El sorprendente compa?ero de Kak¨¢
Baptista, que jug¨® junto al milanista en el S?o Paulo, se convierte en goleador en el Sevilla
El fichaje del brasile?o Julio C¨¦sar Baptista por el Sevilla, el pasado verano, levant¨® alguna ceja interrogativa y despert¨® muchas expectativas al ser producto del trabajo del director deportivo del club, Ram¨®n Rodr¨ªguez, Monchi, y su equipo. El corpulento muchachote hab¨ªa formado pareja en el centro del campo del S?o Paulo con el ahora celebrad¨ªsimo Kak¨¢, idolatrado por su afici¨®n y el p¨²blico mundial en su trabajo actual en el Milan.
Resulta dif¨ªcil pensar que nadie se hubiera fijado en que al ladito mismo de la magia de Kak¨¢ se pod¨ªa encontrar un derroche de fisiolog¨ªa y, por qu¨¦ no, de f¨²tbol llamado Baptista. Esa sorpresa es poco sorprendente o, al menos, deber¨ªa de serlo as¨ª para las decenas de clubes europeos que gastan millones de euros en seguir a j¨®venes promesas en pa¨ªses suramericanos. El grupo humano liderado por Monchi se hizo con un jugador de mucha calidad por menos de tres millones de euros. Este a?o, ma?ana mismo, cuando se presume que van a acudir al S¨¢nchez Pizju¨¢n varios ojeadores europeos al aroma de su gran temporanda, puede venderse a Baptista por varias veces m¨¢s. Si se quiere.
"Una fuerza de la naturaleza. Alguien que mezcla potencia y resistencia"
Pero la gran pregunta no est¨¢ en el jugador o en sus caracter¨ªsticas. Baptista debut¨® con 18 a?os con la selecci¨®n de Brasil, escogido por el entonces su m¨¢ximo responsable, el ex portero Emerson Leao. Lo cierto es que nadie se pod¨ªa esperar que la biolog¨ªa de gladiador funcionara en la media punta, que se convirtiera en un goleador decisivo, un adjetivo del que se ha hecho merecedor con tantos de todos los colores: desde lejos, desde m¨¢s cerquita, de cabeza, de falta directa, de vaselina tras un control majestuoso con los pectorales...
Los siete componentes del equipo de Monchi, que se gastan poco m¨¢s de 200.000 euros anuales en viajes, pueden tener la responsabilidad primera. La de sugerir que hab¨ªa un chaval de 183 cent¨ªmetros de estatura y, seg¨²n le describe ahora el preparador f¨ªsico sevillista, Ram¨®n Orellana, "una fuerza de la naturaleza": "Alguien que mezcla potencia y resistencia por nacimiento. No hab¨ªa pisado un gimnasio hasta que vino a Sevilla".
Pero lo de meter goles, al menos tantos -seis en la Liga y tres en la Copa-, s¨ª que no se lo esperaba nadie. Seg¨²n aseguraba Monchi, ayer, en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, ese m¨¦rito le corresponde al t¨¦cnico, Joaqu¨ªn Caparr¨®s.
Baptista agot¨® los adjetivos de los ojeadores del Sevilla desde que lo vieron de corto. Monchi admite que el apodo de La Bestia se lo puso ¨¦l. "Yo sab¨ªa que le llamaban El Tanque en Brasil, pero lo primero que se me ocurri¨® a m¨ª fue llamarle La Bestia". En Brasil, ese nombre tiene tintes luciferinos, por lo que la madre del futbolista, que vive con ¨¦l en Sevilla desde que rompi¨® con su novia, intent¨® que no se usara. Sin ¨¦xito.
Sin ¨¦l en la cancha, el Sevilla sufre. En la Liga ha convertido en gol seis de sus 33 tiros a puerta . De los siete partidos que ha jugado sin ¨¦l,tan s¨®lo ha ganado uno.
Baptista no es realmente un media punta goleador. Su fuerza y ganas le han llevado a triunfar en el Sevilla. ?l mismo asegura que el juego de Europa, "m¨¢s r¨¢pido y f¨ªsico", le ha venido como anillo al dedo. Pero su ¨¦xito en esa posici¨®n muestra tambi¨¦n las carencias de la llamada Liga de las Estrellas. Por un lado, la de las mir¨ªadas de ojeadores que no vieron al que jugaba al lado del Kak¨¢; por el otro, que el que alguien con ganas y f¨ªsico haga goles y pueda decidir eliminatorias. Debut¨® en la Liga con gol frente al Atl¨¦tico. Hoy quiere hacer lo mismo y que sus piernas de coloso reinen donde otro f¨²tbol, el que se vende como marca de la casa, no lo hace.
Sevilla: Esteban; Alves, Alfaro, Navarro, David; Redondo, Torrado, Mart¨ªn, Reyes, Julio Baptista; Dar¨ªo Silva.
Atl¨¦tico: Burgos; Gaspar, Simeone, Lequi, Sergi; Contra, De los Santos, Jorge, Musampa; Paunovic y Torres.
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