Matanza junto a la sede de EE UU en Irak
Un coche bomba causa al menos 25 muertos junto al complejo de la Administraci¨®n en Bagdad
"S¨®lo recuerdo que el parabrisas se hizo mil pedazos que volaron hacia m¨ª". Sentado en el suelo, con una profunda herida en la cara y un ojo vendado, el taxista Fadel Abbas apenas recuerda algo m¨¢s. Se hallaba a 100 metros del lugar, en el centro de Bagdad, donde ayer estall¨® el infierno. Una furgoneta con media tonelada de explosivos, conducida por un terrorista suicida, se abalanz¨® contra la entrada del complejo de la Administraci¨®n de EE UU en Irak.
El portavoz del Gobierno Provisional acusa a terroristas del "interior y del exterior"
La potente explosi¨®n caus¨® al menos 20 muertos, incluidos dos contratistas estadounidenses, y un centenar de heridos. La bomba desat¨® el p¨¢nico entre la multitud que atravesaba uno de los principales puentes de la capital y una importante avenida. Es el atentado m¨¢s sangriento desde la captura de Sadam Husein el pasado 14 de diciembre.
Decenas de personas y varios veh¨ªculos guardaban fila a las ocho de la ma?ana hora local (seis de la ma?ana en Espa?a) en las cercan¨ªas de la llamada puerta del asesino, un arco de piedra que da acceso al recinto en el que se levantaba el palacio de Sadam Husein, y las viviendas de sus lugartenientes. El complejo alberga ahora a la Autoridad Provisional de la Coalici¨®n (CPA, en sus siglas en ingl¨¦s), presidida por el estadounidense Paul Bremer, y varios centros de mando del Ej¨¦rcito de la potencia ocupante. Fueron soldados norteamericanos los que, en referencia al ex dictador iraqu¨ª, decidieron bautizar el arco de acceso al complejo como puerta del asesino.
Los que aguardaban, rodeados de planchas de cemento y alambres de espino, eran en su mayor¨ªa iraqu¨ªes que trabajan para la Administraci¨®n estadounidense.
"Un coche se salt¨® la fila, se acerc¨® a toda velocidad hasta la entrada y explot¨®. Fue tan fuerte que me ca¨ª al suelo", relataba Ismail Abchar, un ni?o de 10 a?os que mendigaba a esas horas en la avenida que pasa junto a la entrada al complejo.
El veh¨ªculo, una furgoneta Toyota, iba conducido por un suicida que en la parte trasera cargaba 500 kilos de explosivos. La detonaci¨®n pulveriz¨® el coche y sumergi¨® en una "bola de fuego", como no se cansaban de repetir los testigos, a las personas de la fila y a los coches que esperaban. Tambi¨¦n alcanz¨® a un peque?o autob¨²s que circulaba frente al control militar y a un centenar de viandantes. Las ventanas de los edificios en un radio de 200 metros quedaron reventadas y los cristales vibraron en numerosos barrios de la extensa urbe, de m¨¢s de cinco millones de habitantes.
"Yo me encontraba en otro acceso mostrando mi pase a los soldados cuando todos nos quedamos mir¨¢ndonos paralizados", afirma Zeke Garat, un contratista estadounidense que en ese momento se dispon¨ªa a traspasar la entrada al complejo. "Pasaron unos segundos, los soldados, muy nerviosos, comenzaron a gritar y cerraron todos los accesos. Nadie pod¨ªa entrar ya", a?ade.
En el lugar del atentado, al menos siete coches ardieron y envolvieron todo el barrio en el denso humo negro que emit¨ªan. La mayor¨ªa de las v¨ªctimas murieron en el interior de sus veh¨ªculos envueltos en llamas. Numerosas personas trataban de levantarse aturdidas, llenas de cortes y heridas sangrantes provocadas por los cristales que salieron volando en todas direcciones. Entre los heridos hay seis estadounidenses, seg¨²n confirm¨® un portavoz de la Primera Divisi¨®n Armada de Estados Unidos.
Del interior del complejo, conocido en la actualidad como zona
verde, que es un cuadrado de seis kil¨®metros cuadrados de extensi¨®n, salieron a toda velocidad veh¨ªculos acorazados para cortar el tr¨¢fico muy intenso a esas horas de la ma?ana. Los centenares de coche completamente paralizados aumentaban la sensaci¨®n de caos, mientras polic¨ªas iraqu¨ªes y miembros de la Defensa Civil trataban de evacuar a los heridos. Varios helic¨®pteros de combate despegaron del helipuerto de la CPA, distante apenas unos 500 metros del lugar del atentado y comenzaron a sobrevolar la zona.
Desde los altavoces de sus coches los polic¨ªas iraqu¨ªes ofrec¨ªan 2.500 d¨®lares de recompensa en el acto a quien ofreciera alguna informaci¨®n sobre los responsables del atentado. Muchos heridos fueron trasladados al vecino hospital de Yarmuk, pero algunos se negaron a abandonar el lugar. Tem¨ªan que al volver sus coches ya no estuvieran. "Es de lo que como", se?alaba el taxista Fadel Abbas, que estaba dispuesto a esperar "lo que sea necesario" para recuperar su destartalado y gravemente da?ado veh¨ªculo.
El puente Catorce de Julio, una estrat¨¦gica arteria que une las dos riveras del T¨ªgris, qued¨® cortado lo que sum¨® a¨²n m¨¢s caos al tr¨¢fico de la ciudad, que no pudo recuperar la fluidez en pr¨¢cticamente toda la jornada.
La zona
verde, denominada as¨ª por las fuerzas ocupantes porque cuenta con numerosos jardines, ¨¢rboles y verdor, est¨¢ rodeada por una muralla de hormig¨®n. Carros de combate y numerosos soldados estadounidenses protegen tambi¨¦n el per¨ªmetro del complejo.
A media ma?ana, el Gobierno provisional iraqu¨ª -cuyos principales representantes se encuentran en Nueva York donde hoy se entrevistar¨¢n con el secretario general de la ONU, Kofi Annan-, condenaba el atentado suicida. "?sta es una se?al m¨¢s de los dirigentes del r¨¦gimen de las fosas comunes y de sus aliados terroristas tanto en el interior como en el exterior, los cuales no dan ning¨²n valor ni a las cosas sagradas ni a las vidas humanas", afirm¨® el portavoz del Gobierno provisional, Hamidi al Kasani. "El Gobierno de Sadam", continu¨®, "era terrorista, igual que Al Qaeda, y todos sus aliados". Numerosos partidos iraqu¨ªes emitieron tambi¨¦n condenas individuales a lo largo de la ma?ana.
La implicaci¨®n de Al Qaeda en la lucha armada contra "los infieles que invaden Irak" ha sido siempre denunciada, aunque sin pruebas, por la Administraci¨®n norteamericana y ¨²ltimamente muchas autoridades iraqu¨ªes y especialmente los miembros de la polic¨ªa, han hecho suya esta denuncia. El jefe de la polic¨ªa iraqu¨ª, brigadier Hasan al Obeidi, que lleg¨® a cifrar en 35 el n¨²mero de muertos por el atentado, dijo anoche que hab¨ªan sido detenidos "varios criminales a los que estamos interrogando para confirmar, como creemos, que los atentados son obra de grupos extranjeros en colaboraci¨®n con iraqu¨ªes".
Un portavoz estadounidense indic¨® que en las ¨²ltimas tres semanas hab¨ªan sido detenidos en las inmediaciones de la zona verde cuatro iraqu¨ªes cuyos coches ten¨ªan trazas de haber transportado explosivos.
El que el atentado, a pesar de ir en teor¨ªa contra los ocupantes estadounidenses, causara dos muertos entre sus filas y casi dos decenas de v¨ªctimas mortales iraqu¨ªes, tiene dos explicaciones. En primer lugar, seg¨²n algunos testigos, varios centinelas norteamericanos tuvieron tiempo de refugiarse tras parapetos y protecciones al ver la maniobra extra?a y a gran velocidad que hac¨ªa el veh¨ªculo suicida.
Adem¨¢s, los estadounidenses han establecido desde hace meses un nuevo sistema de filtro de personas y veh¨ªculos en casi todos los controles que realizan en el pa¨ªs. Por una parte, a varios metros de los estadounidenses se sit¨²an iraqu¨ªes, bien de la polic¨ªa, bien de la Defensa Civil o personal contratado que efect¨²a un primer control con cacheos y registro de coches. Esto supone que cuando las personas que acceden a las instalaciones llegan hasta los soldados de EE UU ya han sido sometidas a un sistema de seguridad y registro exhaustivo. Generalmente es en este primer control donde se hacen estallar los coches suicidas. De hecho, el veh¨ªculo de ayer no pudo ni aproximarse al control principal del acceso al recinto de la zona
verde, en la que tambi¨¦n reside el representante brit¨¢nico Jeremy Greenstock.
El de ayer es el atentado m¨¢s sangriento registrado en Irak desde que Sadam Husein fue hallado, tras el chivatazo de su lugarteniente, en un zulo excavado bajo una humilde casa de campo, en las cercan¨ªas de su Tikrit natal. Dos d¨ªas despu¨¦s de la captura del ex dictador, otro atentado suicida en Jadilya, al oeste de la capital, provoc¨® la muerte de a 17 personas y caus¨® numerosos heridos. Ese ataque revel¨® a los ocupantes que no hab¨ªa motivo para la euforia, que pese a que el r¨¦gimen hab¨ªa quedado descabezado, numerosos iraqu¨ªes segu¨ªan en contra de las tropas invasoras y dispuestos a hacerles pagar caro su presencia en Irak.
En Bagdad, el ¨²ltimo atentado de relevancia fue el pasado 31 de diciembre cuando una bomba colocada en el interior del restaurante Nabil, frecuentado por extranjeros, caus¨® la muerte a cinco personas. Desde entonces se han producido numerosos ataques con bombas contra patrullas y tropas estadounidenses, algunas de las cuales han costado la vida a civiles iraqu¨ªes bien por estar situado junto a las tropas de EE UU o por estallar los artefactos al paso de sus veh¨ªculos.
Ayer tambi¨¦n 13 personas resultaron heridas por la explosi¨®n de una bomba en el centro de la ciudad santa de Kerbala.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.