Silencios que hablaron

Antonio Morante lleg¨® a Elche desde Catral con su familia. A los 7 a?os ten¨ªa que darle todo el d¨ªa a la rueda de menar. Apreci¨® ser obrero con conciencia de oposici¨®n a la explotaci¨®n de su clase. Vio clara la lucha del pueblo por librarse de la injusticia de quienes solo pensaban en su riqueza. Con 17 a?os march¨® voluntario a enfrentarse a quienes dec¨ªan defender a Dios y a la Patria. No pudo casi luchar. Cay¨® prisionero y sufri¨® a?os los rigores del Penal de Deusto (su Universidad), fichado por "Desadicto al R¨¦gimen". Ello le vali¨® represi¨®n y tortura all¨ª, en el Palacio de Elche y en la c¨¢rcel de Alicante. Trabajando en el Trust, le eligieron enlace sindical para mejor luchar contra lo que no era sindicato y le impidieron compartir torturas con algunos de ellos en comisar¨ªa durante el primer plante laboral de la posguerra en Elche. Distante y "escandalizado" de cl¨¦rigos y gente beata, tuvo la suerte, seg¨²n dec¨ªa, de conocer que la causa obrera y la de Jes¨²s y su Evangelio eran coincidentes y se entusiasm¨® con Jes¨²s en la HOAC. Pero en Elche pintaban bastos dictatoriales y ¨¦ste fue el aviso: "Tu sabes que es f¨¢cil justificar un suicidio. Deja de acercarte al Cura del Raval o aparecer¨¦is cualquier ma?ana bajo alguno de los puentes". Por los suyos, y para no agudizar tensiones prematuras para el tierno rebrote de conciencia obrera reivindicativa, se retir¨®, interiorizando y sufriendo lo que pudo interpretarse como cobard¨ªa o infidelidad. Acontecimientos pol¨ªticos y eclesiales posteriores, supusieron para ¨¦l gran dificultad para su lucha activa y su pr¨¢ctica religiosa. ?Morante! Descansa en la paz y el gozo de Jes¨²s con quien compartiste lucha y torturas.