Esto es Marte, pero ?d¨®nde estamos?

Si todo va bien en las arriesgadas maniobras finales, el primer artefacto espacial europeo se posar¨¢ en Marte el pr¨®ximo d¨ªa 25. Es un robot, pero para muchos cient¨ªficos ser¨¢ como si hubieran llegado ellos mismos, con sus ojos y sus equipos de an¨¢lisis, y se plantear¨¢n: "Bien, esto es el planeta rojo, pero ?exactamente d¨®nde estamos? ?D¨®nde ha ca¨ªdo la sonda de descenso Beagle 2?" El artefacto, desarrollado en el Reino Unido, ha recorrido 400 millones de kil¨®metros hasta Marte a bordo de la nave Mars Express, de la Agencia Europea del Espacio (ESA).

El problema de saber en pocos d¨ªas d¨®nde esta la sonda en el suelo marciano es serio: debe caer en Isidis Planitia, un amplio llano ecuatorial, a 11 grados de latitud norte. Pero la pista de aterrizaje definida es una elipse de unos 100 por 50 kil¨®metros, una localizaci¨®n demasiado vaga.

Los expertos se orientar¨¢n por las lunas Deimos y Fobos respecto al fondo de estrellas

"Necesitamos saber con precisi¨®n d¨®nde estamos, d¨®nde est¨¢ la Beagle 2, para saber lo que estamos estudiando, para saber a qu¨¦ corresponden las im¨¢genes y los an¨¢lisis qu¨ªmicos", explica Agust¨ªn Chicarro, jefe cient¨ªfico de la misi¨®n Mars Express. Adem¨¢s, los expertos quieren intentar ver cuanto antes -con la c¨¢mara de la nave en ¨®rbita- la peque?a sonda de descenso, de 68 kilos.

La ESA recurri¨® a unos ingenieros espaciales espa?oles que, en colaboraci¨®n con colegas portugueses, aceptaron el dif¨ªcil reto de desarrollar un sistema para encontrar la Beagle 2 con un error de uno o dos kil¨®metros. "Lo haremos con la referencia de los objetos celestes que veamos a trav¨¦s de las c¨¢maras de la propia sonda de descenso, e incluso podremos determinar si est¨¢ inclinada o no en el suelo marciano", explica Miguel Bell¨® Mora, jefe de este proyecto, Planav, y director de la empresa espa?ola de ingenier¨ªa espacial Deimos. "Nos orientaremos por el paso de Deimos y Fobos, las lunas de Marte, respecto al fondo de estrellas".

La estrategia recuerda a la utilizada a menudo para apuntar los telescopios espaciales con la ayuda de cartas celestes de referencia. En el fondo, es un recurso inspirado en la t¨¦cnica de orientaci¨®n que usaban los antiguos navegantes.

Pero la soluci¨®n que se estrena para la Beagle 2 es absolutamente novedosa, resalta Bell¨® Mora. "La primera idea fue de Roland Trautner, del equipo de Chicarro, aunque la hemos desarrollado de otra manera". El proyecto ha sido muy complicado, pero se ha resuelto, bajo un contrato de Deimos Engenahria (Portugal), en s¨®lo tres meses desde que la ESA hizo el encargo a finales de agosto.

Mars Express y Beagle 2 son misiones de bajo presupuesto, as¨ª que la sonda de descenso no fue dotada de sistemas avanzados de localizaci¨®n. Cuando se vio la necesidad de determinar el lugar de descenso, la misi¨®n, que parti¨® el 2 de junio pasado, estaba ya volando hacia Marte. As¨ª que Bell¨® Mora y sus colegas tuvieron que apa?¨¢rselas aprovechando los equipos que iban a bordo. "El problema es que las c¨¢maras de la Beagle 2 llevan una docena de filtros, pero para geolog¨ªa, y hemos tenido que estudiar cu¨¢l nos servir¨ªa para ver el cielo, incluso contando con que puede haber tormentas de polvo", explica el ingeniero espa?ol.

El pr¨®ximo d¨ªa 19, la Beagle 2 debe separarse de la Mars Express para ir a la superficie de Marte. Por muy precisa que sea la trayectoria, los responsables de control saben que, al atravesar la atm¨®sfera, la sonda puede sufrir desviaciones. Adem¨¢s, al llegar, el d¨ªa 25, botar¨¢ en el suelo, y ?qui¨¦n sabe ad¨®nde ir¨¢ a parar! Entonces empezar¨¢ la fren¨¦tica labor de localizaci¨®n de los ingenieros de Planav.