Preguntas sobre Al-?ndalus
Virgilio Mart¨ªnez Enamorado describe la sociedad de M¨¢laga entre los siglos VIII y X
Tradicionalmente en Espa?a los estudios sobre los casi mil a?os que van desde la llegada de los primeros contingentes isl¨¢micos, a principios del siglo VIII, a la expulsi¨®n de los moriscos en 1611 adolecieron de algunas debilidades: los numerosos medievalistas de nuestras universidades centraban sus estudios en la otra parte, en la cristiana, mientras la mayor¨ªa de los arabistas, en un contexto de debilidad estructural acad¨¦mica, se dedicaban a descubrir, traducir y glosar a autores y documentos sin pasar a encuadrarlos conjuntamente en un determinado contexto territorial o temporal.
De este modo, mientras los territorios cristianos peninsulares eran analizados y divulgados como un fen¨®meno hist¨®rico vivo, enmarcado en un proceso evolutivo, e interpretado desde muchos puntos de vista, la historia andalus¨ª aparec¨ªa como una realidad est¨¢tica, ya escrita desde el mismo momento de su principio y sin otros movimientos que los de las idas y venidas de omeyas, almor¨¢vides, almohades, nazar¨ªes...
Virgilio Mart¨ªnez Enamorado es un arabista que ha llegado a este campo proveniente del medievalista y en su libro Al-?ndalus desde la periferia. La formaci¨®n de una sociedad musulmana en tierras malague?as (siglos VIII-X), editado recientemente por la Diputaci¨®n de M¨¢laga, toma un punto de vista din¨¢mico para descubrir, a lo largo de 200 a?os, el proceso de creaci¨®n de lo que, a posteriori, ser¨ªa el edificio pol¨ªtico andalus¨ª partiendo de lo que ya exist¨ªa previamente en los terrenos de la miner¨ªa, la ganader¨ªa, la agricultura, la cer¨¢mica y otras artes de diario...
La realidad de Al-?ndalus se presenta as¨ª no como el "estado" hecho y derecho producido desde el momento de una invasi¨®n u ocupaci¨®n "¨¢rabe" -la tesis tradicional- sino como un territorio que viniendo de m¨¢s atr¨¢s, como todos los del Mediterr¨¢neo, llega a configurarse de una determinada manera gracias a m¨²ltiples vectores, conexiones y circunstancias.
De este modo, adquieren nueva dimensi¨®n no s¨®lo muchos episodios conocidos como la rebeli¨®n de Omar ben Hafsun (tomada por la historiograf¨ªa tradicional como un alzamiento "patri¨®tico" y hasta "espa?ol" y que aqu¨ª aparece como una de las varias resistencias al proceso de vertebraci¨®n de los Omeya), sino cuestiones de todo tipo comenzando por el mismo poblamiento del territorio por distintos colectivos, bereberes, yemen¨ªes, sirios, ¨¢rabes y las gentes que ya lo habitaban con anterioridad, todo lo cual produce enclaves muy distintos unos de otros, como sucede normalmente en cualquier sociedad.
Todo ello es lo que dar¨¢ lugar a muchas y distintas importaciones -desde el regad¨ªo a ¨¢rboles como el granado- a la distinta producci¨®n artesanal que en parte permanece y en parte -como la de la seda- desapareci¨®, a varios reg¨ªmenes de aprovechamiento y de tenencia de la tierra en diferentes contextos, a la toponimia que ha llegado hasta hoy...
Existe por tanto un proceso poblador y colonizador en el que distintos colectivos llegados escogen territorios y quehaceres para irlos, a continuaci¨®n, dominando poco a poco con el concurso de sus habitantes aut¨®ctonos, lo que, a la postre, significar¨¢ el surgimiento de territorios distintos de aquellos de donde proven¨ªan unos y del que habitaban los "colonizados". Al-?ndalus no ser¨¢, al final, ni Roma ni Arabia. Por eso, precisamente, adquiere la personalidad que la llev¨® a configurarse como un enclave m¨ªtico.
Mart¨ªnez Enamorado ha delineado con su libro, por la linde pintada entre la historia de la vida cotidiana y la historia econ¨®mica, un horizonte con mucha perspectiva, una v¨ªa que podr¨ªa y deber¨ªa ampliarse no s¨®lo a todos los territorios andaluces de Al-?ndalus sino tambi¨¦n a los del resto de aquella Hispania arabizada. Un camino que, antes o despu¨¦s, tendr¨¢ que ser recorrido para unir el hoy con el ayer y vertebrarlo.
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