"Hay que jugar como uno lo siente"
D'Alessandro sigue los consejos que le dio Maradona para brillar en el Wolfsburg
Ha ca¨ªdo la primera nieve del invierno en Wolfsburgo, pero Andr¨¦s D'Alessandro aguanta el tipo. Claro que a veces dan ganas de echarse a llorar en esta ciudad en la que 125.000 laboriosos y muchas veces reservados habitantes siguen sus quehaceres, casi siempre marcados por la multinacional alemana del autom¨®vil Volkswagen, que aqu¨ª tiene su sede central y su equipo de f¨²tbol, el Wolfsburg. Pero hoy, no. D'Alessandro se siente bien: "Pens¨¦ que ser¨ªa m¨¢s dif¨ªcil venirse a Alemania". Seguramente ayuda a este media punta, de 22 a?os, que ya ha ganado un Mundial sub 20 y tres Ligas argentinas con el River Plate, el que est¨¦ a punto de viajar a su pa¨ªs para pasar la Navidad.
No es hombre de muchas palabras D'Alessandro, que viste de rapero y acaba de concluir el entrenamiento matutino. Lo suyo es la eclosi¨®n en la cancha. Le dicen Cabez¨®n por el tama?o desproporcionado de su cr¨¢neo, pero el mote m¨¢s apropiado es Mandrake. Todo un mago del bal¨®n, cuenta con una visi¨®n estrat¨¦gica del medio campo y no perdona ante la puerta. Se le atribuye un regate de su pu?o y letra, La Boba, que consiste en pisar el bal¨®n hacia delante y detr¨¢s con tal insistencia que el marcador se abra de piernas y le pueda colar un t¨²nel. D'Alessandro le resta importancia: "Es una jugada que empec¨¦ a hacer y me sali¨® bien. La sigo haciendo aunque menos porque ya me conocen".
"En Europa se crece futbol¨ªsticamente. El tema econ¨®mico no es lo principal, pero ayuda"
A primera vista, resulta incomprensible que el que fuera la revelaci¨®n del f¨²tbol argentino en 2001 haya encallado en un equipo de tan poca relevancia internacional como el Wolfsburg. No lo es, sin embargo, si se escucha su versi¨®n de c¨®mo se negoci¨® su contrato, el verano pasado, cuando se especulaba tambi¨¦n con el Madrid, el Barcelona, el Milan o el Juventus: "De eso s¨®lo supe por la prensa. De otros equipos no hubo nada. Los del Wolfsburg fueron a Argentina, se preocuparon por m¨ª, estuvieron 15 d¨ªas, asistieron a partidos y fueron a los entrenamientos".
El Wolfsburg pag¨® nueve millones de euros por ¨¦l al River. Y no s¨®lo eso. Los Millonarios se han asegurado el respaldo de una de las mayores multinacionales en Argentina, la Volkswagen. El Wolfsburg y el River han suscrito un acuerdo para apoyarse en sus divisiones inferiores. As¨ª que Mandrake aterriz¨® en la provincia alemana. El Wolfsburg concluy¨® la primera vuelta de la Bundesliga el s¨¦ptimo. No parece gran cosa, pero encaja en los planes quinquenales que rigen los destinos de VW. El consejero delegado del club, Peter Pander, fija los objetivos: "Aspiramos a participar, tal vez, en la Liga de Campeones de la temporada 2007-08".
La meta encaja en el proyecto profesional de D'Alessandro, cuyo salario asciende a 1,2 millones de euros anuales. Lo primero, hacer las Europas: "Aqu¨ª se crece futbol¨ªsticamente. El tema econ¨®mico no es lo principal, pero ayuda". Dice que a¨²n tiene mucho qu¨¦ aprender, y no parece falsa modestia: "Me faltan un mont¨®n de cosas". Alemania no es mala plaza para progresar: "A medida que pasa el tiempo, uno se va acostumbrando a c¨®mo es este f¨²tbol, m¨¢s dif¨ªcil, m¨¢s f¨ªsico, m¨¢s fuerte, con espacios m¨¢s reducidos", resume.
Para adaptarse, su t¨¦cnico, J¨¹rgen R?ber, le urge a que pase m¨¢s r¨¢pido el bal¨®n. "Me pide que toque de primera la pelota en la media cancha para no perderla. Despu¨¦s, si la pierdo en los ¨²ltimos 20 metros, ya no hay problema". O le advierte de que tiene que controlar m¨¢s sus arrebatos de furia. Est¨¢ en ello: "En Argentina se me calienta m¨¢s el ¨¢nimo. C¨®mo por aqu¨ª no me entienden y, por m¨¢s que hable, no me dan bola, he decidido callarme". A pesar de estos buenos prop¨®sitos, en 15 partidos ha coleccionado cinco tarjetas amarillas y una roja por reclamarle al ¨¢rbitro.
Las estad¨ªsticas registran tambi¨¦n dos goles y siete pases de gol, varios de ellos marcados por su compa?ero de equipo y compatriota Klimovicz. Para fortuna de D'Alessandro, que as¨ª ha podido integrarse en una pandilla latinoamericana, en el Wolfsburg juegan tambi¨¦n otro argentino, Pablo Quattrochi, el brasile?o Fernando Baiano y el chileno Waldo Ponce. Pero los ojos del p¨²blico casi siempre est¨¢n puestos en ¨¦l. Los comentaristas y los aficionados germanos dudan de que el Wolfsburg lo pueda mantener por mucho tiempo. ?l, sin embargo, no quiere especular sobre su futuro profesional: "Ser¨ªa una falta de respeto hacia el Wolfsburg. El d¨ªa de ma?ana, si tengo la suerte de jugar en otro lado, perfecto". ?D¨®nde?: "No me corresponde a m¨ª elegir un club, pero pasar por el f¨²tbol espa?ol me encantar¨ªa".
A D'Alessandro, que ya pisa tan fuerte y es titular en la selecci¨®n argentina sub 23 que en enero luchar¨¢ por una plaza en los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas 2004 y en la absoluta, que juega las eliminatorias para el Mundial de Alemania 2006, se le ilumina la cara cuando habla del mayor de sus ¨ªdolos, Diego Armando Maradona. Un d¨ªa le dijo que lo m¨¢s importante para un jugador como ¨¦l, antes que atender los imperativos de la pizarra, es la intuici¨®n: "Fue impresionante. Es para sentarse y escucharlo durante tres, cuatro horas. Me cont¨® an¨¦cdotas y me dio consejos, como aqu¨¦l de que, sobre la cancha, siempre hay que jugar como uno lo siente. Me regal¨® los botines con los que jugaba en el Boca", recuerda; "ah¨ª los tengo".
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