Una coreograf¨ªa inici¨¢tica

En primer lugar, es del mayor inter¨¦s desarrollar colaboraciones de este tipo, en las que una compa?¨ªa tan acreditada como la barcelonesa Metros presta su experiencia y sus saberes a un proyecto, en el que se implica hasta el tu¨¦tano, con el Centre Coreogr¨¢fic de la Generalitat Valenciana. El mestizaje no se limita ya a las distintas experiencias de las que parte el cuerpo de baile a la hora de enfrentarse con esta coreograf¨ªa, se extiende tambi¨¦n a la fusi¨®n sobre el escenario de int¨¦rpretes de muy distinta trayectoria, donde los que provienen de Metros se simultanean con alumnos aventajados de la escuela valenciana.

La coreograf¨ªa de Ram¨®n Oller se basa en los ballets de mayor alcance musicados por Chaikovski, de los que hace una recreaci¨®n madura con el peaje de transformarlos en una especie de relato m¨ªtico donde la insistencia, tampoco demasiado acentuada, sobre los ritos de iniciaci¨®n (el paso de la p¨¦rdida de la infancia hacia el desconcierto adolescente) tienen un resultado afortunado sobre el escenario. Una escenograf¨ªa muy cuidada abriga los tr¨¢nsitos de mucha dificultad entre las enso?aciones de la infancia, y sus terciopelos abrigados, hacia el apunte de una incipiente madurez algo m¨¢s brumosa, mientras las l¨¢grimas cristalinas estallan para convertirse en otra cosa. Un trabajo necesario, donde Oller reorienta con mucha creatividad y solvencia referentes de mucha alcurnia, para un espect¨¢culo que resulta did¨¢ctico sin que llegue a parecerlo.