"Hacer c¨¢rceles no es un s¨ªmbolo de buena pol¨ªtica, y tenerlas llenas es un fracaso"
Josep Maria Vall¨¨s (Barcelona, 1940) es el ¨²nico integrante de Ciutadans pel Canvi que ha llegado a consejero. En los d¨ªas previos a la formaci¨®n de Gobierno se dijo que se resist¨ªa a la cartera de Justicia que ahora ocupa. Aunque particip¨® en la Assemblea de Catalunya, su perfil es el de un acad¨¦mico y te¨®rico, m¨¢s que el de un pol¨ªtico profesional. Fue rector de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona entre 1990 y 1994 y preside la Asociaci¨®n Espa?ola de Ciencia Pol¨ªtica y de la Administraci¨®n. Para Vall¨¨s, la pol¨ªtica es "gestionar diferencias de opiniones y de intereses e intentar que esos intereses acaben beneficiando a la colectividad".
Pregunta. En el primer nivel de cargos del departamento ha designado a personas de procedencias muy distintas: desde el ex secretario de Filesa, Isidoro Garc¨ªa, a una juez del Tribunal Superior, N¨²ria Cler¨ªes. ?C¨®mo se explica esta diversidad?
"La pol¨ªtica judicial que defendemos se basa en la proximidad y en la eficiencia"
Respuesta. El equipo que estoy haciendo es una combinaci¨®n de personas que tienen esp¨ªritu de servicio p¨²blico y experiencia de gesti¨®n. Algunas de ellas han de tener un conocimiento directo de lo que es la Administraci¨®n de justicia. No se ha acabado de completar el equipo y mi idea es que el nivel de directores generales sea de funcionarios de carrera, aunque actualmente no es preceptivo.
P. Usted se ha distinguido en los ¨²ltimos a?os por marcar distancias con el aparato del PSC, pero dos de sus cargos de confianza son, insisto, el ex tesorero de Filesa y un ex concejal socialista de Barcelona, Albert Batlle, que es director de Servicios Penitenciarios y que no tiene demasiada experiencia en el ¨¢mbito de la justicia. ?Ha recibido alguna sugerencia del PSC para recolocarlos?
R. No he recibido ninguna indicaci¨®n del PSC ni en sentido positivo ni negativo a la hora de hacer los nombramientos.
P. Entrando ya en el ¨¢mbito de gesti¨®n de su departamento, hereda unas prisiones muy masificadas y un C¨®digo Penal cada vez m¨¢s duro. Un panorama poco alentador.
R. En el tema penitenciario hemos de hacer pedagog¨ªa. A veces hay una cierta hipocres¨ªa social cuando se reclama m¨¢s seguridad y en cambio hay resistencia a la ubicaci¨®n de las c¨¢rceles, como ocurre con una residencia geri¨¢trica o un centro de desintoxicaci¨®n de drogodependientes. Hacer muchas c¨¢rceles no es un s¨ªmbolo de buena pol¨ªtica penitenciaria y tenerlas muy llenas es un signo de fracaso. Lo que deber¨ªamos es tener pocas c¨¢rceles y con poca gente, porque eso querr¨ªa decir que tenemos mecanismos alternativos para tratar a esas personas.
P. La muerte de m¨¢s de mil presos en los ¨²ltimos a?os por sida o hepatitis en las c¨¢rceles catalanas es una cifra preocupante. ?Qu¨¦ piensan hacer para atajar esta situaci¨®n?
R. ?Sabe lo que cuesta de media anual el tratamiento sanitario de un preso? 3.000 euros. Y el coste de un interno por d¨ªa es de entre 60 y 90 euros. Hacen faltas otras pol¨ªticas de tratamiento individualizado de los presos para seguir su evoluci¨®n y cumplir la funci¨®n constitucional de reeducaci¨®n y reinserci¨®n social. Si no se hace as¨ª, el tratamiento penitenciario puede ser un gran fracaso.
P. ?En qu¨¦ se notar¨¢ el cambio en su departamento?
R. Este departamento no tiene rendimientos espectaculares, pero las cosas que se hagan bien se notar¨¢n a medio plazo.La pol¨ªtica judicial que queremos se gu¨ªa por la proximidad y la eficiencia. Por eso defendemos una justicia de barrio y estamos preparando un informe para impulsar una iniciativa legislativa. Y en el mismo sentido creemos que si los tribunales superiores son las ¨²ltimas instancias judiciales, ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil responder a las necesidades de la sociedad. El Estado actual tiene que ver muy poco con el del siglo XIX, sobre el que se mont¨® la Administraci¨®n de justicia. Existe una din¨¢mica imparable, aunque algunos la quieran parar, hacia una redistribuci¨®n del poder pol¨ªtico en sus tres manifestaciones, y eso acabar¨¢ cuajando, aunque no s¨¦ en qu¨¦ periodo de tiempo.
P. El Gobierno de la Generalitat se define como catalanista y de izquierdas y en la magistratura predomina un planteamiento centralista y conservador. ?Es posible el acuerdo?
R. En la magistratura hay personas de diferentes tendencias y se est¨¢ produciendo una renovaci¨®n en edad y g¨¦nero. Con independencia de la ideolog¨ªa de cada uno, nos deber¨ªa preocupar a todos que la justicia obtenga una valoraci¨®n tan baja de la sociedad; a conservadores y a progresistas, a espa?olistas y a catalanistas. Si no es as¨ª, es que no somos capaces de garantizar los derechos de los ciudadanos.
P. En los ¨²ltimos meses se ha cuestionado el futuro de la Escuela Judicial. ?Qu¨¦ piensa?
R. En la entrevista con el ministro Michavila de hace unos d¨ªas ¨¦l hizo una declaraci¨®n expresa de la apuesta del Gobierno por mantener la Escuela Judicial y darle el m¨¢ximo impulso. Yo agradec¨ª en p¨²blico esa afirmaci¨®n, porque es verdad que han circulado rumores en otra direcci¨®n. El ministro lo dijo y yo me lo tengo que creer.
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