A todo evento

No hay quien pueda, no hay quien pueda con esta Generalitat marinera. Francisco Camps se ha tirado de cabeza a la Copa del Am¨¦rica, y se ha puesto a repartir amarres, lepantos, chubasqueros y puertos volantes, por toda la Comunidad: si por tierra esto no se apa?a, lo de la Comunidad y su vertebraci¨®n y toda esa murga, lo apa?aremos por mar. Y ya est¨¢n las instalaciones portuarias de Alicante en el bote. Tal vez la f¨®rmula de la copa funcione a toda vela, y no se quede en lo de la lechera del cuento, pero s¨ª que es seguro que la autonom¨ªa va a todo evento. A todo evento es, seg¨²n la Academia de la Lengua, una locuci¨®n adverbial que significa estar as¨ª, como en previsi¨®n de todo lo que pueda suceder. Y aqu¨ª, en esto como quiera que se defina, puede ocurrir lo m¨¢s sorprendente: por ejemplo, que el AVE no pique hasta el 2010, tal sostiene ?lvarez Cascos, a menos de que el presidente acepte el reto del secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, e invierta para que la alta velocidad llegue a tiempo de competir con los veleros de la copa. O dicho de otra manera: que los caudales que se volatilizan en Terra M¨ªtica, seg¨²n la oposici¨®n parlamentaria y la de la calle, que esa s¨ª que puede ser letal, electoralmente hablando y cuando se desperece, se entiende, vayan a probar mejor suerte en ferrocarriles, lo que tambi¨¦n es un alto riesgo, para la econom¨ªa y el personal en tr¨¢nsito.

Pero hay que estar a todo evento, que para eso dispone la Comunidad de un lujo asi¨¢tico: la Secretar¨ªa de Eventos. Qu¨¦ previsi¨®n la de esta presidencia y este Consell m¨¢s formalmente democr¨¢tico, m¨¢s ilusionado con elaborar un centrismo, que no pudo ser cuando estos mimbres no pasaban ni de cesto para custodiarle un fondo de reptiles al encantador, y a¨²n anda larvado de babas y ponzo?as, que no veas, para echarle ant¨ªdotos y desinfectantes. A hilar fino, y a no desbaratarse ni a sufrir accesos de histeria, con el ejecutivo todav¨ªa nonato de los catalanes. Pero qu¨¦ prisas. No abochornen a la Comunidad Valenciana, con aspavientos y grititos de vicetiple, que el modelo tripartito de los vecinos puede poner patas arriba el pernicioso turnismo y a las tentaciones absolutistas de las mayor¨ªas absolutas. Que el PP valenciano no se deje absorber por la fobia de hacer m¨¦ritos que se gasta Zaplana para los ascensos, que anda el hombre portavoceando cat¨¢strofes, aojando a Pasqual Maragall, ilegalizando pactos y planteamientos, y anticip¨¢ndole la mala hora a los socialistas catalanes. Este Gobierno del PP concibe la pol¨ªtica como una batalla, y al adversario como un enemigo; y cuando no hay m¨¢s delito que sus propios miedos y deseos, se los inventa y los expone acompa?ados de una ley implacablemente arbitraria. A este paso, a cada espa?ol se le va a endilgar la presunci¨®n de culpabilidad, por si acaso se malva en la urna, y que sea el guardia de la esquina quien, a ojo de buen cubero, decida cu¨¢ndo delinque o cu¨¢ndo simplemente conviene retirarle el carn¨¦ de conducir. Esta democracia hay que sufrirla como si fuera un tejido que encoge m¨¢s y m¨¢s, hasta la asfixia, o hay que regenerarla sin demasiadas contemplaciones, de una vez por todas. Goteamos libertades por los dep¨®sitos constitucionales. Y eso resulta muy peligroso. Mientras, Camps a la copa; y Zaplana, al cop¨®n.