Tres Cantos habilitar¨¢ nueve zonas para el consumo de alcohol en la calle
El Ayuntamiento dice que controlar el 'botell¨®n' s¨®lo con la polic¨ªa es "ineficaz"
El Ayuntamiento de Tres Cantos prepara una arriesgada iniciativa para controlar el consumo de alcohol en la calle por los j¨®venes, el llamado botell¨®n, prohibido por la Ley 5/2002 de la Comunidad de Madrid, de 27 de junio, sobre Drogodependencias y Trastornos Adictivos. El municipio cree que acabar con esta pr¨¢ctica s¨®lo con "control policial" es "ineficaz e inasumible", por lo que quiere enfrentarse al fen¨®meno de otra forma: habilitar nueve zonas donde los j¨®venes puedan reunirse a beber, equipadas con contenedores para evitar la suciedad y controladas por la Polic¨ªa Local y un educador social para reducir incidentes y conductas de riesgo sanitario.
"Somos muy conscientes de que la ley impide beber en la calle y no pretendemos de ninguna manera ir contra ella ni fomentar el consumo de alcohol entre la gente joven", explica el concejal de Juventud de Tres Cantos, Jos¨¦ Carlos Ballesteros. Este edil, al igual que la alcaldesa, Mar¨ªa de la Poza, pertenece al partido independiente Tres Cantos Unido (TCU), formaci¨®n que gobierna la ciudad junto al PP.
"Pero la realidad es la que es y negarla no ayuda a resolver el problema. Hemos realizado un estudio que indica que m¨¢s de 500 j¨®venes siguen haciendo botell¨®n en Tres Cantos. Lo hacen desperdigados por la ciudad y ensucian y causan molestias a los vecinos. As¨ª es imposible llegar a ellos y concienciarles de los riesgos del abuso del alcohol y de otras drogas", a?ade Ballesteros.
"Adem¨¢s, un Ayuntamiento como el de Tres Cantos, con 50 polic¨ªas locales, jam¨¢s dispondr¨¢ de los agentes suficientes para identificar y sancionar a toda esta gente. Con m¨¢s polic¨ªa s¨®lo conseguiremos que los j¨®venes se desperdiguen a¨²n m¨¢s y se agrave el problema", concluye el edil.
El consumo de alcohol en la calle est¨¢ prohibido por el punto 3 del art¨ªculo 30 de la Ley 5/2002 de la Comunidad de Madrid, de 27 de junio de 2002, m¨¢s conocida como ley antibotell¨®n.
El art¨ªculo 55.2 de la ley regional califica de "infracci¨®n leve" el "consumo de bebidas alcoh¨®licas en la v¨ªa p¨²blica", sancionable con multas de 300 a 30.000 euros. Sin embargo estas sanciones pueden ser sustituidas por trabajos para la comunidad como la limpieza, por parte de los j¨®venes, de las zonas ensuciadas en el botell¨®n o la participaci¨®n en campa?as preventivas.
La idea de Tres Cantos, que recibe el nombre de Proyecto Punto B, tiene varios frentes. El primero es desarrollar una campa?a de sensibilizaci¨®n destinada a los propios j¨®venes para que tomen conciencia de que "el alcohol es una droga, no un condimento imprescindible para pasar un buen rato con los amigos", seg¨²n los objetivos de la iniciativa.
El proyecto tendr¨¢ dos vertientes: una campa?a de publicidad y visitas a los institutos de eduaci¨®n secundaria para mantener encuentros con los alumnos. La campa?a tambi¨¦n se extender¨¢ a los comercios donde se vende alcohol, a los que se insistir¨¢ en la prohibici¨®n de vender alcohol a los menores de edad y a todo el mundo a partir de las 22.00.
Un estudio realizado en el municipio ha detectado varios puntos donde los j¨®venes tricantinos siguen bebiendo en la calle pese a la prohibici¨®n legal. El matenimiento del botell¨®n provoca, seg¨²n el municipio, varios "efectos colaterales" que Tres Cantos quiere evitar. Estos efectos indeseables son la suciedad que genera la pr¨¢ctica, las molestias a los vecinos y el abuso de alcohol y otras drogas por parte de los j¨®venes.
El municipio prepara la creaci¨®n de nueve Puntos B en la ciudad. Estas zonas se localizar¨¢n en el aparcamiento de la Casa de la Juventud, en la traves¨ªa de los Soportales, en el parque de la Foresta, en la Torre del Agua, en el parque de Antonio L¨®pez, dos en el Recinto Ferial y otros dos m¨¢s en el parque Central.
Cada Punto B estar¨¢ debidamente indicado con un cartel¨®n, rodeado con una valla y equipado con contenedores de envases y de vidrio. Estos contenedores ser¨¢n decorados por grafiteros locales para que "se presenten como mobiliario urbano acorde con los gustos juveniles", seg¨²n elproyecto elaborado por el Ayuntamiento.
Educador social
El municipio quiere utilizar los Puntos B como lugar de "comunicaci¨®n directa" entre el municipio y los j¨®venes. Un educador social visitar¨¢ regularmente estos lugares para conversar con los j¨®venes y, en su caso, detectar y prevenir conductas de riesgo como el abuso de alcohol o de drogas ilegales. El Ayuntamiento mantendr¨¢ la presencia policial cerca de los Puntos B. "Si observamos conductas de riesgo en menores de edad, como el consumo de alcohol o de drogas ilegales, la polic¨ªa intervendr¨¢ y actuar¨¢ en consecuencia. Lo mismo vale para los mayores de edad si se comportan de forma violenta o descubrimos el consumo o abuso de drogas ilegales", afirma Ballesteros.
Los responsables municipales de Tres Cantos tienen previsto presentar oficialmente el proyecto esta semana y ponerlo en marcha a partir del pr¨®ximo mes de febrero. Estos mismos responsables admiten que la inicitiva puede levantar pol¨¦mica por su posible incompatibilidad con la ley antibotell¨®n.
"La l¨ªnea que separa lo legal y lo ilegal es en estos casos muy sutil. Queremos que quede claro que nuestro objetivo es prevenir el abuso del alcohol y cuidar de la salud de los j¨®venes de la ciudad. Si para ello debemos arriesgar y probar f¨®rmulas innovadoras, estamos dispuestos a hacerlo", explica un portavoz municipal.
La ley antibotell¨®n se aplica en la regi¨®n desde el verano de 2002. La redacci¨®n del texto, aprobado s¨®lo con los votos del PP, fue pol¨¦mica, ya que desde algunos sectores se tach¨® de excesivamente represora.
Desde su entrada en vigor m¨¢s de 10.000 j¨®venes madrile?os han sido sancionados por consumir alcohol en la calle. La gran mayor¨ªa de las sanciones se han impuesto en Madrid capital, donde la Polic¨ªa Municipal ha realizado en los ¨²ltimos meses cerca de 2.000 acciones antibotell¨®n al mes (1.922 en noviembre, 2.474 en octubre y 2.508 en septiembre).
En contraste, en algunos grandes municipios del sur, las intervenciones policiales son casi inexistentes pese a que el fen¨®meno del botell¨®n no ha desaparecido.
Tampoco en Madrid capital lo ha hecho. Los vecinos de la zona de la plaza Dos de Mayo siguen denunciando que, pese a la presi¨®n policial, los j¨®venes siguen bebiendo en la calle. Lo que sucede ahora, explican los vecinos, es que ya no lo hacen en grandes grupos en la misma plaza, sino en otros m¨¢s peque?os en plazas m¨¢s reducidas, en esquinas y calles.
Los "da?os colaterales"
La decisi¨®n del Ayuntamiento de Tres Cantos de habilitar nueve zonas donde podr¨¢ consumirse alcohol en la calle de forma controlada llega tras la realizaci¨®n de un estudio a trav¨¦s de una educadora social subvencionada por la Agencia Antidroga de la Comunidad.
El estudio concluye que, pese a las prohibiciones legales, unos 500 j¨®venes siguen haciendo botell¨®n, fen¨®meno que tambi¨¦n se mantiene, por ejemplo, en Madrid capital cerca de la plaza del Dos de Mayo. Esta pr¨¢ctica causa una serie de "da?os colaterales", seg¨²n el Ayuntamiento tricantino, que los nuevos espacios tratar¨¢n de evitar.
La educadora ha recorrido las calles de Tres Cantos de octubre a diciembre de 2003 y ha identificado varias zonas donde los j¨®venes se re¨²nen a beber. En algunas de ellas, como Laderas y paseo Mar¨ªtimo, llegan a concentrarse hasta 300 personas.
Entre las ocho y las diez de la noche, quienes se re¨²nen son adolescentes de 14 a 17 a?os. Un 40% de ellos bebe alcohol, casi siempre vino mezclado con cola- calimocho- o con naranja o lim¨®n -caliguay-. "Casi no se ven destilados", a?ade el estudio, que destaca que un 20% de los adolescentes fuma porros. "Los adolescentes no suelen realizar ninguna actividad; hablan, r¨ªen y se relacionan de un grupo a otro", relata el trabajo.
A partir de las diez los menores se retiran y llegan j¨®venes de 18 a 20 a?os. Sin embargo, los adolescentes que quedan "gritan, provocan conflictos de broma (amagos de peleas, romper papelereas...), y un 2% o 3% de ellos "no se mantienen en pie, vomitan, se arrastran, pierden el sentido", a?ade la investigaci¨®n.
Los j¨®venes de 18 a 20 que llegan a las diez, en cambio, est¨¢n "mucho m¨¢s tranquilos y un 10% suele realizar alguna actividad: tocar la guitarra, los bongos, hacer malabares, patinar", siguen las conclusiones.
M¨¢s tarde, sin embargo, el comportamiento de algunos cambia: "A partir de las 23.30 se notan los efectos del alcohol y el hach¨ªs: alzan la voz, cantan...". Beben mitad calimocho y mitad destilados". En la zona del Recinto Ferial se re¨²ne gente mayor, de 21 a 25 a?os, que en su mayor¨ªa beben destilados, concluye el estudio.
Respecto a los lugares donde los j¨®venes compran el alcohol, el trabajo destaca un gran centro comercial: "Anuncian las ofertas de alcohol de forma bien grande, con colores llamativos y botellas colocadas de forma geom¨¦trica: la mayor¨ªa compra alcohol destilado por lo econ¨®mico que es.
Muchos menores, cuando quieren adquirir alcohol, suelen ir acompa?ados de un mayor, que es quien ense?a el carn¨¦ de identidad [los menores de 18 a?os no pueden comprarlo]", sigue el trabajo.
El estudio destaca que, en la mayor¨ªa de las ocasiones, las botellas y los vasos quedan desperdigados por el suelo y no son recogidos por los j¨®venes.
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