"Andaluc¨ªa perdi¨® la oportunidad que le dio la Expo"
Alain Touraine (Hermanville-sur-Mer, Calvados, 1925) ha dedicado su vida al estudio de las acciones sociales. Touraine es profesor de Ciencias Sociales de la Escuela Superior de Estudios Superiores de Par¨ªs y es autor de obras como El postsocialismo (1980), El retorno del actor (1984) y La palabra y la sangre. Pol¨ªtica y sociedad en Am¨¦rica Latina (1988). El soci¨®logo franc¨¦s particip¨® el pasado mi¨¦rcoles en Sevilla en el I Encuentro Cultura y Sociedad, organizado por Caja San Fernando y el diario Cinco D¨ªas. Touraine pronunci¨® una conferencia sobre Cuando la cultura invade el campo pol¨ªtico.
Pregunta. ?Cu¨¢les son las l¨ªneas maestras de su conferencia?
Respuesta. Las categor¨ªas pol¨ªticas lo han dominado todo en los siglos XVII y XVIII. Luego, a mediados del siglo XIX, el campo pol¨ªtico ha sido invadido por problemas sociales. En 1848 hay una revoluci¨®n pol¨ªtica y en el mismo a?o hay una revoluci¨®n obrera con muchos muertos en las barricadas. En unos meses se pasa de un mundo pol¨ªtico a un mundo social. Durante un siglo hemos vivido con puntos de referencia de tipo social: derecha, izquierda... As¨ª como en 1848 lo econ¨®mico-social invadi¨® lo pol¨ªtico, a partir de los a?os sesenta en EE UU y Francia lo cultural ha invadido lo pol¨ªtico: con Mayo del 68, el problema del multiculturalismo, las mujeres...
"EE UU antes era laico y ahora es un pa¨ªs fundamentalista"
"Estoy en contra de esta guerra est¨²pida e ideol¨®gicamente inaceptable"
P. ?Qu¨¦ aportaron fen¨®menos como Mayo del 68 o los cambios sociales en EE UU en la d¨¦cada de los sesenta?
R. En la Revoluci¨®n Francesa se trata de conseguir los derechos c¨ªvicos, como el derecho a votar. A fines del XIX se trata de luchar por lograr derechos sociales en aspectos laborales, b¨¢sicamente del trabajo obrero. En esta ¨¦poca el gran problema es c¨®mo reconocer derechos sociales que no sean contradictorios con los derechos c¨ªvicos. Hoy en d¨ªa luchamos por derechos culturales, por vivir con la capacidad de combinar lo m¨¢s posible la cultura de las personas con la participaci¨®n en una econom¨ªa globalizada. El equivalente hoy del leninismo es el neocomunitarismo, que da prioridad al triunfo de una entidad cultural, ya sea ¨¦tnica, religiosa...
P. ?Cu¨¢les son los aspectos m¨¢s peligrosos en el neocomunitarismo?
R. Lo m¨¢s peligroso es decir que se quiere una sociedad homog¨¦nea, pura, limpia... Hay que ver lo que pas¨® en la antigua Yugoslavia o en los Grandes Lagos, en ?frica. El pa¨ªs que presenta una evoluci¨®n m¨¢s preocupante es EE UU. Antes era laico y ahora es un pa¨ªs fundamentalista. El presidente de EE UU habla de Dios, inspirado por Dios para defender lo bueno de lo malo. Dentro de EE UU hay una tendencia muy fuerte a esa concepci¨®n de las cosas de que algo o es blanco o es negro.
P. ?El movimiento antiglobalizaci¨®n act¨²a en defensa de la cultura frente a lo pol¨ªtico?
R. Hay un movimiento de rechazo contra este capitalismo puro, como hubo un movimiento de rechazo contra la industrializaci¨®n capitalista a mediados del siglo XIX. Esto es normal. Lo veo como una cosa positiva a este nivel de contraglobalizaci¨®n. Pero si intentan pasar a un nivel pol¨ªtico, esto se convierte en algo muy negativo. Porque utilizan a la vieja extrema izquierda. En 1968 los movimientos culturales de tipo nuevo se expresaron a trav¨¦s de un totalitarismo muy arcaico. En reuniones como las de Porto Alegre hay una enorme creatividad frente a un mundo dominante que dice que no existe espacio para lo social. Sin embargo, el reciente Foro Social Europeo se pronunci¨® muy fuerte contra la Constituci¨®n europea. Esto es un profundo error, ya que Europa debe tener una capacidad de acci¨®n mundial. Hay una izquierda dogm¨¢tica y muy arcaica que recibe una nueva vida.
P. Usted ha insistido en el relevante papel de la mujer en el momento actual.
R. El elemento central, la figura principal, son las mujeres. Estamos en un proceso de reconstrucci¨®n del mundo con tensiones internas, y las mujeres est¨¢n espont¨¢neamente tratando de reunificar lo que hab¨ªa sido separado: lo privado y lo p¨²blico; el cuerpo y el esp¨ªritu...
P. En EE UU las mujeres juegan un papel muy avanzado.
R. Hay una creatividad muy grande de las mujeres en EE UU en el campo del pensamiento. Las fil¨®sofas norteamericanas, en concreto las lesbianas m¨¢s radicales, ofrecen unas obras estupendas.
P. ?Qu¨¦ papel juegan las mujeres en el mundo isl¨¢mico?
R. El mundo isl¨¢mico tiene una visi¨®n inferiorizante de la mujer en todos los aspectos. Es algo que ocurre con todas las religiones monote¨ªstas. ?Qu¨¦ tenemos que hacer? Yo me he pronunciado en favor del velo isl¨¢mico, en favor de la tolerancia.
P. ?Las guerras de Afganist¨¢n e Irak han mejorado la situaci¨®n de la mujer?
R. Es obvio que no. Estoy en contra de esta guerra est¨²pida e ideol¨®gicamente inaceptable. El enfrentamiento entre Occidente y el islam es totalmente negativo. Establecer un enfrentamiento aumenta el grado de irracionalidad y brutalidad en ambos lados. Es fundamental que Europa siga un camino totalmente opuesto al camino estadounidense del enfrentamiento. Europa tiene que buscar facilitar la diversidad de los caminos que van hacia la modernidad, como son el pensamiento racional, los derechos humanos, la igualdad entre hombres y mujeres... Hay mucha gente en el mundo isl¨¢mico que acepta estos valores.
P. ?C¨®mo ve la situaci¨®n de Andaluc¨ªa?
R. Tengo una visi¨®n muy pesimista, debido a que Andaluc¨ªa perdi¨® la oportunidad que le dio la Expo. Modernizarse no consiste en destruir la Giralda. Tal vez sea la cultura la que propicie esa modernizaci¨®n. La creaci¨®n de infraestructuras culturales es fundamental. La cultura es hoy en d¨ªa un factor de desarrollo, no s¨®lo con la creaci¨®n de museos, sino con la invenci¨®n de lenguajes e im¨¢genes.
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