que explica su capacidad de movilizaci¨®n. La dictadura franquista, m¨¢xima expresi¨®n del nacionalismo espa?ol (sus tropas se autodefin¨ªan como las tropas nacionales), fue una dictadura brutal, enormemente represiva, contra las clases populares de Catalu?a, la gran mayor¨ªa de las cuales hablaban y se expresaban en catal¨¢n. Gran parte de la burgues¨ªa y peque?a burgues¨ªa catalanas, junto con la Iglesia, por cierto, apoyaron el golpe militar y el franquismo, pero no as¨ª las clases populares. Ello explica la falta de arraigo popular en Catalu?a de las fuerzas pol¨ªticas que se perciben herederas de aquella dictadura y la gran capacidad de movilizaci¨®n que el nacionalismo tiene en Catalu?a y que el pujolismo ha sabido utilizar h¨¢bilmente recuperando la memoria hist¨®rica que da una versi¨®n nacionalista de nuestro pasado con sesgos y silencios importantes que se?alar¨¦ m¨¢s tarde. El pujolismo capitaliza esta memoria hist¨®rica y este sentir popular frente a un nacionalismo espa?ol que en su versi¨®n m¨¢s agresiva, el aznarismo (que err¨®nea y maliciosamente identifica los otros nacionalismos con separatismo que divide y rompe con la unidad de Espa?a), facilita la movilizaci¨®n nacionalista catalana de la que el pujolismo se beneficia. De esta manera, las dos expresiones nacionalistas, el pujolismo y el aznarismo, son antag¨®nicas, pero ambos se necesitan electoralmente, pues la existencia del uno antagoniza a las bases del otro. Esta situaci¨®n continuar¨¢ independientemente de quien lidere tales fuerzas pol¨ªticas. Este antagonismo nacional oculta, sin embargo, una realidad importante, escasamente visible en nuestra cultura medi¨¢tica y pol¨ªtica, donde el lenguaje pol¨ªticamente correcto excluye el concepto de clase social y poder de clase. En realidad, detr¨¢s de los discursos nacionalistas antag¨®nicos hay una gran comunalidad de intereses de clase que explica la existencia de la alianza entre el pujolismo y el aznarismo que ha gobernado Catalu?a y Espa?a desde 1996, y que se ha expresado a trav¨¦s de sus pol¨ªticas fiscales, presupuestarias y sociales.
Las pol¨ªticas fiscales, resultado de tal alianza PP-CiU, han supuesto la reforma fiscal m¨¢s regresiva que se ha hecho en Espa?a desde el establecimiento de la democracia, y que ha polarizado la distribuci¨®n de la renta en Espa?a de tal manera que hoy el 10% de la poblaci¨®n m¨¢s adinerada de Espa?a (incluyendo Catalu?a) dispone del 34% de la renta del pa¨ªs, mientras que el 51% de las familias declaran tener dificultades para llegar a fin de mes.
Por otra parte, las pol¨ªticas presupuestarias del Gobierno conservador espa?ol, aprobadas todas ellas por CiU, han sido responsables de que el enorme d¨¦ficit de gasto p¨²blico social entre Espa?a y el promedio de la UE haya aumentado un 20% durante el periodo 1996-2000 (¨²ltimo a?o que Eurostat ha publicado datos para la UE), y entre Catalu?a y el promedio de la UE, un 22% durante el periodo 1996-1999 (¨²ltimo a?o que la Agencia Estad¨ªstica de la Generalitat, Idescat, ha publicado datos comparativos de Catalu?a con la UE). Hoy, Catalu?a y Espa?a tienen el gasto p¨²blico social como porcentaje del PIB m¨¢s bajo de la UE, despu¨¦s de Irlanda. Esta austeridad social, com¨²n en ambos proyectos pol¨ªticos, se complementa con unas pol¨ªticas igualmente descohesionadoras que favorecen a los servicios privados utilizados por sus bases sociales a costa de los servicios p¨²blicos utilizados en su mayor¨ªa por las clases populares. As¨ª, la Generalitat de Catalu?a da los subsidios m¨¢s elevados de Espa?a a las escuelas privadas que sirven, por lo general, al 35% de familias de renta superior de Catalu?a, mientras que el gasto por alumno en las escuelas p¨²blicas (tanto primarias como secundarias) a las que asisten las clases populares es uno de los m¨¢s bajos de Espa?a. No es de extra?ar, por lo tanto, que el ¨²nico estudio realizado en Espa?a comparando el conocimiento acad¨¦mico de los escolares en las distintas comunidades auton¨®micas de Espa?a, los de Catalu?a ten¨ªan un conocimiento inferior al promedio espa?ol. Tal estudio, realizado en 1997, no se repiti¨® debido a presiones del partido gobernante de la Generalitat, aliado del gobernante en Espa?a. Una situaci¨®n semejante aparece en sanidad, donde la escasez del gasto p¨²blico sanitario se ha hecho todav¨ªa m¨¢s acentuada debido a las prioridades expresadas en los presupuestos de la Generalitat que han priorizado a los servicios privados sobre los p¨²blicos. Como consecuencia, Catalu?a tiene, junto con Galicia, la reforma de la atenci¨®n sanitaria primaria (donde la mayor¨ªa de las clases populares reciben su atenci¨®n sanitaria) m¨¢s retrasada de Espa?a. Donde el d¨¦ficit del Estado de bienestar est¨¢ m¨¢s acentuado, sin embargo, es en los servicios p¨²blicos de ayuda a las familias, y ello a pesar del discurso ret¨®rico de las fuerzas conservadoras catalanas y espa?olas, que consideran a la familia como el centro de la sociedad. En realidad, Catalu?a y Espa?a tienen uno de los mayores d¨¦ficit de ayudas financieras y servicios de ayuda a las familias (tanto escuelas de infancia como servicios domiciliarios y residencias de ancianos) existentes hoy en la UE. Estas deficiencias suponen una enorme sobrecarga de las familias, y muy en particular de las mujeres, las cuales cubren las enormes insuficiencias del Estado de bienestar de nuestro pa¨ªs.
Tal escaso desarrollo del Estado de bienestar catal¨¢n qued¨® ampliamente documentado en las ponencias presentadas en las Jornadas sobre el Estado de Bienestar en Catalu?a (celebradas en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo de Barcelona durante los d¨ªas 21, 22 y 23 de julio de este a?o), en las que expertos de varias universidades catalanas analizamos los diferentes componentes de los cuales la Generalitat de Catalu?a tiene plena responsabilidad. Tales estudios se?alaron los grandes avances que se hab¨ªan realizado desde el establecimiento de la democracia, documentando a su vez dimensiones todav¨ªa muy preocupantes, incluyendo la conclusi¨®n de que la Espa?a social no iba bien, y que en algunas ¨¢reas (como educaci¨®n escolar, servicios de atenci¨®n primaria sanitaria, servicios domiciliarios para las personas con discapacidades, entre otros) la Catalu?a social iba peor. Tales estudios fueron silenciados pr¨¢cticamente por los medios de informaci¨®n de la Generalitat, instrumentalizados abusivamente por la opci¨®n que la gobierna. ?stos dan gran visibilidad a los temas simb¨®licos de la identidad catalana, tales como el acto de homenaje a pensionistas (que se hace cada a?o electoral) en el que la Generalitat reparti¨® banderas catalanas a cada pensionista sin que en ning¨²n momento se informara, como se document¨® en aquellos trabajos, que el d¨¦ficit de gasto p¨²blico en pensiones de Catalu?a y de Espa?a con el promedio de la UE ha aumentado un 23% desde 1996, y ello como resultado de los presupuestos del Estado aprobados por la coalici¨®n PP-CiU. Hoy, el gasto p¨²blico en pensiones en Catalu?a y en Espa?a es uno de los m¨¢s bajos de la UE.
Esta alianza de clases entre los conservadores catalanes y espa?oles desaparece en los medios de informaci¨®n de la Generalitat de Catalu?a en tiempo electoral, enfatiz¨¢ndose en su lugar el discurso nacional identitario, present¨¢ndose a s¨ª mismo como antag¨®nico al nacionalismo espa?ol para movilizar sus bases electorales. El nuevo dirigente del pujolismo, se?or Mas, representa la rama m¨¢s clasista de aquella opci¨®n pol¨ªtica (el gasto p¨²blico social como porcentaje del presupuesto de la Generalitat descendi¨® en educaci¨®n de un 21,06% a un 20,3%, y en sanidad, de un 39,4% a un 38,6%, durante su mandato como conseller en cap de la Generalitat), lo cual explica que sea tambi¨¦n el que intente presentarse como m¨¢s nacionalista, postura m¨¢s dif¨ªcil de sostener que el se?or Pujol debido a su biograf¨ªa personal. Como la mayor¨ªa de dirigentes del pujolismo, el se?or Mas no luch¨® contra la dictadura en defensa de la identidad catalana (el se?or Pujol fue de los pocos que lo hicieron), siendo las fuerzas de izquierda las que protagonizaron la resistencia antifranquista identificando la lucha por la democracia en Espa?a con la defensa de la identidad nacional en Catalu?a. Y es ah¨ª donde la tergiversaci¨®n de la historia de Catalu?a adquiere mayores proporciones. Presentar la Guerra Civil como un conflicto entre Catalu?a y Espa?a (como hace el pujolismo) es ignorar que las clases dominantes y la Iglesia de Catalu?a (bases importantes del pujolismo) apoyaron el golpe militar y la dictadura que estableci¨®, olvidando tambi¨¦n que hijos de las clases populares de muchas partes de Espa?a murieron en Catalu?a defendiendo a la Rep¨²blica y a la Generalitat de Catalu?a. Y fueron tambi¨¦n hijos de las clases populares de toda Espa?a (tambi¨¦n enormemente oprimidas por la dictadura) los que vinieron a Catalu?a como inmigrantes que, junto con los trabajadores nacidos en Catalu?a, han contribuido enormemente a su desarrollo econ¨®mico, posibilitando el bienestar social que las clases populares todav¨ªa no tienen pero se merecen. El pujolismo y su aliado el aznarismo (que continuar¨¢n independientemente del nombre del que los dirija) est¨¢n obstaculizando este ¨²ltimo desarrollo.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas y Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universitat Pompeu Fabra. Autor, junto con A. Quiroga, de La protecci¨® social a Catalunya, y coordinador de L'Estat del benestar a Catalunya, ambos estudios en www.vnavarro.org.
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