Gatillazo de Zaplana
En estos d¨ªas, que no le anden al p¨²blico con posturitas de meritorio, que el honrado p¨²blico anda muy serio y azacanado con las rebajas, y los candidatos al Congreso son un g¨¦nero m¨¢s, algunos incluso de la temporada pasada, y el p¨²blico no parecen muy dispuesto a dar cuatro pasos, si no se los empaquetan al cincuenta por ciento, como las mantas o ciertas prendas ¨ªntimas. Chica, es que una lista de aspirantes a diputados no tiene ni alas, y encima se te nota la p¨¦rdida. El Senado, sin embargo, encandila con el fulgor de la bisuter¨ªa fina: vale poco, pero luce. El senado es como m¨¢s result¨®n: un plat¨® de pel¨ªcula de romanos, que ofrece todo el glamour de la caza de brujas de McCarthy, entre la intelligentsia y Hollywood. Pues en medio de las rebajas que es donde se viste y calza la democracia, sale el heraldo de La Moncloa, Eduardo Zaplana, y anuncia que el 14 de marzo todos a las urnas, y que de aqu¨ª a unos d¨ªas Aznar disolver¨¢ el Parlamento, aunque tampoco hay demasiado para disolver. Y si bien la fecha del inicio de la campa?a electoral est¨¢ prevista, seg¨²n el calendario, para el 27 de febrero, los partidos que ya andan a la gre?a, desde ni se sabe cu¨¢ndo, han pisado a fondo. Como suele suceder en esto de la presunta vida p¨²blica, los primeros lisiados son aquellos que, por una raz¨®n o sinraz¨®n, se caen de las listas o pasan a ocupar un limbo de militancia, por artima?as de sus cong¨¦neres: si el hombre o la mujer es un lobo o una loba para el hombre o la mujer; los compa?eros y compa?eras, con los dientes largos a flor de esca?o, son todo un tren de laminado para quienes pretendan arrebat¨¢rselo. No es ni siquiera la ley de la selva, es la ley de la mediocridad, entre tanto traj¨ªn. Traj¨ªn que ya retumba en los cuarteles generales de todas las formaciones y en la vieja frontera de los sufragios que capturaron cuatro a?os atr¨¢s. ?D¨®nde estar¨¢ esa frontera dentro de 63 d¨ªas?, ?m¨¢s all¨¢ o apenas a un tiro de dudosa promesa? Los aparatos y los dirigentes ya han entrado al trapo: Joan Ignasi Pla, secretario general del PSPV, en el comit¨¦ nacional, haciendo encaje de bolillos, para sacar adelante unas listas de sobresaltos. Mientras Gl¨°ria Marcos, coordinadora de EU, presentaba, en Alicante, a los candidatos por la provincia, y luego se iba a anunciar la buena nueva por la Vega Baja. Sin empacho alguno, ?c¨®mo podr¨ªa? el portavoz del Consell, Alejandro Font de Mora, en ese confuso y habitual gesto de su partido, pon¨ªa en campa?a no s¨®lo al PP, sino a las instituciones, que son patrimonio de todos los valencianos, provocando la indignaci¨®n y amonestaci¨®n de Pla por "una decisi¨®n grave para la salud democr¨¢tica del pa¨ªs", y la cr¨ªtica afilada de Gl¨°ria Marcos ante la intolerable licencia, s¨®lo propia de una derecha montaraz.
Si las elecciones generales las gana el PP, lo que no es nada novedoso, se especula con la posibilidad de que el heraldo Eduardo Zaplana tratara de cargarse al conseller de Educaci¨®n y Cultura, Esteban Gonz¨¢lez Pons, ascendi¨¦ndolo a un cargo de nivel medio en Madrid. Si as¨ª fuera, probablemente asistir¨ªamos al segundo gatillazo pol¨ªtico de Zaplana. Y no hay dos sin tres. Entre tanto, la ciudadan¨ªa, acude a las rebajas y al circo que le han montado. Sabe que ¨¦se es el destino de sus impuestos.
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