Vacaciones sin luz

Con preocupante cadencia se suceden en Espa?a las interrupciones prolongadas de suministro el¨¦ctrico en momentos y zonas cruciales para el normal desarrollo de la actividad econ¨®mica. Hace dos a?os, en diciembre de 2001, un apag¨®n dej¨® sin suministro el¨¦ctrico a una gran parte de Catalu?a en uno de los d¨ªas m¨¢s fr¨ªos del a?o. El Gobierno de Jordi Pujol expedient¨® a la el¨¦ctrica y posteriormente le impuso una multa de seis millones de euros. Recientemente, el Gobierno de la Generalitat abri¨® hasta tres expedientes a Fecsa-Endesa relacionados con los cortes de fluido que salpicaron el pasado mes de octubre. El pasado verano se produjo otro gran apag¨®n en Mallorca en un momento de m¨¢xima ocupaci¨®n tur¨ªstica de la isla. Y ahora ha sido en el Valle de Ar¨¢n -precisamente una zona productora de energ¨ªa el¨¦ctrica-, en el momento ¨¢lgido de la temporada de esqu¨ª, donde se ha producido una grave interrupci¨®n de fluido el¨¦ctrico que dej¨® sin energ¨ªa a 25.000 personas en un momento de temperaturas muy bajas, produjo cuantiosas p¨¦rdidas en el sector de la hosteler¨ªa y propin¨® un golpe a la imagen de excelencia tur¨ªstica de la que goza la comarca.

Unos sesenta ayuntamientos catalanes y decenas de entidades se unieron hace ahora un a?o para reclamar a Fecsa-Endesa que pusiera remedio a lo que es la causa fundamental de los apagones, el deficiente volumen de inversiones en distribuci¨®n y transporte de energ¨ªa. La el¨¦ctrica acab¨® firmando un convenio con la Generalitat que contempla invertir 3.000 millones de euros en la mejora de la red hasta 2010, de los que la empresa asegura haber gastado ya 900. De momento, el nuevo Gobierno catal¨¢n ha abierto un expediente informativo a la compa?¨ªa el¨¦ctrica y ha manifestado su intenci¨®n de evaluar a fondo el plan de inversiones para comprobar su adecuaci¨®n a las necesidades de suministro.

Para este Gobierno, formado por tres partidos que durante a?os han denunciado la tibieza del anterior Ejecutivo de CiU respecto a Fecsa-Endesa, ¨¦sta ser¨¢ la primera oportunidad para marcar el nivel de excelencia que exigir¨¢ no s¨®lo a los suministradores de energ¨ªa el¨¦ctrica, sino tambi¨¦n al resto de las grandes empresas que controlan -a menudo tambi¨¦n en t¨¦rminos monopol¨ªsticos- los servicios p¨²blicos y las infraestructuras que definen una sociedad moderna y fundamentan la competitividad de su econom¨ªa.