Cuando los famosos no ten¨ªan pies de barro

"Querido se?or: le agradecer¨ªa que me dijera qu¨¦ es el Tiempo, qu¨¦ es el alma y qu¨¦ es el firmamento". "?Se considera usted un genio? Mis hermanos y yo hemos tenido una discusi¨®n sobre ello?". "No le he escrito antes porque no sab¨ªa que usted viv¨ªa todav¨ªa". "Tengo un amigo que dice que todos los genios se vuelven locos y que usted se volver¨¢ loco antes de un a?o. Por favor, deme su opini¨®n sobre este asunto (tanto si pierde su valiosa cabeza como si no)". Y, por si fuera poco, Einstein les contestaba. No est¨¢n todas las respuestas en este libro, porque muchas de ellas se han perdido o no se sabe con certeza si el f¨ªsico alem¨¢n lleg¨® a escribirlas, pero las que hay, todas de su pu?o y letra, apuntalan la fama de socarr¨®n y amable del cient¨ªfico m¨¢s famoso del siglo XX.

La popularidad de Albert Einstein era tal que m¨¢s de un ni?o asegura que pensaba que estaba ya muerto o que "lo hab¨ªa confundido con Isaac Newton o con otro". El f¨ªsico, tras disculparse "por estar todav¨ªa entre los vivos. Aunque, bueno, esto se remediar¨¢ tarde o temprano", explica el estado curvo y anima a la remitente, Tyfanny, de Sur¨¢frica, a seguir con sus investigaciones astron¨®micas, que consist¨ªan en mirar al cielo escap¨¢ndose del dormitorio, sin que "sean nunca descubiertas por los ojos y o¨ªdos de la direcci¨®n del colegio. ?sta es la actitud que adopta la mayor¨ªa de los ciudadanos hacia su Gobierno, y creo que est¨¢ bien as¨ª".

Antes de llegar a esta segunda

parte del libro, formada por las cartas de los ni?os y las respuestas, figura en ¨¦l un pr¨®logo de Evelyn Einstein en el que recuerda a un abuelo que "nunca me hac¨ªa callar ni me intimidaba, ni siquiera cuando ten¨ªa cinco a?os". Junto a ello hay una cronolog¨ªa y una biograf¨ªa resumida escrita por Alice Calaprice, un breve ensayo de Robert Schulmann sobre La pedagog¨ªa de Einstein y un ¨¢lbum fotogr¨¢fico en el que se pueden encontrar algunas im¨¢genes poco habituales del f¨ªsico.

Adem¨¢s de su actividad cient¨ªfica, Einstein tuvo una presencia social muy importante, lo que hizo de ¨¦l el icono m¨¢s representativo de la ciencia del siglo XX, al menos hasta la llegada de la doble h¨¦lice de ADN. Su importancia cient¨ªfica no se debe s¨®lo a que ganara el Premio Nobel de F¨ªsica en 1921 por su trabajo sobre el efecto fotoel¨¦ctrico, sino, sobre todo, a las dos teor¨ªas de la relatividad, general y especial, y a la teor¨ªa del movimiento browniano, cada una de las cuales es, posiblemente, capaz de hacer pasar a la historia a su creador.