"Sigo enferma, pero me quiero m¨¢s"

Barcelona Veinte meses despu¨¦s de abandonar la alcald¨ªa de Santa Coloma de Gramenet aquejada de una fibromialgia que la manten¨ªa en la cama d¨ªa s¨ª d¨ªa no, Manuela de Madre se sigue considerando "una enferma". "Pero soy una enferma que comienza a conocer su enfermedad", aclara. Y precisamente esto, seg¨²n explic¨® ayer, la ha ayudado a mantener su actividad pol¨ªtica como diputada socialista en el Parlament y, sobre todo, a participar activamente en la ¨²ltima campa?a electoral.

Esta ¨²ltima decisi¨®n le comport¨® no pocas cr¨ªticas por parte de otros enfermos de fibromialgia, quienes consideraron que, manteni¨¦ndose en la primera l¨ªnea pol¨ªtica, De Madre lanzaba el falso mensaje de que la fibromialgia no es tan grave y puede curarse. Ayer, durante la presentaci¨®n de unas jornadas de la Fundaci¨®n de Afectados de Fibromialgia y Fatiga Cr¨®nica, De Madre aprovech¨® para defenderse.

"Estoy enferma, sigo estando enferma, pero he aprendido a cuidarme, a quererme m¨¢s y s¨¦ hasta d¨®nde puedo llega; por eso abandon¨¦ la alcald¨ªa de Santa Coloma, que me obligaba a hacer jornadas laborales de 12 y 13 horas". Si no pod¨ªa ser alcaldesa, ?Por qu¨¦ decidi¨® mantenerse en la pol¨ªtica activa, ir de n¨²mero dos en la lista de Pasqual Maragall y asumir la presidencia del grupo socialista en el Parlament? "Porque el trabajo en el Parlament me permite hacerlo de otra forma, algunos d¨ªas, incluso desde la cama, con el ordenador y el m¨®vil y sin que nadie tenga que saber d¨®nde estoy".

Aunque la fibromialgia puede presentarse con intensidades diferentes, no tiene curaci¨®n y provoca s¨ªntomas como un dolor cr¨®nico generalizado, sue?o que no resulta reparador y migra?a. El presidente de la Sociedad Espa?ola de Reumatolog¨ªa, Jordi Carbonell, record¨® que la fibromialgia afecta al 2,8% de la poblaci¨®n adulta espa?ola y especialmente a mujeres de mediana edad.

De Madre afirma haberlo pasado muy mal. "Y a veces no tanto por el dolor como por la incomprensi¨®n y por el sentimiento de culpabilidad al tener que dejar de hacer algo".

Su vida ha cambiado desde que abandon¨® la alcald¨ªa. "Junto a mi familia decidimos cambiar de piso. De uno que ten¨ªa tres plantas hemos pasado a otro de un solo nivel y con ascensor desde la calle. No pod¨ªa con las escaleras, ?las he llegado a subir a gatas!", explic¨® ayer con su pasi¨®n habitual. Sigue trabajando lo que puede "aunque algunos d¨ªas, como hoy [por ayer] me haya costado mucho levantarme". Ayer apareci¨® bien arreglada, maquillada pero con cara de cansancio. "He pasado unos d¨ªas malos", se justific¨®. En estos "d¨ªas malos", De Madre apenas sale de la cama, pero no puede evitar sentirse un tanto privilegiada. "Yo tengo la suerte que mi trabajo me permite estos altibajos, pero no puede hacer lo mismo una peluquera o una ama de casa".

?C¨®mo aguant¨®, pues, el ritmo de la ¨²ltima campa?a? "No fue tan dif¨ªcil. Me levantaba a la una, descansaba hasta media tarde y, despu¨¦s me llevaban en coche directamente al mitin". A pesar de estas facilidades, De Madre recuerda que tuvo que cancelar dos de sus intervenciones. "No pod¨ªa m¨¢s".

Las cartas al director en diversos peri¨®dicos en las que se criticaba que mantuviera la actividad pol¨ªtica pese a estar enferma o se pon¨ªa en duda que lo estuviera, no la afectaron mucho. "Cuando decid¨ª ir de n¨²mero dos en la lista de Maragall sab¨ªa que mi caso focalizar¨ªa la atenci¨®n y que se pondr¨ªa en marcha una campa?a contra m¨ª", explic¨®. "Lo que me choc¨® un poco es que estas cartas fueran firmadas casi siempre por hombres, cuando la fibromialgia afecta mayoritariamente a las mujeres". Despu¨¦s, explica, se enter¨® que alguno de los autores de dichas cartas "pertenec¨ªan a partidos pol¨ªticos distintos al m¨ªo", aunque admite que "otros eran afectados que realmente creyeron que esto ten¨ªa curaci¨®n".

Sobre las preguntas de muchos afectados sobre si la ex alcaldesa hab¨ªa seguido alg¨²n tratamiento especial, De Madre asegura que no hace m¨¢s que seguir los consejos de su m¨¦dico. "Una dieta sana, masajes y, lamentablemente, aprender a renunciar a muchas cosas".