Un d¨ªa en la vida
?QU? FUERON los Beatles? Parece bastante claro que no se responde a esta pregunta diciendo solamente: un excelente grupo de m¨²sica popular; ni siquiera diciendo (como probablemente habr¨ªa que decir) que fueron el mejor grupo. Todos los intentos de explicitar en qu¨¦ consiste el "algo m¨¢s" que hace que esa respuesta nos deje insatisfechos nos llevan a enunciar trivialidades acerca de "una corriente de rebeld¨ªa juvenil contra una sociedad envarada" o a deshojar sentimentalmente la blanda margarita de nuestros recuerdos adolescentes.
"No quiero que termine el espect¨¢culo, / pero creo que les gustar¨ªa saber / que el cantante va a interpretar una canci¨®n / y quiere que ustedes canten con ¨¦l".
Pero todas las generaciones que en el mundo han sido han visto, en la ¨¦poca de su emergencia juvenil, a los adultos como a una cuadrilla de retr¨®gados entumecidos, y todos los recuerdos de todas las adolescencias (llevaran o no como banda sonora I wanna hold your hand) est¨¢n llenas de margaritas sentimentalmente fl¨¢ccidas. Sin embargo, ambas cuestiones -la del talento musical y la de la relevancia social de los Beatles- est¨¢n estrechamente conectadas. No solamente no es cierto que los Beatles hayan sido una gran banda de m¨²sica debido a su relevancia social, sino que la verdad es justamente la contraria: que su inmensa relevancia social se debe al hecho de haber sido un grupo de extraordinario talento. Con ocasi¨®n de la muerte de George Harrison, los peri¨®dicos recordaban aquellas amargas declaraciones suyas en las cuales se quejaba de haber sido "la voz invisible" de los Beatles, asfixiado por la pinza formada por Lennon y McCartney; ¨¦l mismo se justificaba arguyendo que no era f¨¢cil descollar cuando estos dos individuos no paraban de componer alhajas una tras otra "en estado de gracia". Se dir¨ªa, en efecto, resultado de una inspiraci¨®n divina el que, durante los a?os en que estuvo vivo el genio de esta pareja, y con un frenes¨ª creativo s¨®lo comparable al de Mozart, produjeran sin descanso obras maestras de la m¨²sica ligera que inmediatamente alcanzaban un reconocimiento inapelable, que a¨²n hoy conservan. Pero no basta con se?alar que estas canciones son "muy buenas" (porque estamos bien advertidos contra la irrebasable "subjetividad" de los juicios est¨¦ticos); sin duda, son excelentes en su g¨¦nero, pero tambi¨¦n lo son muchas de los Rolling Stones, de los Kinks, de los Animals o de tantos otros. Ante esta evidencia, como hac¨ªa Harrison, podr¨ªamos plantear el asunto en t¨¦rminos cuantitativos, reparando en que lo que distingue a los Beatles es que, en su caso, todas son ins¨®litamente buenas. Y esto parecer¨ªa otra vez cosa de magia.
"La diversi¨®n es lo ¨²nico que no puede comprarse con dinero / Algo interior que estuvo siempre vedado / durante tantos a?os..."
Pero la magia tambi¨¦n tiene su explicaci¨®n: no se trata de que, de acuerdo con las reglas y criterios en funci¨®n de los cuales podamos valorar los productos de la industria discogr¨¢fica -pues no hay duda alguna de que tales reglas y criterios existen- las canciones de los Beatles puedan ser juzgadas como de una calidad excepcional; se trata de que fueron esas canciones (y sus autores e int¨¦rpretes) las que inventaron las reglas y los criterios, los recursos y los estilos, los modos y las formas, las que definieron qu¨¦ es y qu¨¦ no es una canci¨®n de m¨²sica pop, qu¨¦ es un disco, un sello discogr¨¢fico, un videoclip, un ¨¢lbum o un long play, qu¨¦ es un grupo musical, qu¨¦ tipo de personaje es un m¨²sico popular en una sociedad de masas y, en definitiva, las que determinaron el alcance y los l¨ªmites de la industria discogr¨¢fica y de sus agentes (l¨ªmites que, como es innecesario hacer notar, van mucho m¨¢s all¨¢ de la industria discogr¨¢fica misma). Los Beatles no son buenos "en su g¨¦nero", son los creadores del g¨¦nero. La "calidad" que percibimos en sus grabaciones, por tanto, no es la de unos temas musicales particularmente bien construidos sino algo de una naturaleza completamente distinta: al escucharlas, no escuchamos canciones mejores o peores, escuchamos las reglas de acuerdo con las cuales se hacen canciones de m¨²sica popular, la definici¨®n de un nuevo juego que no exist¨ªa antes de ellos y para el cual fabricaron el tablero, las fichas, el reglamento, los jugadores y hasta los espectadores. Eso es lo que las hace incomparables, y en eso consiste justamente su relevancia social: no son el simple "reflejo" de su tiempo, sino que configuraron (parcialmente) ese tiempo introduciendo en ¨¦l algo que antes no hab¨ªa, un elemento sin el cual ahora ya esa misma sociedad resultar¨ªa completamente incomprensible.
"Hoy he visto la prensa: / dies mil agujeros en Blackburn (Lancashire) / Y, aunque los agujeros eran muy peque?os, / los contaron todos. / Ahora s¨¦ cu¨¢ndo agujeros hacen falta para llenar el Albert Hall".
Y si esto se nos hace hoy m¨¢s visible que ayer es porque, cuarenta a?os despu¨¦s de Love me do, y debido a la confluencia de las nuevas tecnolog¨ªas, las viejas miserias y las operaciones triunfo, estamos asistiendo al desmantelamiento fragmentario de aquel terreno de juego.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.