"Le dije que buscase otra obra"
La pareja de un alba?il fallecido logr¨® que condenaran al encargado
Isabel (nombre ficticio) acaba de empezar un nueva vida. Esta mujer de 36 a?os, que pide quedarse en el anonimato, ha terminado un calvario que comenz¨® en el pueblo malague?o de Mijas el 17 de mayo de 2000. Ese d¨ªa, Paco, su pareja, se cay¨® al vac¨ªo desde una tercera planta y, tras permanecer nueve d¨ªas en la unidad de cuidados intensivos de un hospital, muri¨®. "A partir de ah¨ª se me cerraron todas las puertas", dice.
Tras el accidente, la familia de Paco reclam¨® las indemnizaciones por su muerte y tambi¨¦n todos los bienes que compart¨ªan. Estupefacta tras haber convivido con la v¨ªctima durante 12 a?os, Isabel acudi¨® al Instituto Andaluz de la Mujer y visit¨® a varios abogados sin ¨¦xito. Cuando iba a abandonar la causa, dio con el letrado Salvador Soler que ha conseguido probar que Isabel era la pareja de Paco y una sentencia que condena a dos a?os de c¨¢rcel a Antonio G., encargado de la obra y socio de una de las dos constructoras. Tambi¨¦n la sentencia recoge varias indemnizaciones: 7.000 euros para la familia de Paco y 87.000 para Isabel. Un compa?ero de Paco, que tambi¨¦n se cay¨® al vac¨ªo y que ahora se mueve en una silla de ruedas, recibir¨¢ 710.000 euros. "Esta sentencia va a ser un precedente para los pr¨®ximos casos" comenta Soler. "Cuando acept¨¦ el caso s¨®lo ped¨ª a Isabel que aguantara porque la mayor¨ªa de las veces las viudas de accidentados laborales abandonan en la mitad del litigio. Los casos son duros y mover un papel cuesta mucho dinero", a?ade. Isabel, que tuvo que soportar insultos y amenazas de la familia de su pareja, cuenta que la noche anterior a la ca¨ªda le coment¨® que no hab¨ªa medidas de seguridad en la obra y que pasaba miedo. "Le dije que no fuera, que no subiera al andamio y que buscase otra obra y ¨¦l por la ma?ana me cont¨® que hab¨ªa tenido pesadillas. Despu¨¦s se fue al tajo y se cay¨®", relata.
Paco llevaba trabajando un a?o en la empresa cuando se cay¨® desde 12 metros de altura y nada amortigu¨® el choque. No hab¨ªa redes ni ten¨ªa anclados los cinturones de seguridad. Su abogado no abandona el caso: aunque Antonio G. ha sido condenado a dos a?os de c¨¢rcel por homicidio imprudente, los otros dos socios de otra de las constructoras siguen libres en la Costa del Sol.
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