Un desierto en Galicia
Depor y Celta, en la mejor etapa de su historia, no han sido capaces de consolidar jugadores de cantera en toda una d¨¦cada
Con el mismo gesto huidizo de cuando era un mocoso que impart¨ªa lecciones a los veteranos, Fran vivi¨® el s¨¢bado su vig¨¦simo duelo de rivalidad con el Celta. La trayectoria del gran zurdo que se cri¨® junto a un campo de f¨²tbol, en una aldea del municipio coru?¨¦s de Ribeira, batida por las brisas de la r¨ªa de Arousa, ha sido un formidable testimonio de talento, constancia y fidelidad al club en el que permanece desde que debutara en Segunda Divisi¨®n, con 17 a?os. Una carrera portentosa que ha permitido mantener la tradici¨®n de un f¨²tbol que aport¨® a Espa?a dos de los mayores jugadores de su historia, Luis Su¨¢rez - el ¨²nico nacional que ha conquistado un bal¨®n de oro- y Amancio.
Desde hace cuatro a?os, cuando el Madrid se llev¨® a M¨ªchel Salgado, Fran ya se ha acostumbrado a ejercer como el ¨²nico portador del estandarte de la cantera gallega en los choques que parten por la mitad el coraz¨®n futbol¨ªstico de la comunidad aut¨®noma, eternamente desgarrado entre el norte y el sur. Aunque ¨¦l mismo se encargue de ponerlo en duda sobre el campo cada vez que tiene ocasi¨®n, el dictamen del DNI indica que la jubilaci¨®n de Fran no se podr¨¢ posponer mucho. Detr¨¢s de s¨ª dejar¨¢, adem¨¢s de un recuerdo inextinguible, un desolador desierto futbol¨ªstico. En el futuro m¨¢s inmediato, no se atisba alg¨²n jugador capaz de mantener en el Depor o en el Celta un ¨²ltimo lazo con sus ra¨ªces. Despu¨¦s de Fran, la nada.
Jos¨¦ Ram¨®n: "He visto chicos de 14 a?os tan buenos a esa edad como mi hermano Fran"
"Faltan proyectos, instalaciones, t¨¦cnicos; Galicia est¨¢ muy atr¨¢s, y no s¨®lo del Pa¨ªs Vasco"
El f¨²tbol gallego ha vivido la m¨¢s prodigiosa d¨¦cada de su historia, primero con la aparici¨®n del Superdepor y m¨¢s tarde con la r¨¦plica de un Celta que ha dejado su impronta por media Europa. En todo este tiempo, el Depor s¨®lo ha utilizado con cierta asiduidad a dos jugadores criados en la casa, Fran y su hermano mayor, Jos¨¦ Ram¨®n, ya retirado. Del Celta sali¨® M¨ªchel Salgado para acabar de acompa?ante de los gal¨¢cticos de Florentino P¨¦rez. Algunos futbolistas hicieron concebir fugaces esperanzas. El vigu¨¦s Pablo Cou?ago, por ejemplo, m¨¢ximo goleador de un Mundial sub 20. En los tiempos de Arsenio Iglesias, el Depor sac¨® a Marcos Vales, y John Toshack tambi¨¦n dio la alternativa a chicos como Viqueira, David o Deus. Unos y otros han tenido que buscarse la vida ejerciendo de trotamundos. En la Segunda Divisi¨®n espa?ola o incluso en el extranjero, caso de Cou?ago y David, ambos en el Reino Unido.
?Se ha extinguido acaso el talento en Galicia? ?No hay ni un solo futbolista capaz no ya de alcanzar la categor¨ªa de Fran o Salgado, sino simplemente de desempe?ar una funci¨®n secundaria en las primeras plantillas de Celta y Depor?. A Jos¨¦ Ram¨®n, ahora entrenador del Atl¨¦tico Arteixo, un club de Tercera que se nutre de muchos rebotados de la cantera del Depor, no le caben dudas: "No quiero dar nombres, pero desde que llevo entrenando me he encontrado con alg¨²n chico de 14 a?os que es tan bueno como era mi hermano a esa edad". ?Saldr¨ªan Fran y Jos¨¦ Ram¨®n adelante en el Depor de hoy, en circunstancias radicalmente distintas a las de aquel club hundido en Segunda y sin un duro para fichajes en el que debutaron a finales de los a?os 80? "No puedo decirlo con seguridad", confiesa el hermano mayor.
Que en Galicia hay terreno f¨¦rtil para producir jugadores no lo niega nadie. Con Jos¨¦ Ram¨®n coinciden otros t¨¦cnicos que conocen bien el f¨²tbol base de la comunidad, como Fernando V¨¢zquez, el entrenador gallego del Valladolid, especializado en lanzar promesas en todos sus equipos, o Francis Cagigao, un galaico- brit¨¢nico, adjunto a la secretar¨ªa t¨¦cnica del Arsenal, para el que ejerce de cazatalentos en Espa?a, y que dirigi¨® una escuela de f¨²tbol en la provincia de Lugo. "Es verdad que el clima nos perjudica, porque aqu¨ª un ni?o no puede disfrutar de las horas jugando al aire libre que tiene un chico canario o andaluz", apunta V¨¢zquez. "Pero hay talento, claro que lo hay. La prueba est¨¢ en que ahora mismo se har¨ªa una buena selecci¨®n gallega con jugadores de Primera". Esa es otra de las paradojas, ya que los grandes clubes espa?oles s¨ª han descubierto perlas en Galicia cuando eran a¨²n unos adolescentes. Anticip¨¢ndose a Depor y Celta, el Madrid se llev¨® en su d¨ªa a Rub¨¦n y Borja, y el Barcelona a Trashorras, ahora en el filial madridista, y a Nano, que ha acabado en el Atl¨¦tico tras debutar en el Camp Nou con Van Gaal.
"Sacar jugadores es una apuesta que requiere paciencia e inversiones", explica Cagigao, el hombre que se llev¨® al Arsenal a Cesc, la jovenc¨ªsima figura de la cantera del Bar?a. "Hay que invertir en instalaciones, en entrenadores, en servicios para los chicos y sus padres... Transmitir un proyecto a los chavales. En ese aspecto, Galicia est¨¢ muy atr¨¢s, no ya del Pa¨ªs Vasco, que es caso aparte, sino de lugares como Andaluc¨ªa. Depor y Celta han tenido, adem¨¢s, un ¨¦xito muy r¨¢pido, que ha elevado mucho las exigencias. Y como intentan mantener ese nivel, es dif¨ªcil pedirles paciencia". Un diagn¨®stico muy parecido al de V¨¢zquez: "Lo que han hecho Depor y Celta resulta ejemplar en muchos aspectos. Pero a los chicos se les ha transmitido la idea de que no van a estar al nivel que han alcanzado los equipos. Para sacar un futbolista es fundamental infundirle confianza. Los chicos necesitan saber que se cree en la cantera". Y as¨ª se producen casos como los que se encuentra a menudo Jos¨¦ Ram¨®n, "chavales", apunta, "que eran muy buenos a los 14 a?os, pero que van perdiendo capacidad competitiva porque no ven salidas".
En el Depor, el presidente, Augusto C¨¦sar Lendoiro, aunque rehuye hablar del asunto, ha tomado ya algunas medidas. Hasta hace dos a?os, el club no ten¨ªa m¨¢s que un filial y dos equipos juveniles. Ahora ha montado una estructura de f¨²tbol base, empezando en la categor¨ªa de alevines, y meses atr¨¢s inaugur¨® una extensa ciudad deportiva. "Desde fuera no se percibe, pero aqu¨ª ha habido un cambio radical", proclama Tito Ramallo, entrenador del filial deportivista. "S¨®lo la plantilla de t¨¦cnicos casi se ha triplicado en dos a?os. Ahora bien, los frutos tardar¨¢n en verse, est¨¢ claro". Mientras se aguarda por los resultados de la nueva pol¨ªtica, es muy probable que Fran se jubile dejando detr¨¢s un trono triste, vac¨ªo y polvoriento.
Una pu?alada al coraz¨®n de Lendoiro
En la solapa de su americana, Augusto C¨¦sar Lendoiro no lleva el escudo del club que preside. Lendoiro ha reservado ese lugar tan pr¨®ximo al coraz¨®n para la insignia del Ural, el equipo de f¨²tbol base que ¨¦l mismo fund¨® cuando no ten¨ªa m¨¢s de 15 a?os y en el que educ¨® a un jovenc¨ªsimo portero llamado Buyo. El presidente del Depor, que durante a?os dirigi¨® un colegio privado, creci¨® como gestor deportivo vinculado al f¨²tbol base. Y como ¨¦l, la mayor¨ªa de sus directivos, que llegaron al Depor tras largos a?os de experiencia en peque?os clubes de la ciudad.
De ah¨ª que el caso de Nano fuese como una pu?alada al coraz¨®n de Lendoiro. El actual jugador del Atl¨¦tico se cri¨® precisamente en el Ural. Cuando cumpli¨® la categor¨ªa de cadete, las normas federativas lo dejaban libre. Los ojeadores del Barcelona le echaron el guante. "Fue una decisi¨®n del chico, que siempre hab¨ªa sido del Bar?a", recuerda su padre, Fernando Cobi¨¢n. "El Depor intent¨® que se quedara aqu¨ª, pero tampoco ofrec¨ªa nada concreto para retenerle. El Bar?a lo alojaba en La Mas¨ªa y le costeaba los estudios". Y Nano se march¨®, como se march¨® tambi¨¦n Julio ?lvarez, actual centrocampista del Murcia, al que capt¨® el Madrid cuando jugaba en los juveniles del Depor.
A Lendoiro le dolieron mucho aquellos episodios, e incluso dej¨® caer que no merec¨ªa la pena invertir dinero en la cantera para que los clubes m¨¢s poderosos se llevaran a los chicos. Pero lo cierto es que ha ido tomando medidas para corregir la situaci¨®n de un club al que el ¨¦xito le sorprendi¨® repentinamente, sin apenas infraestructura propia. "Hasta hace unos meses, los distintos equipos del Depor estaban desperdigados por campos de toda la ciudad", explica Ramallo, t¨¦cnico del filial. "Pas¨¢bamos semanas sin vernos las caras. La nueva ciudad deportiva lo ha cambiado todo. Hay m¨¢s comunicaci¨®n y para los chicos es un est¨ªmulo trabajar en el mismo sitio que el primer equipo. Dentro de un tiempo, se tienen que ver los resultados".
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