Circos sin animales

Los circos con animales utilizan a ¨¦stos como parte fundamental de su espect¨¢culo. En los carteles publicitarios aparecen animales salvajes como principal reclamo, especialmente tigres, leones y elefantes, resaltando su fiereza para llamar la atenci¨®n.

En estos circos los animales sufren carencias de todo tipo: se les separa a la fuerza de sus cong¨¦neres (los circos son destacados clientes del tr¨¢fico internacional de animales salvajes) y se les condena a una terrible vida de jaulas, cadenas, l¨¢tigos, soledad y sufrimiento. Los grandes felinos, los osos y los primates son forzados a comer, beber, dormir, defecar y orinar siempre en las mismas estrechas jaulas. Los elefantes sufren dolorosas heridas por el constante encadenamiento y por la dificultad f¨ªsica de los n¨²meros que son obligados a realizar. Se les mantiene en p¨¦simas condiciones tanto f¨ªsicas como psicol¨®gicas, lo que les genera un grado muy elevado de estr¨¦s y tensi¨®n. Esta situaci¨®n les conduce al desarrollo de conductas antinaturales y agresivas, as¨ª como a una muerte mucho m¨¢s temprana de lo que ser¨ªa normal.

En las giras son obligados a soportar largas horas de carretera y condiciones ambientales extremas. Para preparar sus actuaciones, son sometidos a crueles adiestramientos y castigos utilizando l¨¢tigos, porras el¨¦ctricas, y otras herramientas de castigo.

La lecci¨®n moral que puede recibir un ni?o/a que visita el circo es totalmente nefasta, pues no aprender¨¢ que los animales son dignos de nuestro respeto y consideraci¨®n, sino que es l¨ªcito someter a nuestro antojo y doblegar por la fuerza a unas "est¨²pidas bestias".

Por todo ello te recomendamos: no acudas a espect¨¢culos con animales. Hay alternativas: existen muchos circos sin animales, como el Circo del Sol, el circo de Alejandra Botto, la escuela de circo de Ferrol, el circo chino u otros, bellos espect¨¢culos en los que la destreza de sus participantes humanos pone de manifiesto que la crueldad no es necesaria.