"Esto es m¨¢s excitante que ir a Liverpool"
Beckham vive con entusiasmo las horas previas a su primer Bar?a-Madrid
David Beckham se toma su profesi¨®n muy en serio, es decir, con el entusiasmo pleno de un adolescente. No hab¨ªa rastros mundanos en la cara que llevaba ayer al salir del vestuario, tras el entrenamiento, sonriente y tiritando de fr¨ªo bajo la inexorable gorra de b¨¦isbol que deja escapar alg¨²n mech¨®n de pelo rubio. Acababa de marcharse antes de tiempo del entrenamiento, por precauci¨®n, pero estaba contento. Dec¨ªa: "?Esto es mucho m¨¢s excitante que ir a Liverpool!".
A sus 28 a?os, Beckham ha disputado 22 cl¨¢sicos ingleses con el Manchester United en campos de Londres: ocho veces en Stamford Bridge, ante el Chelsea, seis veces en White Hart Lane, ante el Tottenham y ocho en Highbury, ante el Arsenal. Adem¨¢s, ha jugado en cinco oportunidades en Anfield Road, contra el Liverpool, en el gran derby del norte de Inglaterra. Ninguno de estos campos supera los 50.000 asientos, pero su p¨²blico nunca tuvo contemplaciones a la hora de dirigirle sin descanso unos insultos que en Espa?a ser¨ªan impensables. Desde el Mundial de Francia, en 1998, Beckham fue el blanco predilecto de una de las aficiones m¨¢s crueles del mundo: all¨ª soport¨® desde amenazas contra su hijo mayor, Brooklyn, hasta un c¨¢ntico que abordaba las relaciones sexuales que manten¨ªa con su esposa Victoria, y que se convirti¨® casi en un himno. No se tiene constancia del lanzamiento de objetos y aunque en las gradas de Highbury el p¨²blico entona mejor que en cualquier grader¨ªo espa?ol, Beckham siempre tir¨® los c¨®rners sin ning¨²n problema.
Esta noche, el fichaje con m¨¢s resonancia en la historia del Madrid tambi¨¦n lanzar¨¢ los c¨®rners y las faltas en el Camp Nou ante cien mil espectadores que no cantan tan bien a coro como los ingleses pero que han hecho de los silbidos una especialidad dif¨ªcil de soportar.
Nadie se ha tomado m¨¢s en serio su papel en el Madrid que el propio Beckham. Adem¨¢s de llevar vendidas m¨¢s de 300.000 camisetas blancas con su nombre y el dorsal 23, seg¨²n Adidas, el ingl¨¦s ha asumido con naturalidad una posici¨®n de liderazgo, un rol que en el f¨²tbol desde siempre se atribuy¨® a todos los medios centro por las implicaciones y la vital importancia de su juego.
Si Beckham nunca jug¨® con regularidad en el medio campo hasta que lleg¨® al Madrid, no fue porque le faltara car¨¢cter de mediocampista natural. Su empat¨ªa con Ronaldo, fuera y dentro del campo, ha cimentado su asentamiento en el equipo. Su relaci¨®n es muy estrecha. Tanto, que en ocasiones han compartido mesa y mantel en alguno de los restaurantes cl¨¢sicos de Madrid, como el asador argentino muy frecuentado por los futbolistas del Madrid y del Atl¨¦tico. La empat¨ªa entre las dos estrellas abarca m¨¢s all¨¢ del rect¨¢ngulo de c¨¦sped y aproxima su manera de entender algunos aspectos de su profesi¨®n fuera del terreno de juego. Ambos son personajes relajados, sin la tensi¨®n agria de algunos de sus compa?eros en la caseta. Estos dos prefieren asumir los compromisos de la fama y sus relaciones con el entorno con una paciencia profesional. Esa sinton¨ªa tambi¨¦n tiene un reflejo en el campo. Uno de los mayores asistentes del brasile?o es Beckham. Ronaldo, por su parte, entiende a la perfecci¨®n, como Ra¨²l, los pases largos del centrocampista.
El ingl¨¦s es uno de los futbolistas blancos con m¨¢s sentido de la responsabilidad. Desde el vestuario blanco, se?alan al londinense como uno de los jugadores "m¨¢s comprometidos" con el equipo. Uno de los que est¨¢ m¨¢s imbuido en el esp¨ªritu competitivo del club. Prueba de esa preocupaci¨®n fue su discusi¨®n con Guti en el Sadar, hace una semana, cuando el Madrid jug¨® contra Osasuna. En aquella ocasi¨®n el ingl¨¦s recrimin¨® a gritos a Guti su indolencia defensiva. Tambi¨¦n fue capaz de encararse con un recogepelotas que le estaba lanzando bolas de papel.
Ayer, el ingl¨¦s dej¨® antes de tiempo el entrenamiento. El jugador no quiso arriesgarse a que vaya a m¨¢s la sobrecarga que arrastra en el m¨²sculo soleo de su pierna derecha y una peque?a molestia de tobillo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.