Novios cibern¨¦ticos
Mujer busca hombre, hombre busca mujer. La b¨²squeda no cesa, pero ya no es necesario moverse de casa. Tampoco del trabajo. Internet se ha convertido en una potente herramienta de seducci¨®n para solteros y divorciados sin agenda o al¨¦rgicos a intimar en los bares de copas. La Red es tambi¨¦n un supermercado del amor y el matrimonio, una amplia discoteca sin humo y sin alcohol donde, sin embargo, es posible encontrar a un chico o a una chica e incluso enamorarse. Sin resaca, pero tambi¨¦n sin miradas, sin saber si el flechazo virtual contar¨¢ con suficiente qu¨ªmica para transformarse en romance. Y sin saber cu¨¢ntas verdades y mentiras habr¨¢ en el rostro o en el perfil elegido.
A principios de a?o, la revista Psychology Today estim¨® que de cada 100 usuarios de Internet, cuatro o cinco andan enredados en alguna relaci¨®n emocional o amorosa. Si se acepta que hay unos 676.474.271 usuarios en todo el globo, se obtiene la vertiginosa cifra de 27.058.970 personas involucradas en deseos o afectos digitales. La cifra, sin duda espectacular, podr¨ªa hacer sospechar a algunos, pero en realidad no es del todo cierta. Esther Gwinnell, autora de El @mor en Internet, publicado en 1998, calculaba ya ese a?o que unos 150.000 adultos entraban cada d¨ªa en la Red para tejer amores virtuales. Gwinnell part¨ªa de los 30 millones de usuarios de Internet que se barajaban entonces y atribu¨ªa a uno de cada cien la finalidad amorosa, pero reduc¨ªa en medio punto la cifra para no dar una visi¨®n exagerada o alarmante.
La Red es tambi¨¦n un supermercado del amor y el matrimonio, una discoteca sin humo y sin alcohol donde es posible encontrar pareja e incluso enamorarse
La revista 'Psychology Today' estima que de cada 100 usuarios de Internet, cuatro o cinco andan enredados en alguna relaci¨®n emocional o amorosa
Aunque no hay que olvidar que un porcentaje de estos amores nacen en la vida real aunque contin¨²en luego en la Red, gran parte de esta corriente emocional se canaliza de modo err¨¢tico a trav¨¦s de los miles de chats y otros canales de discusi¨®n que pululan por la Red. La vertiente m¨¢s palpable y rudimentaria se asocia al llamado cibersexo. MSN acaba de cerrar sus chats gratuitos para impedir que los menores puedan caer en las garras de ped¨®filos o depravados. Los foros constituyen una aproximaci¨®n m¨¢s indirecta y sutil: aunque la intenci¨®n de quienes se apuntan a un grupo contra el expolio de la selva amaz¨®nica o sobre poes¨ªa no sea intimar, algunos encuentran complicidades inesperadas e inician apasionados romances.
M¨¢s expl¨ªcitos son los usuarios que buscan su media naranja a trav¨¦s de portales de encuentros como Match.com, Amor y Amistad, Meetic.com o Muchagente.com. Match, el m¨¢s internacional, fue creado por cinco norteamericanas atentas a la necesidad de solteros y divorciados de ampliar su c¨ªrculo de amigos. Seg¨²n sus propias estad¨ªsticas, s¨®lo en 2002, 90.000 usuarios de todo el mundo encontraron pareja en este portal. De acuerdo con sus datos, cada mes se celebran 85 matrimonios en el mundo gracias a Match, apenas el 1% de los emparejados. Sin embargo, el mexicano Antulio S¨¢nchez, autor de La era de los afectos en Internet, calcula que s¨®lo 15 de cada 100 flechazos cibern¨¦ticos se concretan en pareja. El futuro de estas ciberparejas en el mundo real es una inc¨®gnita. Diversos estudios les atribuyen una duraci¨®n de entre uno y tres meses. S¨®lo una minor¨ªa traspasa esta barrera.
Para un navegador de Internet es f¨¢cil tropezarse con estos portales. Match est¨¢ presente en la p¨¢gina principal de Hotmail, a trav¨¦s de MSN Amor y Amistad, y se anuncia en Terra y Yahoo. En esta ¨²ltima web, el usuario puede ver tambi¨¦n anuncios que remiten a Meetic, un portal de origen franc¨¦s que lleva algo m¨¢s de un a?o en Espa?a y otros pa¨ªses europeos y americanos. Adem¨¢s, Meetic.com y Match.com aparecen como primera y segunda referencia en Google si se pide buscar pareja.
Eva, una administrativa de Barcelona de 27 a?os, encontr¨® en la Red hace cerca de un a?o a su novio, un aparente desconocido que viv¨ªa a tres calles de la suya. "Tal vez nos hayamos cruzado alguna vez, pero no nos hubi¨¦ramos conocido de no ser por Internet", admite. Fue una amiga que hab¨ªa encontrado a su chico en la Red quien anim¨® a Eva a seguir sus pasos. La administrativa hab¨ªa roto con su anterior pareja y quer¨ªa conocer a nuevos chicos. Antes ya chateaba y hab¨ªa acudido a quedadas (fiestas convocadas desde la Red que re¨²nen a personas que se han conocido en Internet), "pero me pareci¨® un m¨¦todo muy fr¨ªo". Consider¨® m¨¢s efectivo inscribirse en un portal de encuentros. "Antes de conocernos f¨ªsicamente, me escrib¨ª durante un par de meses con el que ahora es mi chico, y cuando nos reunimos ya sab¨ªa que ten¨ªamos amigos comunes. En el portal donde me registr¨¦ puedes buscar al chico que te interesa dentro de tu distrito postal. Eso nos facilita ahora quedar al final del trabajo". Antes de conocer a su novio, Eva pas¨® por una experiencia menos id¨ªlica con otro chico. "Al conocerle me llev¨¦ un chasco. Fue desagradable: no ten¨ªa el aspecto que dec¨ªa tener ni coincid¨ªa con la foto. Le dije que me hab¨ªa mentido y me fui. No s¨¦ por qu¨¦ hacen eso, ya que al quedar, el contraste es mayor", sostiene.
J¨®venes y solteros
Eva y su novio pertenecen, por edad, a la franja mayoritaria de usuarios. El 41% de los inscritos en Meetic tienen entre 25 y 34 a?os; el 31% son j¨®venes entre 18 y 25 a?os, y el 17% gira en torno a los 35 y 44 a?os. Los mayores de 45 a?os s¨®lo representan el 10%. "Son personas liadas con su trabajo, no tienen tiempo de relacionarse y utilizan esta herramienta tecnol¨®gica para buscar amigos afines", afirma Jos¨¦ Ruano, director general de Meetic en Espa?a. Pero tambi¨¦n puede haber solitarios y gente acostumbrada a ligar dentro y fuera de la Red.
Un buen porcentaje de solteros recalcitrantes o maduros recala en estos portales. El 60% de los registrados en Match nunca se ha casado y el 32% est¨¢ divorciado. El 58% tiene 30 o m¨¢s a?os; el resto, un 42%, est¨¢ por debajo de esa edad. Abundan los licenciados o diplomados, pero no de forma exclusiva. En Muchagente.com, un portal "totalmente espa?ol", los promedios de edad no se apartan de los anteriores: el 45% se encuentra entre los 26 y los 40 a?os.
Pero la pujanza de los j¨®venes entre los 18 y los 25 es notable, al alcanzar el 44% de los inscritos. Muchagente.com insiste en su car¨¢cter blanco y su desvinculaci¨®n de "temas de sexo" o pornograf¨ªa. Match y Meetic tambi¨¦n hacen hincapi¨¦ en su seriedad.
El n¨²mero de usuarios que declaran estos portales es apabullante. Sonia Fern¨¢ndez, responsable de Match en Espa?a, recuerda que su portal ofrece 18 millones de perfiles en todo el mundo -m¨¢s de un mill¨®n de ellos en Europa y 600.000 en Espa?a-, un ejemplo de globalizaci¨®n amorosa que facilita la b¨²squeda de almas gemelas en seis continentes. Meetic, por su parte, anuncia que en su portal espa?ol se registran 3.000 nuevos usuarios por d¨ªa. Son cifras orientativas, ya que algunos abandonan su empe?o poco despu¨¦s de inscribirse o consultan esas p¨¢ginas de tarde en tarde. M¨¢s significativo es el dato de los que pagan una cuota o compran cr¨¦ditos para comunicarse de forma efectiva con las personas que les interesan, un porcentaje que no supera el 8% de los inscritos.
Amantes del secreto
LEER QUE ALGUIEN ES CULTO, respetuoso, de ojos azules y licenciado, ofrece cierta informaci¨®n, pero no una raz¨®n para enamorarse. No obstante, estos datos, bien analizados, puede evitar pasos en falso. Aunque siempre es posible toparse con fantasiosos o amantes del secreto, estos portales suelen ofrecer m¨¢s informaci¨®n de una persona que la que espont¨¢neamente da alguien de s¨ª mismo en un chat. Aunque el nivel de sinceridad es diverso, hay usuarios que revelan con naturalidad que padecen una enfermedad cr¨®nica u otro dato relevante. No fue el caso de un poeta que conoci¨® a una profesora de instituto a trav¨¦s de un foro literario.
La mujer hab¨ªa sufrido una ruptura amorosa y su necesidad de afecto se transparentaba. Iniciaron un romance y ¨¦l se present¨® en la ciudad de la profesora con un ramo de rosas y la mejor de sus sonrisas. No le hab¨ªa confesado on line que padec¨ªa anticuerpos de sida porque pens¨® que era mejor hablarlo. Para ella esa inesperada revelaci¨®n fue el gran reto al que tuvo que enfrentarse antes de que las flores languidecieran.
Los portales de encuentros evitan estos malentendidos, pero generan otros.
En todos ellos se ofrecen consejos para garantizar la seguridad de los usuarios en sus primeras citas: quedar en un sitio p¨²blico y concurrido; reservar directamente el hotel y ocultar la direcci¨®n si se viaja a otra ciudad para conocer al supuesto enamorado; informar a un amigo del lugar de la cita; abandonar
el sitio si se percibe algo oscuro; recordar que no hay obligaci¨®n
de practicar sexo en el primer encuentro...
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