Sorpresa en la salida
Los resultados de Iowa tienen bien poca trascendencia pol¨ªtica, pero la tradici¨®n les ha asignado el papel de se?al de salida al gran espect¨¢culo cuatrienal que son las elecciones presidenciales estadounidenses. La votaci¨®n que protagonizan ritualmente desde mediados del siglo XIX los afincados en este Estado del coraz¨®n agrario de EE UU ha producido la primera sorpresa en la designaci¨®n del senador dem¨®crata John Kerry como precandidato preferido, relegando al gran favorito Howard Dean y dejando fuera de la carrera al veterano y escaso de recursos Dick Gephardt.
Las peculiares votaciones de Iowa conculcan casi todas las normas b¨¢sicas de la democracia referidas a privacidad, libertad de pronunciamiento o grado de participaci¨®n. En el a?o 2000, poco m¨¢s del 10% de los seguidores dem¨®cratas registrados en el Estado acudieron a las reuniones en los casi 1.200 lugares p¨²blicos donde se desarrollan estos debates y pronunciamientos vecinales. Pero la repercusi¨®n medi¨¢tica del rito se impone por encima de su alcance efectivo.
Para el senador Kerry, los resultados de Iowa representan un ba?o de autoestima. El h¨¦roe de guerra y millonario -regresado del fr¨ªo pol¨ªtico al que le arroj¨® el a?o pasado el ¨ªmpetu del tambi¨¦n precandidato Dean- se ve colocado ahora en una buena posici¨®n para las primarias de New Hampshire, la semana pr¨®xima. El sorprendente segundo puesto del senador por Carolina del Norte John Edwards y el precipitado descabalgamiento del apparatchik Gephardt proporcionan alg¨²n indicio sobre el tono de una lucha electoral en la que George Bush, candidato a la reelecci¨®n, irrumpir¨¢ hoy con toda la artiller¨ªa en su mensaje sobre el estado de la Uni¨®n.
Los resultados y el mismo discurso de los aspirantes dem¨®cratas contradicen en Iowa la acrisolada teor¨ªa de que en estas primarias inaugurales el voto va a parar a los m¨¢s viscerales del espectro pol¨ªtico. Los ataques al inquilino de la Casa Blanca por parte de Kerry o Edwards han sido cualquier cosa menos vitri¨®licos. Sus firmes cr¨ªticas al presidente han carecido de la estridencia que se supone galvaniza a los primeros que se pronuncian en el gran circo que culmina en noviembre. En este talante pragm¨¢tico se ha mantenido tambi¨¦n Howard Dean. El ex gobernador de Vermont, pese a no satisfacer las expectativas suscitadas, acude a New Hampshire como favorito, en volandas de una organizacion nacional extraordinariamente eficaz y bien provistas sus arcas electorales con las aportaciones obtenidas a trav¨¦s de Internet.
A partir de New Hampshire, donde las primarias tienen un serio arraigo y se cultiva una tradici¨®n de independencia, la largu¨ªsima carrera hacia la Casa Blanca adquiere dimensiones nacionales. Aqu¨ª espera a Dean otro aspirante de peso, el general retirado Wesley Clark, ex comandante de la OTAN en Europa e incorporado a la contienda m¨¢s recientemente. Y aqu¨ª puede sentenciarse la suerte de Kerry: verse desalojado definitivamente del cuadril¨¢tero o confirmarse como una esperanza cre¨ªble para las aspiraciones presidenciales de los dem¨®cratas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.