El grupo escoc¨¦s Travis reflexiona sobre el pasado y el futuro en '12 Memories'

El cuarteto Travis, pen¨²ltima sensaci¨®n del pop brit¨¢nico, act¨²a esta noche en Madrid (sala La Riviera) y ma?ana en Barcelona (sala Razzmatazz) como parte de su gira europea de presentaci¨®n del cuarto disco del grupo, el reciente 12 Memories. "El disco es probablemente una reflexi¨®n acerca de toda mi vida", dice dice el cantante y compositor Francis Healy. "Hay dos canciones que hablan de lo que durante estos dos a?os hemos visto mientras hac¨ªamos la gira de The invisible band: Peace the fuck out y The beautiful occupation. Y otros temas se refieren a aspectos de mi pasado, cuando era muy ni?o, y puede que contengan las claves de lo que va a pasar en el futuro".

Francis Healy, el guitarrista Andy Dunlop, el bater¨ªa Neil Primrose y el bajista Dougie Payne estuvieron a punto de vivir hace unos meses una tragedia que hubiera supuesto su fin como banda, cuando Neil Primrose tuvo, al final de la larga gira en la que Travis pase¨® por todo el mundo su disco The invisible band, un accidente que casi le cuesta la vida: sufri¨® una grave lesi¨®n de columna al saltar en una piscina. Entonces, el resto del grupo descubri¨® que no ten¨ªa sentido seguir si Primrose se ve¨ªa obligado a dejar la m¨²sica.

Healy analiza hoy, con la distancia del tiempo transcurrido, aquellos angustiosos momentos: "Antes del accidente, nosotros hab¨ªamos estado haciendo una largu¨ªsima gira y est¨¢bamos muy, muy cansados. Resulta gracioso decirlo ahora, pero entonces Dios, o lo que se supone que sea Dios, decidi¨® por nosotros que hab¨ªa que parar. Como nosotros no nos d¨¢bamos cuenta, tuvieron que ser las mismas fuerzas de la naturaleza las que nos obligaran a detenernos".

Aquella crisis forzada puso en evidencia otra algo m¨¢s soterrada: "Para nosotros, la amistad es la ra¨ªz de todo. Pero, tras aquella gira, supimos que nuestra amistad estaba en peligro, porque, cuando nos mir¨¢bamos entre nosotros, en lugar de pensar que ¨¦ramos amigos, s¨®lo pens¨¢bamos en el trabajo".

Por ello, Travis decidi¨® que el pr¨®ximo disco hab¨ªa de ser una oportunidad para "luchar de alguna manera contra aquel tiempo loco y darnos cuenta de que todav¨ªa nos quer¨ªamos, de que re¨ªrnos juntos era a¨²n fant¨¢stico". De manera relajada, se fueron a un estudio en Crear, una peque?a localidad escocesa, y all¨ª, sin prisa y alternando las sesiones de grabaci¨®n con las cervezas en el ¨²nico pub del pueblo, dieron forma a 12 Memories.

Sin duda la complicada situaci¨®n pol¨ªtica que vive el mundo a ra¨ªz de la guerra de Irak condiciona el disco y pone de relieve el compromiso de Travis con el antibelicismo: "Creo que, si miras a tu alrededor, ver¨¢s a mucha gente que dice: 'Yo no quiero ir a la guerra'. Eso est¨¢ absolutamente alejado del discurso de los pol¨ªticos. Yo prefiero darle una oportunidad a la paz. Siendo un autor de canciones, tengo el compromiso de escribir la verdad en ellas y creo que la situaci¨®n pol¨ªtica actual en el mundo es horrorosa". Healy no se corta dando nombres: "Tengo mucho miedo a George Bush, porque es muy peligroso cuando alguien como ¨¦l tiene el control del mayor poder mundial. Probablemente, nadie nos dir¨¢ nunca la verdad de por qu¨¦ ha sucedido todo esto, pero yo y mucha gente sabemos que ha sido por culpa del d¨®lar, porque el d¨®lar, o el yen, o el euro, se han convertido en la nueva religi¨®n".

Ante las opiniones de la prensa especializada, que tachan 12 Memories de disco menor ante sus anteriores y exitosos The man who o The invisible band, Francis Healy expone: "Era extra?o cuando la gente comparaba The Invisible Band con una Coca-Cola, porque se pod¨ªa asimilar con la misma rapidez que se beb¨ªa un refresco".

Con The man who, sin embargo, las cr¨ªticas ven¨ªan a decir que, haciendo ¨¢lbumes tan poco comerciales, el grupo nunca lograr¨ªa ventas masivas. Pero Healy replica: "Es muy dif¨ªcil acertar, el que la gente siempre espere de ti otra cosa que no tiene por qu¨¦ coincidir con lo que t¨² buscas. Sin embargo, recuerdo que, cuando Neil, el t¨¦cnico Chad Blake y yo est¨¢bamos masterizando 12 Memories en una sala de Los ?ngeles, sent¨ª lo mismo que hab¨ªa sentido cuando terminamos The man who: que era un disco realmente grande, muy bueno".