El monopolio de VeriSign y la valent¨ªa de ICANN
VeriSign se ha negado a cumplir con la exigencia que le plante¨® la ICANN de suspender su actividad m¨¢s reciente, un servicio que redirige a los usuarios que cometen errores tipogr¨¢ficos en las URL, y que genera ingresos extra para VeriSign, dando a la empresa lo que algunos consideran una ventaja injusta e interfiriendo adem¨¢s con algunas funciones de Internet. Es hora de que la ICANN afirme su autoridad.
La ICANN se cre¨® en 1998 para democratizar la organizaci¨®n de Internet. Deber¨ªa establecer las normas por las que debe guiarse VeriSign que, con la forma en que usa la posici¨®n que le ofrece el ser el ¨²nico registro de .com y .net, est¨¢ causando preocupaci¨®n en la comunidad.
He aqu¨ª c¨®mo funciona el servicio SiteFinder de VeriSign: cuando uno teclea mal la direcci¨®n de un dominio .com o .net (www.edventrue.com, en lugar de www.edventure.com, por ejemplo) el servicio ofrece una p¨¢gina de direcciones y t¨¦rminos de b¨²squeda alternativos, incluida una prestaci¨®n de b¨²squeda patrocinada que proporciona ingresos a VeriSign.
VeriSign est¨¢ aprovechando su posici¨®n protegida como gestor exclusivo de registro para obtener una ventaja comercial que no tienen otras empresas
Cuando se cre¨® la ICANN, VeriSign ten¨ªa un contrato con la Administraci¨®n estadounidense para registrar nombres de dominios terminados en .com, .net y .org.
Aparte de la cuesti¨®n de si VeriSign est¨¢ explotando injustamente su posici¨®n, el SiteFinder presenta problemas t¨¦cnicos: tiene un efecto de onda en otras funciones de Internet, incluido el correo electr¨®nico, el filtrado de correo no deseado y otras aplicaciones, ya que intercepta las comunicaciones con direcci¨®n incorrecta en lugar de rebotarlas al remitente.
En un sistema como Internet, tradicionalmente basado en el consenso, dichos cambios s¨®lo se han realizado normalmente tras una discusi¨®n extensa y abierta entre quienes dise?an la tecnolog¨ªa y quienes la utilizan.
Entonces, ?qu¨¦ deber¨ªa hacer la ICANN, y por qu¨¦? Uno de los prop¨®sitos b¨¢sicos de la ICANN es impedir que una sola parte -ya sea el Gobierno estadounidense, VeriSign o, pongamos, Microsoft, Saddam Hussein o George Bush- controle Internet. Conozco bien este tema, porque yo he sido su presidenta fundadora. Nuestra misi¨®n fue la de crear una organizaci¨®n que estableciera la pol¨ªtica y que fuera responsable ante toda la comunidad de Internet, y no ante una sola secci¨®n. La carta de fundaci¨®n de la ICANN y su contrato con VeriSign incluyen una referencia espec¨ªfica a las "pol¨ªticas de consenso".
Cuando se cre¨® la ICANN, VeriSign ten¨ªa un contrato con la Administraci¨®n estadounidense para registrar nombres de dominio .com, .net y .org.
Como su monopolio era leg¨ªtimo, la ICANN no pod¨ªa cambiar la situaci¨®n sin m¨¢s. Por el contrario, ten¨ªa que negociar un nuevo contrato con la idea de que finalmente hubiera competencia en los dominios .com y .net. Hoy en d¨ªa, docenas de empresas revenden direcciones .com y .net a usuarios terminales, pero VeriSign sigue siendo el ¨²nico gestor de la base de datos donde se registran los nombres.
Ahora existen tambi¨¦n sufijos de nombre de dominio competidores, como .name, .info y .biz, pero ninguno tiene el alcance ni el prestigio de los .com.
En 1998, la Administraci¨®n estadounidense, que ten¨ªa el control de hecho sobre el Sistema de Nombres de Dominio (DNS), quiso entregar el control no a otra Administraci¨®n estatal, sino a la comunidad de Internet: sus pol¨ªticas se establecer¨ªan por consenso entre todas las partes afectadas, incluidos no s¨®lo los registros y los revendedores, sino tambi¨¦n los proveedores de tecnolog¨ªa... y, s¨ª, los usuarios.
El consenso en la comunidad de Internet est¨¢ ahora bastante claro: lo que est¨¢ haciendo VeriSign es incorrecto. En primer lugar, interfiere con la forma de funcionar de Internet. Segundo, en mi opini¨®n, lo que VeriSign est¨¢ haciendo no es ¨¦tico y (aunque yo no sea abogado) constituye un incumplimiento del acuerdo firmado con la ICANN. Est¨¢ abusando de su posici¨®n dominante para generar una ventaja comparativa.
VeriSign sostiene que Microsoft ha dirigido a una p¨¢gina de b¨²squeda de Microsoft a aquellos usuarios de Internet Explorer que intentan llegar a nombres de dominio no asignados, y el servicio de SiteFinder no es diferente. Sin embargo, esa comparaci¨®n no es exacta, porque un usuario tiene la posibilidad de elegir otro buscador; pero no tiene la posibilidad de escoger otro nombre de dominio para los sitios a los que est¨¢ intentando llegar. Adem¨¢s, el servicio de Microsoft no interfiere con otras aplicaciones.
La otra acusaci¨®n de VeriSign -que sus detractores no innovan- es la que m¨¢s falsa suena. Ciertamente, el servicio de VeriSign es innovador. Y ciertamente resulta ¨²til para algunos usuarios; pero sigue siendo inadecuado, porque es injusto. VeriSign est¨¢ aprovechando su posici¨®n protegida como gestor de registro para obtener una ventaja comercial no disponible para las dem¨¢s empresas.
La comunidad de Internet ha hablado. De hecho, un aspecto reconfortante de todo esto es que el sistema creado por la ICANN para fomentar la participaci¨®n del p¨²blico, el Comit¨¦ Asesor General
[At-Large Advisory Committee, ALAC] est¨¢ por fin recogiendo la reacci¨®n de usuarios terminales de todo el mundo. Pr¨¢cticamente todos dicen que VeriSign deber¨ªa parar; o que habr¨ªa que pararlo.
Las quejas de ilegitimidad y falta de respuesta y preocupaci¨®n por el inter¨¦s p¨²blico persiguen a la ICANN desde hace mucho tiempo. ?sta es su oportunidad para probar que los detractores est¨¢n equivocados. En virtud de su contrato con VeriSign, la ICANN puede obligar a la empresa a cumplir con un consenso documentado en la comunidad de Internet. Legalmente, la ICANN puede entablar una demanda; moralmente, deber¨ªa adoptar una postura.
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