Excusas de mal 'performador'
En la discoteca Razzmatazz (el antiguo Zeleste) han habilitado dos puertas y cada puerta est¨¢ custodiada por un portero. El portero de la puerta de "personalidades" es rubio y lleva el pelo cortado a lo paje. El portero de la puerta de "otros" es moreno y lleva el pelo recogido. Me pongo en la cola del portero de "personalidades", que es muy simp¨¢tico. Me pide el carn¨¦ de periodista y le digo que no tengo. "Pues pasa", me ofrece. "?Y si te estoy enga?ando?", le pregunto. "No, no lo creo", contesta ¨¦l. Se llama Toni Espinosa y me cuenta que tiene que quedarse all¨ª hasta las cuatro de la madrugada. A esa hora terminar¨¢ la fiesta de Spencer Tunick, el se?or que, hace cuatro meses, fotografi¨® desnudos a unos miles de ciudadanos, entre ellos la arriba firmante. Todos los que ese d¨ªa nos desnudamos por amor a la performance o -como en mi caso- por amor al dinero (que se me pag¨® por la cr¨®nica correspondiente) estamos invitados. A lo largo de la noche, veremos el v¨ªdeo del c¨®mo se hizo.
Tunick invit¨® a todas las personas que hace cuatro meses se desnudaron para su 'performance' a una fiesta en la discoteca Razzmatazz
Son las 23.30, as¨ª que vengo cenada, pero no bebida. El ambiente dentro de la discoteca es m¨¢s bien pobre. La pista est¨¢ desierta y hay poca gente en las barras. A pesar de la oscuridad, una discoteca como ¨¦sta es el mejor lugar para tomar notas. Es debido a las l¨¢mparas de luz negra, que permiten que algunos elementos brillen: los dientes, la ropa blanca, las tiras de los sujetadores, las esferas de los relojes, las etiquetas de los jers¨¦is, algunos tatuajes y, sobre todo, las hojas de las libretas. Me pido un gin-tonic, que me sirven en vaso de pl¨¢stico, aunque de tubo. Se ve de color viol¨¢ceo. La tirita que lleva el camarero en el dedo tambi¨¦n brilla. Y tambi¨¦n brilla el n¨²mero de la loter¨ªa de Navidad que se anuncia en un cartel de la pared: el 62.636.
A mi lado, un chico habla con una chica que fuma tabaco de liar: "Jo porto malament el tema de la gesti¨® del temps", le dice. En la barra de enfrente, un se?or semidesnudo (al que s¨®lo le brillan los dientes) toma una cerveza. Lleva una chupa de cuero y zapatos, pero nada m¨¢s. Para entretenerme, me acerco a ¨¦l. Se llama Enric. Le pregunto detalles de su desnudez y me dice que los compruebe yo misma. Por suerte llevo el pantone en el bolso, as¨ª que les puedo confirmar (con el margen de error l¨®gico) que el color del conjunto viril de don Enric corresponde al EF 2040 Y80-R, que consta de 1 punto de base C de color blanco, 8 puntos de ocre, 13 de marr¨®n rojizo y 26 de rojo exterior. Cerca de ¨¦l, hay otro se?or de m¨¢s edad que, de momento, s¨®lo se ha despojado de la camiseta (hace un fr¨ªo que pela).
En estas que, con una copa de champa?a en la mano, pasa Spencer Tunick por delante de mis narices. Lleva un bolso de pl¨¢stico en bandolera, viste de negro y usa esos zapatos de punta redondeada y suela gruesa, de goma, que parecen un auto de choque. Le pregunto si lo que bebe es champa?a y dice que s¨ª, "porque estamos de celebraci¨®n". Me da una tarjeta suya y el adhesivo de una de sus performances. Pone cara de felicidad, as¨ª que tambi¨¦n me atrevo a preguntarle por qu¨¦ no ha permitido la entrada de fot¨®grafos en la fiesta (eso me parece muy poco solidario con su gremio). Me dice que con los fot¨®grafos se rompe la magia. Pues vaya morro. Eso son "excusas de mal performador". Cuando le pido cu¨¢l es la ¨²ltima vez que se ha desnudado, se pone a pensar y no le sale. "?No se acuerda?", me extra?o. "Se refiere a estar desnudo con amigos, ?no?", quiere saber ¨¦l. Y sigue pensando. "?Ah, s¨ª! En Suiza. En una sauna, en las faldas de la J¨¹ngfrau". Y despu¨¦s de que haya terminado de firmar un aut¨®grafo, me intereso por sus sentimientos sobre la muerte o deceso del gorila Copito. ?Ver¨ªa con buenos ojos ¨¦l, Spencer Tunick, que se le dedicara una calle o hasta un carril bici? ?Y ver¨ªa con buenos ojos que, con el pelo blanco del difunto s¨ªmbolo de la ciudad, se confeccionase un abrigo de se?ora, que se podr¨ªa subastar con el fin de obtener dinero para obras ben¨¦ficas? Spencer se muestra muy compungido. "Yo creo que los animales tienen que morir en libertad, en la selva, en su h¨¢bitat natural. Porque las jaulas no son el mejor lugar para un animal...", susurra.
El se?or que s¨®lo estaba con el pecho descubierto ahora ya est¨¢ completamente desnudo, as¨ª que es el momento de hablar con ¨¦l. Est¨¢ encogido como un pollo y le casta?etean los dientes. Me dice que es Jacint Ribas, presidente de la ADDAN (Associaci¨® per la Defensa del Dret a la Nuesa). El nombre de ADDAN, como ven, no puede ser m¨¢s apropiado. Con voz af¨®nica, me explica que en los peri¨®dicos siempre les tratan mal. Saco la grabadora, pero no me deja. Dice que s¨®lo me deja apuntar. Y me cuenta que su objetivo es ir desnudos por todas partes. Que es un derecho que tenemos todos. "?Y no tiene fr¨ªo?", le pregunto, preocupada. Me confiesa que mucho, claro, pero como presidente de la asociaci¨®n tiene que dar ejemplo. A su lado, otro asociado, pero sin cargo, no se ha quitado ni la chaqueta. Entonces empieza la proyecci¨®n de la pel¨ªcula y el hombre sin cargo grita: "Mira! Som nosaltres! El Cinto i el Just! Vam sortir per Antena 3!". Y me aclara: "?s que vam anar a la fotografia des del metro amb nuesa". Le pregunto al se?or sin cargo por qu¨¦ no va desnudo, como su presidente: "?s que tinc fresca", se excusa.
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