Maragall har¨¢ una consulta "dentro de la legalidad" si se bloquea el Estatuto

El candidato a la presidencia de la Generalitat, el socialista Pasqual Maragall, comenz¨® ayer a escribir la primera p¨¢gina del pospujolismo. Lo hizo ante el pleno del Parlamento de Catalu?a que hoy lo investir¨¢ sucesor de Jordi Pujol. En su discurso ocup¨® lugar de preferencia la reforma del Estatuto, asunto sobre el que quiso despejar cualquier sombra de duda. Maragall afirm¨® que en caso de bloqueo, "la ciudadan¨ªa de Catalu?a ser¨¢ llamada a pronunciarse mediante el procedimiento de consulta general que se estime oportuno, siempre dentro de la legalidad, sobre el texto aprobado por el Parlamento catal¨¢n" .

En hora y media, el presidente in p¨¦ctore desarroll¨® las grandes ideas fuerza del programa catalanista y de izquierdas pactado entre el Partit dels Socialistes (PSC), Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa per Catalunya- Esquerra Unida i Alternativa (ICV-EUiA). Pero no desgran¨® el proyecto. Algunas fuentes afirman que con ello quiso permitir que sean sus aliados -Josep Llu¨ªs Carod (ERC) y Joan Saura (ICV)- quienes hoy lo detallen. En cualquier caso, fue un discurso un tanto at¨ªpico para una sesi¨®n de investidura en la que se expone un programa de gobierno, del que Maragall se comi¨® una treintena de folios. Prefiri¨® centrarse en el futuro Estatuto catal¨¢n y en las relaciones Catalu?a-Espa?a. Todo lo que le ha convertido en los ¨²ltimos d¨ªas en diana de los furibundos ataques del Gobierno central y del PP, que le han acusado abiertamente de vulnerar la legalidad. Por eso ayer el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat aprovech¨® su condici¨®n de ¨²nico orador de la jornada para matizar.

Josep Piqu¨¦, l¨ªder del PP catal¨¢n, con rostro de enfado tuvo que encajar desde su esca?o las propuestas lanzadas por un Maragall empe?ado en evidenciar que el 90% de la C¨¢mara -la expresi¨®n abrumadora de la voluntad popular- apoya la reforma del Estatuto. "En una Espa?a gobernada por el partido al que dignamente representan, traten de conseguir posiciones m¨¢s reflexivas y menos agresivas, o de otra manera el drama est¨¢ servido", dijo un Maragall que, con todo, tendi¨® la mano del di¨¢logo para un texto estatutario que supone "una renovaci¨®n del pacto con los restantes pueblos de Espa?a". "El Estatuto que queremos es una libre declaraci¨®n de interdependencia desde la libertad de decisi¨®n; debe ser la propuesta catalana para Espa?a, porque debe ir de acuerdo con una reforma constitucional que ya es inaplazable", dijo. "Si Catalu?a deja de provocar recelos y Espa?a deja de tener miedo de mirarse ella misma con libertad al espejo, si deja de temer a su riqueza y pluralidad, entonces seguro que saldremos adelante; pero si lo que impera es nuevamente la amenaza el recelo, el resentimiento, la visi¨®n unitarista y r¨ªgida, entonces no iremos bien", subray¨® un Maragall que no dud¨® en emplear toda su firmeza ret¨®rica al asegurar que no tolerar¨¢ maniobras dilatorias en este reconocimiento: "Catalu?a no se dejar¨¢ embaucar m¨¢s".

Al margen del Estatuto, de la reforma de la Constituci¨®n para convertir el Senado en una C¨¢mara de representaci¨®n territorial, el presidente in p¨¦ctore hizo hincapi¨¦ en la reforma de la Administraci¨®n de Justicia con el fin de que el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a asuma las funciones de Tribunal de Casaci¨®n para resolver, en ¨²ltima instancia, los recursos judiciales iniciados en el territorio de su jurisdicci¨®n. Pero para salir al paso de las cr¨ªticas, especific¨® que todo ello debe hacerse dentro de la unificaci¨®n de doctrina. "Que un ciudadano de cualquier comunidad aut¨®noma pueda solicitar la mejor justicia hecha en otra autonom¨ªa para su causa", explic¨®.

Vocaci¨®n federalista

El candidato, que hoy ser¨¢ investido, reiter¨® su vocaci¨®n federalista y se pregunt¨® por qu¨¦ una comunidad aut¨®noma no puede representar a Espa?a en la Uni¨®n Europea en aquellos asuntos en los que tenga competencia plena. Dibuj¨® una Espa?a plural en la que encaja la Catalu?a con diversos acentos. "El cambio ser¨¢ una suma respetuosa, una suma que tiene la virtud de expresar una caracter¨ªstica de Catalu?a que a m¨ª me parece esencial, pero que hasta ahora no hab¨ªa tenido ocasi¨®n de lucir: nuestra fabulosa variedad como pueblo", subray¨® un Maragall que contrapuso esa Catalu?a a la que durante a?os ha liderado Converg¨¨ncia i Uni¨®. "Se ha terminado el tiempo en que hab¨ªa quien osaba repartir patentes de catalanidad ?Se ha terminado! Comienza un tiempo nuevo, de una catalanidad compartida y de una expresi¨®n plural de la ciudadan¨ªa catalana", apostill¨® un Maragall que carg¨® contra la tradici¨®n pol¨ªtica pujolista enarbolando las banderas del catalanismo popular, el del "hilo rojo" que va desde el federalismo de Francesc Pi i Margall hasta Llu¨ªs Companys, pasado por el PSUC y el sindicalismo libertario.