Una exposici¨®n recupera la memoria del artista Josep Bartol¨ª
La Pia Almoina revisa el compromiso social y pol¨ªtico del creador
En diciembre de 1995 mor¨ªa en Nueva York el artista y escritor Josep Bartol¨ª. Nacido en Barcelona en 1910, llevaba casi toda su vida en el exilio. En sus ¨²ltimos d¨ªas, la raz¨®n perdida, no cesaba de hablar de la guerra (estuvo en el frente y fue herido varias veces) y de los campos de refugiados franceses en que pas¨® varios a?os. La dura experiencia qued¨® reflejada en una serie de dibujos a tinta, y en ellos se centra la exposici¨®n Josep Bartol¨ª, un creador a l'exili, una muestra del compromiso social y pol¨ªtico del artista que puede visitarse en el Museo Diocesano de Barcelona, la Pia Almoina, hasta el 16 de enero.
Bartol¨ª inici¨® su carrera en Barcelona, como ilustrador de temas pol¨ªticos en La Veu de Catalunya, Papitu y L'Esquella de la Torratxa, entre otras publicaciones. Tras la guerra, M¨¦xico y Nueva York fueron los dos escenarios principales de su exilio, pero el artista fue un viajero impenitente durante toda su vida, lo cual ha contribuido a la dispersi¨®n de su obra. Los derechos de las mujeres y de los negros en Am¨¦rica fueron dos de las causas que defendi¨® con vehemencia. En el otro extremo, las dictaduras fueron continuo centro de las cr¨ªticas del artista, que tuvo una vida agitada en el terreno sentimental (entre sus relaciones se cuenta la que mantuvo con la pintora mexicana Frida Kahlo).
Trabajos forzados, Violaci¨®, Caza al espa?ol y Espagnol de merde son algunos de los t¨ªtulos de los dibujos que Bartol¨ª reuni¨® en el libro Campos de Concentraci¨®n. Son dibujos esquem¨¢ticos, de trazo fino y gran dramatismo, que se comparan con los Desastres de la guerra pintados por Goya. En la Pia Almoina se exhiben 29 del medio centenar que cedi¨® al Ayuntamiento de Barcelona. Esta instituci¨®n, junto con la Diputaci¨®n de Barcelona, impulsa esta exposici¨®n que recupera la figura del artista, cultivador de g¨¦neros diversos (pintura, dibujo, escritura, ilustraci¨®n, escenograf¨ªa). Bartol¨ª era un autor pr¨¢cticamente desconocido en su pa¨ªs hasta que en 1984 el Ayuntamiento de Terrassa le consagr¨® una retrospectiva. Desde entonces hasta su muerte, su obra se ha visto en Catalu?a en contadas ocasiones.
Esp¨ªritu ind¨®mito
La exhibici¨®n del Museo Diocesano, dise?ada por el artista Francesc Abad y de la que es comisario Jaume Canyameres, presenta tambi¨¦n algunas pinturas, igualmente cr¨ªticas con la realidad de su tiempo: militares con la pechera llena de medallas, un "mercader de armas y droga" (Bartol¨ª lo pinta orondo, con un cigarro en la boca, y llena el marco de pistolas doradas), dictadores y machistas protagonizan sus trabajos. El artista, que durante su ni?ez y juventud dio continuos disgustos a sus padres dado su esp¨ªritu ind¨®mito, con los a?os hace de la reflexi¨®n el principal rasgo de su car¨¢cter. As¨ª, en la Pia Almoina se ense?an recortes de peri¨®dico antiguos llenos de anotaciones del artista, que con su letra peque?a y apretada consigna sus comentarios, a menudo mordaces, acerca de las noticias publicadas.
Escribir fue otra de las pasiones de Bartol¨ª, que lleg¨® a publicar varios libros (Calib¨¢n y el mencionado Campos de concentraci¨®n est¨¢n en la Pia Almoina). La exposici¨®n re¨²ne material literario que permanece todav¨ªa in¨¦dito: varias novelas, diarios de viaje, ensayos, guiones de largometrajes. Y aforismos, tales como: "Era una mujer tan preciosa, tan preciosa que parec¨ªa hecha a mano", a los que era gran aficionado. La exhibici¨®n se acompa?a de un cuidado cat¨¢logo, m¨¢s amplio, que revisa detalladamente el conjunto de la obra de este creador en el exilio.
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