Un gigante susceptible
La multinacional Merck demanda a un prestigioso farmac¨®logo espa?ol por criticar uno de sus medicamentos estrella
El debate cient¨ªfico se quit¨® ayer la bata de los laboratorios para vestir la toga de los jueces. El motivo es la demanda, inusual en el panorama cient¨ªfico espa?ol, de la multinacional Merck Sharp & Dohme (MSD) contra Joan-Ramon Laporte, quien en el n¨²mero de septiembre del
Butllet¨ª Groc (Bolet¨ªn Amarillo), del Instituto Catal¨¢n de Farmacolog¨ªa, calific¨® de "fraude cient¨ªfico" los ensayos para la aprobaci¨®n del rofecoxib, el antiinflamatorio estrella de la compa?¨ªa.
Laporte es un prestigioso farmac¨¦utico. Dirige el Instituto Catal¨¢n de Farmacolog¨ªa, es jefe del Servicio de Farmacolog¨ªa del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y miembro destacado del Comit¨¦ de Medicamentos Esenciales de la OMS. Y en su art¨ªculo se limit¨® "a hacer un resumen de las cr¨ªticas aparecidas en revistas cient¨ªficas de la talla de The Lancet y el British Medical Journal", como "minimizar sus riesgos cardiovasculares" y que a largo plazo produc¨ªa casi tantas ¨²lceras como otros antiinflamatorios.
"El caso pone en duda la credibilidad de los ensayos patrocinados por la industria"
La directora de la Asesor¨ªa Jur¨ªdica de MSD, Irene Andr¨¦s, afirma que creen en "la libertad de expresi¨®n", y que lo ¨²nico que piden es "el derecho a una rectificaci¨®n, un derecho constitucional". "Que meta nuestra opini¨®n igual que mete las cr¨ªticas", reclama Andr¨¦s.
La demanda de la compa?¨ªa llega despu¨¦s de "varios intentos de acuerdo", indica la abogada. La empresa prepar¨® un texto de rectificaci¨®n, que Laporte admite que no quiso "ni mirar". "Si ellos tienen derecho a decir lo que podemos publicar, que nos dejen indicarles lo que pueden decir", comenta.
Las cr¨ªticas eran para el rofecoxib y el celecoxib, pero Pfizer, fabricante de este ¨²ltimo, no ha querido entrar en la pol¨¦mica.Lo peor para Merck son los comentarios de Laporte en el apartado Intereses comerciales a expensas de la salud de los pacientes. En ¨¦l afirma que "la evaluaci¨®n y financiaci¨®n de estos f¨¢rmacos se basaron en la informaci¨®n falseada presentada en la Agencia Europea del Medicamento", y critica "la manipulaci¨®n de los resultados cient¨ªficos en detrimento de desatender la salud de los pacientes" y "las irregularidades que han rodeado la publicaci¨®n" de los estudios. "Son acusaciones muy graves para dejarlas pasar", afirma Andr¨¦s.
"Este caso pone en duda la credibilidad de los ensayos patrocinados por la industria. Yo mismo pertenezco a varios comit¨¦s encargados de aprobar las investigaciones en humanos, y ¨¦stas se aprueban sin una garant¨ªa de que los resultados se vayan a publicar incluso cuando no favorezcan a los intereses de las farmac¨¦uticas", afirma Laporte. Como ejemplo, se?ala que "m¨¢s del 70% de los ensayos realizados en los hospitales Vall d'Hebron y Cl¨ªnic de Barcelona no llega a publicarse porque no son favorables a los fabricantes".
Laporte exhibe cientos de firmas de apoyo, entre ellas la de un catedr¨¢tico de Farmacia estadounidense accionista de Merck quien califica la demanda de "verg¨¹enza". La Consejera de Sanidad catalana, Marina Geli, ha dicho que "los cient¨ªficos tienen derecho a publicar y expresar lo que piensen de los estudios".
?ste es el "punto clave", dice Laporte. "Est¨¢ en juego es la posibilidad de criticar a una compa?¨ªa, por muy grande que sea", dice. Las dos partes salieron ayer satisfechas de la audiencia. En unas dos semanas sabr¨¢n lo que decide la juez Mar¨ªa Victoria Salcedo.
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