Dean reinventa a Dean
El aspirante dem¨®crata a la presidencia de EE UU trata de corregir errores para recuperar el empuje perdido en las primarias de Iowa
Howard Dean, el ex gobernador de Vermont que hasta hace pocas semanas barr¨ªa como un vendaval de aire fresco la campa?a de las primarias dem¨®cratas, ha pasado una semana de monta?a rusa. Su derrota en el Estado de Iowa, coronada por una explosi¨®n de entusiasmo que roz¨® la histeria, hizo que todo el pa¨ªs se preguntara: ?es ¨¦ste el hombre que quiere ser presidente? La cruel sucesi¨®n de im¨¢genes y gritos ha sido repetida casi tanto como el derrumbe de las Torres Gemelas en los atentados de septiembre de 2001. La pregunta, a tres d¨ªas de las decisivas primarias de New Hampshire, es: ?yace bajo esos escombros el futuro pol¨ªtico de Dean o el candidato puede a¨²n resucitar?
El pasado lunes por la noche, Dean sali¨® a saludar a cientos de sus seguidores en un hotel de Iowa. El resultado (18%, casi 20 puntos menos que John Kerry, tras haber encabezado los sondeos) era un palo tremendo para sus aspiraciones. Los voluntarios le aclamaron y el candidato se dej¨® llevar. Y, adquiriendo gradualmente un color escarlata, se lanz¨®: "?Vamos a ganar en New Hampshire! ?Y en Carolina del Sur y en Oklahoma! ?Y vamos a ir a California y a Tejas y a Nueva York! ?Y a Dakota del Sur y a Oreg¨®n y a Michigan y despu¨¦s vamos a ir a Washington a recuperar la Casa Blanca! ?Yeeeeeeeeaaah!".
"Me dejo llevar por el coraz¨®n, no por la cabeza", afirma el candidato
Todos los humoristas de televisi¨®n parodian un entusiasmo que roza la histeria
Era inevitable que el grito final se convirtiera en el gran tema pol¨ªtico de la semana y que ocupara todos los programas pol¨ªticos y humor¨ªsticos de las televisiones de Estados Unidos, todas las columnas y, lo que es peor, todas las p¨¢ginas web. Internet, el arma secreta que catapult¨® a Dean y le ayud¨® a recoger millones de d¨®lares, ha servido para multiplicar el alcance del grito. Dean goes Nuts Remix (Remezcla de Dean enloquecido) o Dean goes wild (Dean se vuelve salvaje) son s¨®lo algunos ejemplos de los cientos de montajes de im¨¢genes y sonido que mezclan el berrido con canciones de Guns N'Roses, Ozzy Osbourne o Lil Jon y que han saltado a MTV, a otros canales de televisi¨®n por cable y a infinidad de programas de radio.
En la televisi¨®n comercial tambi¨¦n ha habido vendaval. "No soy experto en pol¨ªtica, pero creo que es una mala se?al que, al acabar tu discurso, tus asesores te suelten una descarga con una pistola tranquilizante", dice Jay Leno en The tonight show. En el programa de David Letterman, la cabeza de Dean explota despu¨¦s del grito.
Algunos expertos creen que su carrera pol¨ªtica ha concluido (por el da?o inmediato, pero tambi¨¦n por el uso que tendr¨¢ el grito en una eventual campa?a electoral). Otros defienden la posibilidad de recuperaci¨®n y critican la injusticia cometida por los medios de comunicaci¨®n, que despu¨¦s de haber encumbrado a Howard Dean hacen ahora astillas de ¨¦l: "Es un poco injusto que se haya repetido una y mil veces, y las historias sobre el asunto y el debate de si sobrevivir¨¢ o no", cree Jane Hall, de la Escuela de Comunicaci¨®n de la American University.
En todo caso, los estrategas de Dean y el propio candidato dem¨®crata se han lanzado a una pol¨ªtica de control de da?os. Su intervenci¨®n en el debate del jueves, junto a los otros candidatos, fue moderada y serena. Dean felicit¨® a sus contrincantes John Kerry y a John Edwards por el resultado en Iowa, habl¨® de su historial como gobernador y no estuvo agresivo.
Esa misma noche, el matrimonio Dean recibi¨® a Diane Sawyer para el programa 60 minutes. Dean dijo -tambi¨¦n en el debate- que sabe que no es perfecto y que ha cometido "trillones de errores". "Llevamos 23 a?os casados y es muy f¨¢cil llevarse bien con ¨¦l. No se enfada nunca as¨ª, de verdad. Es muy amable, muy considerado", asegur¨® su mujer, Judith, que casi no ha aparecido en la campa?a. M¨¢s tarde, y para demostrar su sentido del humor, Dean apareci¨® en el programa de David Letterman para recitar la lista de lo que necesita para recuperarse. Las dos ¨²ltimas fueron: "N¨²mero 2: despedir al asesor que me dijo que hiciera esta est¨²pida lista en lugar de estar haciendo campa?a; N¨²mero 1: no s¨¦, ?quiz¨¢ tener menos ataques de locura con la cara enrojecida?".
Pero el control de da?os tiene un l¨ªmite. Lo que Dean no puede hacer es dejar de ser Dean, porque su pasi¨®n y su estilo son precisamente los rasgos que le han granjeado la admiraci¨®n y la entrega de decenas de miles de seguidores a lo largo de todo el pa¨ªs. El nuevo Dean, que necesita absolutamente no hundirse en el Estado de New Hampshire -Kerry le lleva de 10 a 15 puntos en todos los sondeos- se define as¨ª: "Digo cosas que me plantean problemas. Llevo trajes baratos. Pero digo lo que pienso y estoy dispuesto a decir cosas que no son populares, pero que la gente sabe que son ciertas. En otras palabras, me dejo llevar por el coraz¨®n, no por la cabeza".
Dicho en otras palabras, ese es su encanto, pero tambi¨¦n su problema: si el votante dem¨®crata est¨¢ intentando -como est¨¢- desalojar al republicano George W. Bush del despacho de la Casa Blanca, no est¨¢ claro que el m¨¢s presidenciable, el m¨¢s capaz de ganar, sea un candidato que se deja llevar por el sentimiento en lugar de por la raz¨®n. O s¨ª. La respuesta la brindar¨¢n los electores, el martes por la noche, en las primarias del Estado de New Hampshire.
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